Prevención de los trastornos de la alimentación en adolescentes

La anorexia, la bulimia, el trastorno de atracones de comida, comer compulsivamente… son preocupaciones que los padres quieren evitar a toda costa. Sin embargo, cuando estos trastornos de alimentación se desarrollan, hay algunos recursos de trastornos alimentarios que son útiles para padres, hermanos y otros familiares y amigos preocupados.

Los tratamientos de desórdenes alimenticios está disponible para los niños y adolescentes es cualquier consulta médica o en los hospitales. Pero es mucho más útil prevenir que ocurra y de este modo, evitar que se tengan que llegar a los tratamientos, aunque la intervención temprana en el desarrollo de un trastorno alimentario tiene mayor probabilidades de recuperación a largo plazo.

Los trastornos alimenticios son enfermedades graves relacionadas con conductas alimentarias persistentes que afectan negativamente a la salud, las emociones y la capacidad de funcionar en áreas importantes de la vida. Los trastornos alimenticios más comunes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y los trastornos por atracones.

Por qué los adolescentes pueden desarrollar problemas alimenticios

La causa exacta de los trastornos alimentarios es desconocido, aunque existen algunos factores que pueden poner a los adolescentes en riesgo de desarrollar trastornos de alimentación, incluyendo:

• Presión social. La cultura popular tiende a poner el punto de mira a las personas que no son delgadas. Las personas que tienen un peso corporal normal incluso pueden tener una percepción de que están gordos cuando no es así. Esto puede causar una obsesión con la pérdida de peso, con la dieta o con una alimentación saludable.
• Las actividades que les gustan. Hay actividades donde se valora la delgadez como el atletismo, ser modelo, etc. Al realizar algunas actividades que valoran la delgadez puede haber riesgo de que existan riesgos de padecer un trastorno alimentario en la adolescencia.
• Factores personales. La genética o los factores biológicos podrían hacer que algunos adolescentes sean más propensos a desarrollar trastornos de alimentación. Los rasgos de personalidad como el perfeccionismo, la ansiedad o la poca flexibilidad pueden también desempeñar un papel importante.

Señales de que existe un trastorno alimentario

Para poder prevenir que el trastorno se desarrolle, resulta fundamental que se sepan ver las  señales que dejan claro que existe un problema que se debe solucionar. Por ejemplo, las niñas son mucho más propensas a tener trastornos de alimentación que los niños, aunque éstos últimos también son susceptibles a padecerlo. Los siguientes signos o señales pueden ayudarte a identificar si un niño está sufriendo un trastorno de alimentación:

• Comer en secreto
• Esconderse la comida
• Preocupación por la comida o la alimentación
• Contar las calorías – de forma excesiva-
• Miedo a engordar
• Atracones
• Vomitar
• Fobias a algunos alimentos
• Evitar algunos alimentos
• Obsesión por el aspecto físico propio o el de los demás

La prevención comienza con una buena comunicación

Una comunicación abierta es esencial para poder prevenir los problemas alimentarios en los niños y adolescentes. Para ayudar a prevenir los trastornos alimentarios adolescentes, deberás hablar con tu hijo o hija sobre la alimentación y la imagen corporal, así como sobre unos buenos hábitos y una vida saludable. Puede que no sea algo fácil, pero es muy importante empezar a hacerlo cuanto antes. Para comenzar tendrás que:

• Fomentar unos buenos hábitos alimenticios en casa. Es necesario que hables con tus hijos sobre cómo la dieta puede afectar a su salud, a su apariencia y a su nivel de energía. Anima a tu hijo a comer cuando tenga hambre y además, debes crear el buen hábito de comer y cenar juntos en familia -está demostrado que los niños y niñas que comen en familia tienen una mejor alimentación-.
• Hablar sobre los mensajes que envían los medios. Los programas de televisión, las películas, los sitios web y otros medios pueden enviar mensajes a tu hijo/a de que sólo un determinado tipo de cuerpo es aceptable. Anima a tu hijo a hablar y a cuestionar lo que ve y lo que escucha en estos medios sociales. Sobre todo, si tu hijo visita webs u otras fuentes que promueven la anorexia como un estilo de vida, hazle saber que es un trastorno alimentario muy peligroso para la salud, pero que en ningún caso es un estilo de vida.
• Promover una imagen corporal saludable. Habla con tu hijo acerca de tu propia imagen física y la suya, y hazle saber que los cuerpos sanos van cambiando. No permitas que utilice apodos hirientes o que utilice chistes basados en las características físicas de una persona. Sé un buen ejemplo y evitar hacer comentarios acerca de otra persona en base a su peso o forma corporal.
• Fomentar la autoestima. Respeta los logros de tu hijo y apoya sus objetivos. Escucha cuando tu hijo habla, busca cualidades positivas de tu adolescente como la curiosidad, la generosidad y el sentido del humor. Recuérdale a tu hijo que tu amor y tu aceptación es incondicional y que el peso y la apariencia nada tiene que ver.
• Explícale los peligros de las dietas y de la alimentación emocional. Explica que la diete puede hacer que peligre su buena nutrición,  que tenga problemas de crecimiento y lo que es peor, que tenga problemas de salud.  Es necesario que tu hijo/a sea consciente de que comer en exceso o demasiado poco, no es una forma saludable de hacer frente a las emociones. En su lugar, es buena idea que animes a tu hijo para hablar con sus seres queridos, sus amigos o con algún consejero acerca de los problemas que puede estar enfrentándose.
• Utiliza alimentos para una buena nutrición. Los alimentos nunca deben utilizarse como recompensa o consecuencia. Resiste la tentación de ofrecer alimentos como sobornos en la educación de tu hijo, del mismo modo que tampoco deberás quitar el alimento en los castigos: estas conductas fomentan los trastornos alimentarios.

Es muy importante que todos los pares recuerden que el ejemplo en casa es lo más importante. Si estás constantemente a dieta, mostrando tus inseguridades físicas o usando los alimentos para hacer frente a tus emociones, o quizá sólo hables de perder peso… es probable que tus hijos tengan el mismo problema en el futuro o incluso que sientas dificultades para animar a tu hijo a comer una dieta sana o que se sienta satisfecho con su apariencia. Es por esto que deberás tomar decisiones conscientes sobre tu estilo de vida y estar feliz del cuerpo que la naturaleza te ha dado.