Escarlatina en niños: síntomas y tratamiento

La escarlatina en niños

La escarlatina es una enfermedad causada por una infección bacteriana, concretamente por un estreptococo del grupo A. Esta infección se caracteriza por las manchas color rojo, o escarlata, que aparecen en la piel, además de otros síntomas como fiebre, amigdalitis o faringitis en algunas ocasiones. La escarlatina puede afectar a cualquier persona, aunque por lo general, suele afectar en la infancia.

Concretamente se encuentra la mayor incidencia en los niños con edades entre los 5 y los 12 años. Aunque no se trata de una enfermedad grave, es necesario tratarla con rapidez para evitar que los síntomas causen problemas mayores. Saber apreciar y distinguir los síntomas generales de la escarlatina, te ayudará a diferenciar esta de cualquier otra infección, lo que es fundamental a la hora de comenzar con el tratamiento oportuno.

Causas de la escarlatina

Como ocurre con este tipo de enfermedades infecciosas, la escarlatina se contrae por un estreptococo del grupo A, a través de la nariz y de la boca. Por lo que, se contagia a través de las gotitas de saliva suspendidas en el aire que disemina una persona contagiada al toser o estornudar. Es decir, los niños se contagian fácilmente porque comparten espacio con sus iguales en el colegio y en las zonas de recreo habitual.

¿Cuáles son los síntomas generales?

malestar

Los principales síntomas de la escarlatina pueden confundirse con otras afecciones típicas de los meses más fríos, como la gripe, el resfriado común o la amigdalitis.

Estos son los síntomas generales de la escarlatina:

  • Malestar general, dolor de las articulaciones, los músculos y en general dolor físico, así como una constante sensación de cansancio.
  • Fiebre alta, superior a los 38º.
  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas, vómitos y escalofríos.
  • Inflamación de los ganglios de la garganta, enrojecimiento y dificultad para tragar.
  • Hinchazón de la lengua, además de apreciarse más blanquecina de lo habitual. También se puede enrojecer en exceso.
  • Sarpullidos en la piel, enrojecimiento y escamas, generalmente en la parte interna de los codos, las axilas y las ingles.

El tratamiento para la escarlatina

Cuando el médico determina y comprueba que se trata de una infección por escarlatina, lo habitual es que se recete un tratamiento a base de antibiótico para eliminar la bacteria. El tratamiento debe realizarse completamente y siguiendo las indicaciones del pediatra, puesto que de no tratarse correctamente, podría derivar en problemas de salud graves.

Estas son algunas de las complicaciones que pueden derivar de la escarlatina:

  • Fiebre reumática: una enfermedad inflamatoria que puede afectar a diversos órganos como el corazón, el cerebro, la piel o las articulaciones.
  • Otitis: Los niños padecen con frecuencia de infecciones en el oído, una de las consecuencias de la escarlatina puede ser la otitis media. Una inflamación muy dolorosa y molesta para los niños.
  • Artritis: Que es la inflamación de las articulaciones.
  • Una enfermedad renal: Producida por la inflamación de los riñones, causada por la escarlatina.
  • Neumonía: Se trata de una infección en el pulmón.
  • Diversas infecciones cutáneas.
  • Abscesos y llagas en la garganta.

Medidas preventivas

Enseñar a los niños a cuidar su salud


Enseñar a los niños a prevenir el contagio de infecciones y enfermedades, es la mejor manera de evitar contagios masivos en los colegios. Los niños por naturaleza comparten espacio físico con los otros niños, se besan, se tocan, se abrazan y comparten sus cosas con generosidad. Sin embargo, en esa misma forma de compartir su vida con otros niños, se encuentra el mayor riesgo de contagio de diversas enfermedades.

Especialmente en estos momentos en los que el mundo lucha contra la pandemia provocada por el Covid, es esencial que todos, incluidos los niños, aprendan y desarrollen hábitos de higiene y prevención. El lavado frecuente de manos es la principal medida preventiva, así como evitar tocarse la cara, especialmente los ojos, la nariz y la boca. También deben aprender a beber solo de su vaso o su botella, porque en los objetos cotidianos también existe un gran riesgo de contagio.

En definitiva, enseñar a los niños a cuidar de su propia salud, es tan importante como cualquier otra lección que los padres enseñan de forma natural. De igual manera que enseñas a tus hijos a cepillarse los dientes para cuidar su salud bucodental, debes enseñarles otras formas de cuidarse y protegerse, porque así además, protegen también al resto de personas.


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