Vacunas: el peso de la evidencia se inclina hacia los beneficios de su administración

Difteria

Ayer conocíamos angustiados la noticia de que el corazón y los pulmones del niño enfermo de difteria, e ingresado en el hospital, funcionaban ‘gracias’ a las máquinas. Imagino por lo que debe estar pasando su familia, y no puedo más que mostrarles mi apoyo y mis deseos de que se recupere. En todo este asunto es el pequeño el que ha sido perjudicado por culpa de una decisión tomada en base a información inadecuada, los propios padres manifestaban no hace mucho que se habían sentido engañados por los ‘colectivos antivacunas’. Creo que en estos momentos para todos nosotros debe ser suficiente la culpabilidad que sienten, y el hecho de que han aceptado vacunar a sus otros hijos, y a ellos mismos; el hecho de que sientan más o menos presión mediática, o de que todo el mundo opine, no es determinante en la evolución de su hijo.

Como ya sabréis desde el año 1987 que en nuestro país no se detectaba un nuevo caso de esta enfermedad, de la que ayer nos hablaba María José: endémica en países africanos y asiáticos, se podía considerar casi erradicada en el mundo occidental. De hecho la antitoxina se consiguió en Moscú, después de varias gestiones internacionales sin resultado. El enfermo no había sido vacunado desde su nacimiento, la falsa controversia acerca de las vacunas se mantiene a pesar de las evidencias que apuntan a su seguridad, y al hecho de que mantener el actual sistema nos puede evitar graves problemas de salud pública. En realidad la posición de no vacunar es minoritaria, pero puede ser suficiente para generar una fisura por dónde enfermedades infecciosas que sólo conocíamos por libros o películas, saltan a la luz.

Probablemente muchos ya estéis suficientemente informados, incluso habrá alguien cansado por la ingente cantidad de noticias sobre el tema. Nosotros hemos preferido dejar pasar un poco el tiempo, y de hecho creo que independientemente de la acción inmediata (y centrada en el niño), esta situación merece una reflexión colectiva

Vacunas, ¿deberían ser obligatorias?

Este es el posicionamiento de la Asociación Española de Pediatría (AEP) a través del Comité Asesor de Vacunas, y de su Comité de Bioética (copio el texto literalmente):

‘Las vacunas son muy beneficiosas a nivel individual y colectivo. Deberían ser un derecho fundamental de todos los niños. Sin embargo, la instauración oficial de una obligación legal de vacunar podría provocar sentimientos negativos hacia las vacunas en la sociedad. Por tanto, la AEP, en el momento actual, dada la incidencia de enfermedades infecciosas y las coberturas de vacunación actuales, no se manifiesta favorable a que las vacunas sean obligatorias por ley’.

  • Los padres, después de recibir una información precisa y veraz sobre los beneficios y riesgos de la vacunación por parte de un profesional de la salud capacitado, deben decidir, de forma responsable, sobre la aceptación de la vacunación de su hijo. En caso de decidir no vacunar, deberían firmar un documento de no aceptación de la vacunación, reconociendo su responsabilidad por las posibles consecuencias médicas, éticas y legales, individuales y sociales de su decisión.
  • Los pediatras tenemos un papel esencial en la decisión de los padres y debemos informar con rigor y claridad. Es necesario explorar los valores de los padres y sus preocupaciones. El respeto a la autonomía no exime de argumentar e intentar conseguir actitudes y decisiones saludables para los niños.
  • Se debe optimizar todo el esfuerzo posible en hacer llegar la más amplia y mejor información a la sociedad sobre las vacunas y las enfermedades infecciosas que se previenen con estas, con un lenguaje fácil y asequible para todas las edades y los diferentes niveles socioculturales e idiomáticos. La desinformación puede llegar a ser más peligrosa que las propias infecciones.
  • Nuestro compromiso como pediatras, desde el fomento de la responsabilidad, es esencial para lograr mantener altos niveles de vacunación que protejan la salud infantil. La AEP, desde principios de 2015, ya ha iniciado una campaña sobre prevención infantil, en la que se incluye material informativo adaptado para niños y sus cuidadores, sobre el poder preventivo de las vacunas. La concienciación de los beneficios de estas, desde la primera infancia, debe ser uno de los pilares de una confianza sostenida y responsable hacia las vacunas en nuestro país.
  • La llamada a la responsabilidad hacia los ciudadanos debe complementarse con la máxima exigencia y esfuerzo de las autoridades y los profesionales en el objetivo del desarrollo de vacunas mejores y más seguras, el rigor y la transparencia en el procedimiento, y para hacer llegar las vacunas a todos los niños independientemente de sus condicionamientos sociales.

Como parte de esta declaración, y de la voluntad de promover la responsabilidad, se sugiere que se utilice este modelo de Declaración de Responsabilidad en caso de que los progenitores decidan no vacunar, o retrasar la vacunación respecto de la edad recomendada.

Calendario Vacunal Oficial en España

El siguiente cuadro contiene la relación de todas las vacunas en relación a la edad de los bebés / niños, está actualizado para este año, y se ha tenido en cuenta la evidencia sobre efectividad y eficiencia. También se pide un calendario de vacunaciones único para todo el territorio español.

Difteria

Vacunas y leyendas urbanas

Difteria

Confieso que yo misma he tenido dudas en alguna ocasión, pero nada mejor que irse al pediatra del niño y mantener una buena conversación con él, normalmente los médicos agradecen que los papás y mamás pidamos información más allá de las visitas por revisión o enfermedad; en concreto nuestro pediatra me dio a leer muchos artículos médicos bien documentados. La viñeta anterior es lo suficientemente explicativa para que se entienda que los que saben sobre salud, son los profesionales de la salud.

En el caso del niño de Olot, un portador le contagió, porque las personas nos relacionamos unas con otras, y hoy en día hay muchos movimientos que permiten el intercambio social y cultural, la cuestión es que la protección de la salud debe ir por delante de todo, y más cuándo se trata con niños. Si un peque no está inmunizado, corre un riesgo, además de que se vulnera uno de sus derechos. Las vacunas son exitosas y seguras.

Como apunta José Ramón Alonso en este magnífico artículo, se trata de recurrir a la información que está contrastada para obtener datos que sean fiables. Da la impresión que el movimiento anti vacunas, o al menos parte de él, se mueve por el miedo, también por el desconocimiento, o ante la incertidumbre de si (por ejemplo) el niño podría tener alguna reacción adversa (inmediata o posterior) tras la administración de la vacuna. Después de leer mucha información, una conclusión que extraigo es que en el equilibrio riesgos / beneficios, la administración de vacunas, resulta ser la opción más sensata, y más teniendo en cuenta las investigaciones (fiables) que se han realizado, muchas de ellas durante varios años. Desde luego, frente a las opiniones sin base, me decanto por la ciencia, la misma ciencia que ha permitido erradicar enfermedades que hacían sufrir y mataban a niños, y lo siguen haciendo en aquellos países con baja o nula accesibilidad a estas soluciones, en dónde – además – la malnutrición no ayuda a sanar.

Del texto de José Ramón, destaco lo siguiente, aclarando el papel de la homeopatía como vacuna:

De por sí no hacen daño por esa ausencia de sustancias eficaces pero son peligrosas si sustituyen a las vacunas que realmente funcionan. Usar una vacuna homeopática es similar a no vacunarse, la única diferencia es que la medicación homeopática cuesta dinero

Uno de los aspectos que viene motivando la reacción de padres contrarios a las vacunas, era la presencia de Timerosal (sal que contiene etilmercurio) como conservante, en la actualidad las cantidades que contiene cualquier vacuna son insignificantes; y además cualquier persona puede recibir más cantidad de metales pesados con sólo respirar aire contaminado por la circulación.

Difteria

La difteria… de nuevo

La investigación médica y farmacéutica nos ha traído muchas cosas buenas, tener mejor calidad de vida es importante. Si hablamos de vacunas, el porcentaje de daños severos o muertes en caso de contraer enfermedades como las que previene la vacuna DTPa (tétanos, difteria y tosferina), es mayor que si hablamos de cuántos niños vacunados pueden sufrir una complicación grave tras la administración de la vacuna.

Imaginad por un momento que los niños con los que se relacionó el pequeño hospitalizado y que ahora son portadores, no hubieran estado vacunados, imaginad que hubieran sido más. La difteria no es un resfriado, una gripe o una gastroenteritis, estamos hablando de algo que no querríamos que ninguno de nuestros hijos sufriera.

Termino aclarando que cuando buscamos información, esta debe de estar contrastada, y basada en fuentes fiables; y que los médicos son los que más saben de enfermedades y sus soluciones, recurre al de tus hijos si aún te quedan dudas.

Imágenes – prep4md, molasaber, Asociación Española de Pediatría, PAHO/WHO
Más Información – AEP


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