Así son las nuevas directrices para introducción de cacahuetes en la alimentación complementaria

Así son las nuevas directrices para introducción de cacahuetes en la alimentación complementaria

Una de las alergias alimentarias que presenta más prevalencia es la alergia a los frutos secos, y en concreto los cacahuetes dan muchos problemas; como en el caso de otras alergias alimentarias, la sintomatología puede manifestarse de forma muy grave, y dificultar incluso la respiración. El caso es que parece ser que los cacahuetes son legumbres en realidad (aunque la manifestación de esta alergia es similar a la provocada por anacardos, avellanas o pistachos), pero para el caso es lo mismo; pues cuando se sufre una alergia a cualquier alimento, la solución es evitarlo. El problema a veces reside en la presencia de trazas o componentes derivados del mismo, por eso es importante además de no ofrecerlo directamente a la persona alérgica, revisar bien las etiquetas cuando compramos en el supermercado.

Ahora bien, ¿recordáis este post nuestro hablando de un estudio que señalaba como segura la introducción de productos que contienen cacahuete en la prevención del desarrollo de alergias, bueno pues de nuevo hoy ahondaremos en la cuestión. Antes pero, repasemos brevemente los mecanismos de producción de alergias alimentarias. Leemos en Kids and Health que suceden cuando un organismo reacciona como si un alimento fuera nocivo para él; al ocurrir esto, el sistema inmunitario fabrica anticuerpos [inmunoglobulinas E (IgE9)]; y a la vez estos liberan histamina y otras sustancias químicas que provocan los diferentes síntomas.

Las alergias alimentarias se manifiestan de forma leve, grave o muy grave, comprometiendo incluso la vida de la persona, de ahí la importancia de la evitación del alimento causante, y de la formación a afectados y familias en el tratamiento de una reacción extrema. Reacciones cutáneas como enrojecimiento, digestivas como vómitos, respiratorias como crisis asmáticas, o cardiovasculares como mareos. La manifestación más comprometida es la anafilaxia, que ocurre de forma repentina y pone en riesgo al alérgico.

Alergia a los cacahuetes, y a los frutos secos.

Durante bastante tiempo, hemos leído consejos sobre la evitación de ofrecer cacahuetes antes de los 36 meses (3 años), y a decir verdad en el caso de cacahuetes o frutos secos, conviene plantearse también la forma de administrarlos hasta los cinco años, ya que coexiste el peligro de atragantamiento. El caso es que cualquier fruto seco se puede triturar o incluir en sopas o bizcoschos, aunque volviendo a las alergias, las nuevas guías del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, parecen desaconsejar el retraso en la introducción de cacahuetes en la dieta de los bebés. La finalidad es prevenir la aparición de alergias que sitúan a las personas en situación de vulnerabilidad en caso de exposición al alimento.

Los síntomas enumerados más arriba, y otros, se pueden presentar en diferente intensidad, y su aparición depende de varios factores como otras alergias padecidas, sensibilización previa, exposiciones anteriores, etc. Las alergias a frutos secos pueden provocar un síndrome conocido como alergia oral (prurito). Y las alergias cruzadas pueden predisponer la presentación de anafilaxia.

Directrices del Instituto Nacional de la Salud (Estados Unidos)

Han sido publicadas en el número de enero del Journal of Allergy and Clinical Immunology. Son varios los estudios revisados y los expertos consultados, y la publicación mencionada es la más reciente sobre el tema. A continuación ofrecemos las principales directrices:

  1. Bebés considerados de alto riesgo (presentan eccema severo, alergia al huevo o ambos). Los expertos han recomendado la introducción de alimentos con cacahuete Entre los 4 y los 6 meses, para reducir el riesgo de desarrollar alergia a este alimento; en cualquier caso se debe consultar a un médico, y hacer la prueba en presencia del mismo o de los progenitores
  2. Bebés que presenten eccema leve o moderado: se puede introducir el cacahuete en torno a los seis meses de edad.
  3. Bebés que no han desarrollado eccema o no tienen alergias alimentarias: se les ofrecerá el cacahuete de forma libre en la dieta, alrededor de los seis meses. Este grupo engloba a la mayoría de los bebés

Todos los bebés deberían probar otros alimentos sólidos antes que aquellos que tienen cacahuete

Así al pronto, me surge la duda acerca de cómo es posible compaginar la directriz 1 con las actuales sobre lactancia materna (recordad: en exclusiva hasta los 6 meses). Porque según veíamos en este post en el que hablábamos sobre la introducción de alimentación complementaria, a partir de los 6 meses, se pueden incorporar a la dieta del bebé otros alimentos, teniendo en cuenta la presentación (triturados, en puré, rallados…), el apetito de los peques, y su reacción al comer cualquier alimento que sea nuevo para él.

Dicho criterio, según estas nuevas directrices, seguiría siendo válido para los grupos 2 (eccema leve o moderado) y 3 (bebés sin problemas). Lo que no acabo de entender es si la recomendación de lactancia en exclusiva se aplica de otra forma en niños que tengan eccema, adelantando el cacahuete.

Las nuevas guías para introducción del cacahuete, se basan en los nuevos datos que sugieren que la alergia podría ser prevenida por la introducción temprana de alimentos. Según los ensayos clínicos, es posible reducir hasta en un 81 por ciento en el desarrollo de la alergia en los bebés que se consideraban de alto riesgo.



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