Aspecto general del recién nacido (parte VI)

Para terminar con esta sección, hemos colocado este órgano al final del conteo y no por que sea menos importante. La piel es el único órgano que estará presente en todo el cuerpo del bebé y que, como cualquier otra parte, debemos cuidarla para que crezca linda y sana.

Piel:

Una vez que el bebé nace, podemos verlo empapado de varios fluidos que incluye el líquido amniótico y, con frecuencia, sangre. El personal que te ayudará en el parto, tomará al bebe y procederán a limpiarlo y secarlo para que el bebé no sufra un choque brusco de temperatura. Los recién nacidos también nacen cubiertos de una sustancia blanca, bastante densa y pegajosa, llamada «vernix caseosa». Este fluido está compuesto de secreciones sebáceas y células epiteliales descamadas del mismo feto. Este fluido se elimina con el primer baño del bebe.

La coloración de la piel en los recién nacidos pueden alarmar a los padres. A veces suelen presentar la piel como jaspeada, un patrón de pequeñas áreas rojizas y pálidas. Esto es muy habitual en los recién nacidos debido a la inestabilidad de la circulación sanguínea sobre la superficie dérmica. También pueden presentar «acrocianosis», una tonalidad azulada en la piel de las manos, pies y labios. Otra cosa muy común es la «patequia», pequeñas motas rojas provocadas por hemorragias intradérmicas o subcutáneas. Todos ellos están provocados por el traumatismo asociado al hecho de tener que atravesar el estrecho canal del parto o por la presión que ejercen los fórceps que a veces se tienen que utilizar durante el parto. Todos ellos se curan y desparecen durante la primera o dos primeras semanas de vida.

Es muy probable que tanto la cara, los hombros y la espalda del recién nacido este recubierta por un vello fino y suave, denominado «lanugo». La mayor parte del lanugo se pierde dentro del útero materno antes de que la madre dé a luz, por eso, es más probable ver el lanugo en bebes prematuros. Igualmente, si presenta lanugo, éste se perderá a las pocas semanas de vida.

La capa superficial de la piel del recién nacido se irá descamando entre la primera y segunda semana de vida. Se trata de algo totalmente normal y que no requiere de ningún tratamiento.

Las manchas de nacimiento, de color rosa o rojas, también conocidas como parches salmón o hemangioma plano, son habituales y suelen desaparecer en el primer año.

Las manchas sacras o mongólicas, se trata de áreas planas de color azul y pueden encontrarse en la espalda o las nalgas. No tienen ninguna importancia y casi siempre van perdiendo intensidad hasta desaparecer durante los primeros años de vida.

Los hemangiomas capilares o en fresa son marcas de nacimiento de color rojo, prominentes y de textura rugosa, provocados por conjuntos de capilares dilatados.  Estas marcas pueden ser de color claro al nacer pero típicamente se vuelven rojas y aumentan de tamaño durante los primeros meses de vida. Luego suelen disminuir de tamaño y desaparecer sin tratamiento durante los primeros seis años.

Las manchas tipo vino de oporto, que son de gran tamaño, planas y de color morado, no desaparecen por si solas. A medida que vayan creciendo es necesario recurrir a un tratamiento dermatológico, si por estética así lo requiere.

Las manchas de color café con leche, así denominadas por su color marrón claro, están presentes en la piel de algunos bebes. Su color se puede intensificar (o pueden aparecer por primera vez) conforme el niño va creciendo. No suelen tener ninguna importancia a menos que sean grandes o de que el bebé presente seis o más en el cuerpo, lo que podría indicar la presencia de ciertos trastornos médicos.


Los frecuentes lunares marrones o negros, denominados nevo pigmentado, también pueden estar presentes desde el nacimiento o bien aparecer o intensificarse su color conforme va creciendo el niño. Los lunares de gran tamaño o de aspecto extraño deben ser examinados por un dermatólogo porque algunos se deben extirpar.

Hay diversas erupciones inofensivas y problemas dérmicos sin importancia que pueden estar presentes desde el nacimiento o bien aparecer durante las primeras semanas. El acné miliar, también denominado “milio”, consiste en pequeños granitos, planos y amarillos o blancos que salpican la nariz y barbilla. Está provocado por la acumulación de secreciones de las glándulas sebáceas de la piel y desaparece durante las primeras semanas de vida.

A pesar de lo imponente de su nombre médico, el eritema tóxico también es una erupción inofensiva que presentan algunos recién nacidos. Consiste en manchas rojas con vesículas de color claro o amarillento en el centro, similares a las ampollas. Esta erupción suele salir durante el primer día o par de días de vida y desaparece en una semana.

La ictericia neonatal, es decir, la coloración amarillenta de la piel y la esclerótica (el blanco de los ojos), es un trastorno habitual que normalmente no aparece hasta el segundo o tercer día de vida y desaparece en 1 a 2 semanas. La ictericia está provocada por la acumulación de bilirrubina (un producto de deshecho producido por la descomposición normal de los glóbulos rojos) en la sangre, la piel y otros tejidos, debido a la incapacidad temporal del hígado inmaduro del recién nacido para eliminar eficazmente esta sustancia del cuerpo. Aunque cierto grado de ictericia es normal y esperable, si un recién nacido presenta este problema antes de lo esperable o su nivel de bilirrubina es más alto de lo normal, entonces el pediatra deberá proporcionarle seguimiento atento.


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