Cómo detener la agresividad de un niño pequeño

Un niño con rabieta

Los primeros años de vida de un niño marcan un rápido desarrollo en los pequeños y pequeñas. Durante este tiempo los niños y niñas se dan cuenta de que son individuos separados de sus padres y también de otros cuidadores. Los niños disfrutan de descubrir el mundo que les rodea y les gusta hacer todo de forma independiente, así pueden mostrar a los demás cómo son y cuál es su personalidad en formación. Pero, ¿cómo detener cuando este comportamiento se transforma en agresividad?

Los niños pequeños también están dispuestos a hacerse valer,a  comunicarse a través de gestos o rabietas y a hacer cosas sin ayuda (aunque la necesiten). El problema es que los niños tienen limitadas sus habilidades de autoregulación. Desde una perspectiva de desarrollo, los niños pequeños aún no han aprendido a regular sus emociones ni tampoco a entender la de los demás.

Aunque no tienen habilidades suficientes para aprender nuevas palabras a un ritmo más rápido, los niños tienen grandes deseos de comunicación y en muchas ocasiones, utilizan sus acciones para comunicar sus necesidades. El lenguaje no verbal y señalar las cosas son formas comunes de comunicación en los niños pequeños, pero cuando no se satisfacen sus necesidades puede que la acción se convierta en algo más agresivo, tirando las cosas al suelo e incluso golpeando, empujando o mordiendo al otro.

Si bien es cierto que hay niños que apenas golpean en su desarrollo, hay otros que lo toman como costumbre para poder expresar sus emociones más intensas. Por este motivo, es necesario reconducir la conducta de los pequeños para que la agresividad no se vuelva un habitual.

Aunque los ‘malos’ comportamientos tienen el origen en un mal control de los impulsos, esto provoca reacciones emocionales tanto al niño que lo padece como a los padres que ven la acción negativa en sus hijos. Es necesario que los padres recuerden que la agresión de un niño no es un precursor de que sea un niño agresivo toda la vida. Es importante seguir estos pasos para ayudar a determinar las necesidades que hay detrás de los comportamientos de los niños pequeños y que de este modo, puedas enseñar y ayudar a tu hijo a aprender a comunicarse sin necesidad de utilizar la agresión.

Un niño con rabieta

Observa los patrones de conducta

Cuando un niño se comporta de forma negativa siempre hay un problema subyacente que hace que saque la agresividad. La conducta agresiva es una manifestación de los sentimientos que se elevan hasta la punta del iceberg. Lo mejor que hay que hacer es averiguar lo que está desencadenando estos sentimientos (lo más habitual es que sea frustración o ira). Para averiguarlo es bueno que te hagas algunas preguntas como por ejemplo:

  • ¿Dónde ocurre con mayor frecuencia este comportamiento?
  • ¿Cuándo ocurre con mayor frecuencia este comportamiento?
  • ¿Qué ha pasado justo antes de la conducta?
  • ¿Ocurre más cuando el pequeño está cansado o tiene hambre?
  • ¿Han habido grandes cambios?

Encontrar los patrones de conducta ayuda a los padres a que se averigüe por qué ocurre el comportamiento en concreto y qué es lo que se puede hacer para evitarlo.

Utiliza estrategias de prevención

Es importante tener en cuenta el temperamento de tu hijo para cuando quieras utilizar las estrategias de prevención. Los niños pequeños no pueden satisfacer sus propias necesidades emocionales y dependen de los adultos para que los apoyen y les guíen en este camino. Los niños necesitan a sus padres para construir su personalidad, para potenciar su desarrollo y para cuidar sus necesidades físicas y emocionales.


Descubre algunas estrategias de prevención que puedes aplicar para tus hijos pequeños y así evitar que utilicen la agresividad como medio de comunicación y de expresar sus emociones:

  • Advertir de los cambios. Los niños pequeños a menudo tienen problemas para las transiciones o los cambios. Por eso, los niños pequeños utilizan horarios visuales, así sabrán qué es lo que vendrá después y se sentirán más seguros y con control de su alrededor.
  • Sé consciente de lo que tu hijo es capaz de hacer. Obligar a un niño introvertido a asistir a una gran fiesta con mucho ruido… No es una buena opción, es algo que acabará en fracaso. Piensa cómo es tu hijo y qué es lo que puede ser mejor para él.
  • Haced juego de roles. Los niños necesitan gastar su energía en cosas que le gusta (es decir, haciendo cosas en familia). Usa el juego en casa para practicar cosas, salid al parque para ponerlo en práctica… Los niños aprenden a través del juego. La práctica de cómo comunicar sus necesidades al mundo le ayudará al niño a que sepa qué hacer en diferentes situaciones.
  • Ofrece alternativas. Los niños pequeños tienen muy pocas opciones en su vida, parece que los adultos son los encargados de decidir por ellos en todo. Por eso, siempre que sea posible ofrece opciones que le ayuden a trabajar su independencia y que además, le haga sentir que él también tiene cierto control sobre su entorno.
  • Presta atención a sus necesidades básicas: dormir, comer, jugar. Si tu hijo tiene deficiencias en cualquiera de estas tres áreas, es más que probable que su comportamiento agresivo resurja cuando menos te lo esperes.

Cómo responder a la agresión

Hay padres que sienten que la agresividad de sus hijos pequeños es un fracaso en su crianza, pero nada más lejos de la realidad, solo es que desencadena reacciones emocionales. Una reacción exagerada al comportamiento agresivo solo intensificará el comportamiento negativo del niño. Es necesario aprender a cómo responder y reaccionar ante la agresión de tu hijo pequeño, recuerda que tú eres su mayor ejemplo:

  • Mantén la calma
  • Ofrece alternativas
  • Ofrece distracciones
  • Rompe el ciclo pidiendo al niño que te acompañe a otro lugar
  • Dale un abrazo de amor para que encuentre la calma en sus emociones intensas
  • Cuando esté en calma recuérdale que los golpes o la conducta que haya tenido (debes concretar qué ha sido exactamente) no es aceptable
  • Tomad un momento de descanso juntos
  • Crea un lugar acogedor donde relajaros

hablar con los hijos

El comportamiento agresivo de los niños puede ser todo un reto para que los padres aprendan a manejarlo, pero usando estas técnicas de crianza positiva los niños aprenderán a ser amados, respetados y apoyados incluso en momentos donde las emociones intensas estén dominando su comportamiento.


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