Conociendo la zona pélvica: ¿sabes cómo es tu vagina?

Vagina

“La vagina es un espacio cerrado”, con esta frase acaba el vídeo que veréis más abajo, publicado en el canal Sexperimentando de Nayara Malnero. Se trata de un documento de divulgación muy interesante, puesto que la vagina forma parte del cuerpo femenino, y pese al miedo (o pudor) con el que la hemos percibido durante décadas, solo es un órgano (de los que forman parte del suelo pélvico), que cumple unas funciones específicas. Creo que es un error mantener el desconocimiento de la zona pélvica, porque perdemos la ocasión de conectar con nuestro cuerpo, y comprenderlo un poco mejor.

Las mujeres debemos animarnos a hablar de nuestros cuerpos, entre nosotras, con nuestras madres y con nuestras hijas; el tabú debe desaparecer en pro de la naturalidad y el autoconocimiento. No tiene sentido separar la mente y el resto del cuerpo de la sexualidad, y para ello ¡qué mejor que llamar a las cosas por su nombre! Tenemos vulva con sus labios, vagina, ovarios,… ; son órganos relacionados con el placer y con la reproducción. El ‘saber’ aleja los miedos y nos hace sentir más seguras / os. Hay mujeres a las que les ‘cuesta’ mirarse desnudas, otras que aceptan su cuerpo, hay quien recurre a las manos o a un espejito (colocado enfrente de la abertura vaginal) para conocer mejor la vagina, esto último es normal pues así como nos podemos ver los pies, el vientre o las orejas con la mirada o el reflejo del cuerpo, no ocurre lo mismo con lo que tenemos en la zona pélvica inferior.

Desde el punto de vista de la anatomía, la vagina comunica la vulva en el exterior, con el útero en el interior; sirve para secretar fluídos, y no olvidemos que permite la entrada del pene durante una relación sexual, con la posibilidad de que se produzca una eyaculación que culmine en la fecundación del óvulo. La vagina es también el último paso del camino hacia el exterior durante un parto, imaginaos la capacidad de adaptación que tiene.

Tanto cuando deseamos conocernos un poquito mejor, como para hablar con nuestras hijas, es necesario aceptar nuestro cuerpo y entender que nuestra vagina es perfectamente normal. Vivimos en una sociedad enferma que se ‘ceba’ con los más vulnerables, influyendo las mujeres, que acabamos convirtiéndonos en ‘cosas’ cuando se comercia con nuestros cuerpos con fines publicitarios, o porque acabamos creyendo que los modelos que la industria porno muestra son los que debemos seguir; lo cual deriva en intervenciones como el contouring vaginal. Nuestra vagina no sólo es normal, sino que también está sana, aunque consultaremos al médico si:

  • Las secreciones son de un color anormal o sospechoso.
  • Huele mal o fuerte.
  • Sentimos picores intensos y continuados.
  • Ha enrojecido sin motivo o muestra puntos de color rojo / blanco.

Nayara te lo explica fenomenal en este vídeo: no es un hueco, no es una cueva; es un conjunto de músculos que se adaptan a lo que ‘entra’ dentro de ella (copa menstrual, bolas chinas, el pene durante la penetración). Y que debido a las disfunciones del suelo pélvico puede sufrir separación de sus paredes.

Imágenes — Hans Gotun, winpiglerm


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