Hace apenas unas semanas estaba en un parque y vi como un perro se abalanzaba sobre otro sin venir a cuento y empezó a morderle… te puedes imaginar cuál fue el panorama. Los dueños intentando separar a los perros (que uno de ellos, el atacante, estaba claro que debía llevar bozal puesto que era una raza de las que llaman ‘perros peligrosos’) y los niños llorando ante tal espectáculo. Mi primer pensamiento fue, ¿y si ese perro hubiera atacado a un niño?
Si eres padre o madre y ves a un perro grande es probable que lo primero que pienses es en proteger a tu hijo y evitar que ese perro se le acerque, pero, ¿y si es el perro de un amigo? Son muchas las personas que son mordidas por perros cada año como para dejar que nuestros hijos se acerquen sin más a perros desconocidos. Hay incluso personas que requieren cirugía y estar hospitalizado por culpa de la mordedura de un perro. La mayoría de estas personas son niños, y las mordeduras se hubieran podido evitar con la educación adecuada.
Para educar hay que entender por qué muerden los perros
Los perros pueden morder por muchas razones. Esto es importante que los dueños de mascotas lo tengan en cuenta antes de que los perros estén dentro de un ambiente donde también hay niños pequeños. Los perros son considerados animales domésticos, pero no podemos olvidar que son seres emocionales puros y que su comportamiento se basa en sus emociones y también en sus instintos.
Los perros más grandes son superiores a los niños pequeños y ellos puede intentar ejercer su instinto superior exhibiendo su comportamiento protector hacia un territorio, una posesión o una persona, y puede hacer esto mordiendo al que considera su contrincante, en este caso los niños.
Los niños menos de cinco años no entienden en muchas ocasiones el concepto de límites cuando se trata de animales o seres humanos. Esto es mucho más evidente cuando se relacionan con animales que son familiares para el niño, como perros o gatos domésticos. La combinación de un perro que quiere marcar territorio y un niño que no entiende de límites, puede dar lugar a un grave problema.
Cuándo se producen la mayoría de las mordeduras
La gran mayoría de las mordeduras de perro se producen en los niños con perros familiarizados, es decir con perros de amigos, familiares o los de la propia familia. Un perro puede morder si se siente provocado por un niño que por ejemplo, tira de su cola, de su pelo o de las orejas. Si un niño se acerca demasiado a un perro y le sobresalta, el perro también puede atacar. Los perros pueden morder por otras razones como por estar enfermo o dolorido. Si un perro ve a un niño corriendo y lo ve como una presa, también puede provocar un ataque.
La mayoría de las lesiones que se producen suelen ser en la cabeza, en el cuello o en otras regiones faciales por lo que es necesario tener mucho cuidado puesto que las heridas pueden ser muy graves. Este tipo de mordeduras en los niños, es probable que sea así debido a la proximidad de la cara de un niño a la boca del perro.
Enseñar a los niños a prevenir las mordeduras de perro
Es necesario que enseñes a los niños sobre la prevención de mordeduras de perro y cómo estar a salvo cuando está cerca de ellos. Para ello siempre que tengas la oportunidad será necesario que hables sobre los perros, sobre cómo te relacionas con ellos, el papel de los animales en la familia… y cómo evitar ser mordido.
Si tienes hijos pequeños es importante que les supervises siempre que estén cerca de perros y que seas consciente de cómo interactúa el niño con el perro, para que aprendan a tratarlos con suavidad y dulzura desde el principio. No te pierdas estos consejos para ayudar a los niños a comprender la importancia de respetar a los perros y así evitar posibles mordeduras.
- Evitar acercarse a perros desconocidos.
- Si conoce al dueño del perro deberá pedir permiso al dueño para acariciar al perro y que la primera vez sea siempre con ayuda del dueño.
- No permitas que tu hijo juegue a solas con perros ni tampoco permitas que se acerque a perros agresivos o catalogados como «perros peligrosos» sin supervisión.
- Enseñar a los niños a que no se debe gritar, correr, pegar o hacer movimientos bruscos cerca del perro o hacia el perro.
- Dar instrucciones a los niños, si un perro va tras ellos no deberá correr tendrá que ser un árbol, estar en silencio con las manos hacia abajo y permanecer quieto como si mirase a sus pies. Si un perro le tira al suelo deberás enseñarle a cubrir su cabeza y su cuello con los brazos y hacerse un ovillo.
- Enseñar al niño a que respete el lugar especial del perro y que cuando esté allí él no podrá acercarse. Puede ser la caseta del perro o su cama para dormir. Pero no aísles a tu perro de la familia, debe saber que todos sois una manada.
- Educa a tu hijo para que entienda el lenguaje corporal de los perros.
- Enseñar a los niños que los perros también tienen sentimientos y emociones y quizá a veces quieran jugar y otras no y no pasará nada, pero debe respetar eso. Nunca se le debe molestar mientras duerme o mientras está con sus crías.
- Enseñar a los niños a que nunca debe tirar de la cola de un perro, ni de las orejas ni hacerle nada brusco.
- Mantener a los perros alejados de la habitación donde hay bebés a no ser que haya una supervisión directa y constante por parte de un adulto.
- Deja que el perro huela a tu hijo antes de que le acaricie y mantén a tu hijo alejado de la cara o de la cola. Lo ideal es acariciar al perro suavemente evitando contacto visual, sobre todo al principio.
- No dar responsabilidades a los niños sobre los perros domésticos demasiado pronto, sobre todo cuando aún no están preparados para ello.
Si a pesar de todo esto tu hijo ha sido mordido deberás solicitar la cartilla de vacunación del perro y obtener el contacto del dueño del perro. Lava la herida rápidamente con agua y jabón y lleva a tu hijo inmediatamente a un centro médico.