Estrategias Montessori para descubrir el mundo entre los 12 meses y 3 años

niña soplando un diente de leon

La edad comprendida entre los 12 meses y los 3 años, es sin duda una época mágica en lo que María Montessori llamaba los periodos sensibles. Estamos en ese intérvalo madurativo donde nuestros niños van a ser ante todo «grande exploradores».Todo lo quieren tocar, el mundo se abre ya ante ellos con mil estímulos que desean hacer suyos y que alcanzarán alargando sus manos: andando y hablando por fin.

Estamos ya en esa fase en que la comunicación inicia ya su desarrollo y donde nosotros, seremos esos artífices que día a día hemos de favorecer su maduración, su ampliación, su comprensión de todo aquello que les rodea. Es un momento increíble en la vida de tu hijo y en «Madres Hoy» queremos darte adecuadas pautas basadas en las estrategias que Montessori nos dejó. Seguro que te son de ayuda.

Estrategias Montessori: aprender jugando

bebe en jardin (Copy)

Estamos ya en esa época en que los niños ya no están tanto tiempo durmiendo. Sus ojos se abren a ese mundo cercano que les rodea y cada día te sorprenden con alguna palabra nueva, con una frase que te hace sorprender y con un paso más fuera de esos límites donde de pronto, todo está ya al alcance de su mano.

Tu hijo se está convirtiendo en un gran explorador y tú, debes poner el mundo ante él cuidando de su seguridad, pero favoreciendo su aprendizaje en la medida que nos sea posible. ¿Y de qué manera podemos conseguirlo? Mediante el juego.

Ahora bien, no se trata en absoluto de dejarle en ese parque de juegos de su habitación con cubos de colores y muñecos. De ese modo lo que hacemos es «limitar» muchos de esos estímulos que podemos ofrecerle en el propio hogar.

  • María Montessori dio mucha importancia al juego como estrategia de aprendizaje. Para ello, ideó materiales y mobiliarios adecuados para conseguirlo.
  • Nosotros mimos en casa también podemos conseguirlo. La idea es propiciar la máxima estimulación sensorial posible.
  • El juego es exploración. Mediante él favorecemos lo que se llama la «poda de la sinapsis», es decir, procedemos a especializar el cerebro potenciando a su vez procesos cognitivos básicos.
  • A través de juego los niños deben experimentar con su entorno de manera segura, para así aprender nuevas conductas, resolver problemas y se adaptarse a nuevas situaciones.
  • Las estrategias Montessori del juego se basan sobre todo en crear situaciones lo más parecidas al mundo real. De ese modo, unimos al niño con el mundo, y favorecemos su seguridad, la amistad y la confianza.
  • Nosotros hemos de ser partícipes del juego, y a su vez, y a medida que crezca,s es necesario socializar al niño permitiendo que juegue con otros amigos, aunque sean de edades diferentes.

Descubrir el mundo a través de situaciones reales

niños de la mano caminando por bosque

No hemos de limitar a nuestros hijos únicamente en el ambiente del su habitación. Sabemos que esa edad comprendida entre los 12 meses y los 3 años, siguen pareciéndonos «bebés», pero es una época en que su salto madurativo es casi prodigioso. De ahí, la necesidad de estimulación, de acercarlos a situaciones nuevas, de hacer de guías cotidianos en cada uno de sus pasos, y en cada una de sus palabras.

Sabemos que no siempre es fácil hacernos con materiales adecuados para el hogar, pero existen una especie de pequeños «parques» de madera donde podemos llevar al niño a cualquier sitio de la casa con tranquilidad. En ellos puede permanecer de pie o sentados. Dentro de las estrategias Montessori, la finalidad sería la siguiente:

  • Hacerlo partícipe de las tareas del hogar. Cuando estamos en la cocina, por ejemplo, podemos permitir que juegue con las verduras, con el pan, con algún molde de silicona donde hacemos los postres. Es posible hacer con ellos alguna receta sencilla, permitiendo que se ensucien con la harina, que sientan los olores.
  • Lo mismo podemos hacer con las responsabilidades domésticas. Favorece que el que vayan poco a poco, guardando sus juguetes, haciéndose la cama, sabiendo dónde va su ropa.
  • Te recomendamos también tener un pequeño espacio para la naturaleza. Plantas que cuidar, semillas que ver germinar como las clásicas lentejas, garbanzos… Todo ello son fantásticos estímulos.
  • Los juguetes, deben ser manuales, que favorezcan el juego simbólico, la coordinación mano-ojo.

Potenciamos su lenguaje con tranquilidad, sin presiones

madre e hijo hablando (2)

Sabemos que están en esa edad donde lo que más nos preocupa es que empiecen a hablar y consigan asentar el lenguaje de manera rápida, eficaz y óptima. Ahora bien, debemos relajarnos y tener en cuenta que cada niño lleva su propio ritmo madurativo, y que la ansiedad, o nuestra presión personal no es buena compañera en estos casos.

  • El lenguaje es sin duda el atributo más característico del ser humano, y seremos nosotros su punto de referencia cotidiano. Nosotros sus artífices.
  • Habla con tu hijo a cada instante con tranquilidad, dale confianza, seguridad. El niño irá tomando conciencia día a día de esos sonidos, de sus significados de su expresividad… Y eso es algo que ocurrirá según su momento madurativo. No debes preocuparte.
  • Es ideal que lo introduzcas en situaciones cotidianas. Habla con él mientras vas de compras, cuando miráis la televisión, en la cocina, mientras plantáis esas semillas en las macetas. Las situaciones cotidianas hacen que se relacionen estímulos visuales con emociones y palabras.

El desarrollo psicomotor mientras descubrimos el mundo

madre e hijo leyendo

Nuestra casa puede ser un espacio prodigioso para descubrir cosas, y a su vez, para crecer y desarrollar sus capacidades psicomotoras de forma óptima. ¿De qué forma podemos propiciar su maduración psicomotora, a la vez que favorecemos su independencia y autonomía?

María Montessori nos propuso lo siguiente:

Un ambiente estimulante y controlado

Queremos favorecer su motricidad, y para ello es muy importante potenciar la coordinación de sus manos (la pinza digital), y su capacidad para sorprenderse, para ser curiosos. No dudes pues en crear estímulos nuevos cada día:

  • Si estamos en la cocina dale unos guisantes para que los coja y los ponga en una taza.
  • Permite que sea él quien plante las semillas en una maceta
  • Pon en la casa cosas que queden a su altura y que pueda manipular: libros en estanterías bajas, sus cosas en mesas bajas y siempre manteniendo un orden.
  • Favorece que tenga contacto con superficies de diferentes formas y texturas: la madera, la tierra, la arena, las piedras, las telas, el plástico, los alimentos… Todo ello son grandes estímulos que podemos poner a su alcance con la adecuada supervisión.

Una vez más hemos de tener en cuenta que cada niño tiene un ritmo, y es nuestro deber como padres respetarlo. No te preocupes si llegan los 16 meses y aún no andan. Según el método Montessori siempre será mejor respetar los propios tiempos del niño y dejar que crezca con libertad.

Es decir, no hace falta que les compremos un corralito o el clásico «tacataca». Deja que se mueva con libertad y con seguridad, permite que explore que se ponga en pie cuando él lo desee, que gatee, que repte… Los niños de entre 12 meses y 3 años son exploradores natos, y esas aventuras cotidianas en libertad y bajo tu supervisión le permitirán crecer en óptima armonía.

Más tarde llegarán otras responsabilidades, entre los 3 y los 6 años siguen esos periodos sensibles y desde aquí, te animamos también a conocerlos desde la perspectiva Montessori.


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