La eficiencia energética es uno de esos términos que se han convertido en algo cotidiano. Sabemos es que es importante para el ahorro en la economía familiar. Pero el mensaje que queremos transmitirte es que, sobre todo, es importante para el planeta, porque haremos uso de la energía de una manera más inteligente, sostenible y eficiente.
Para que tengas un dato de referencia te contaremos que la International Energy Agency (IEA), de la que España forma parte, calcula que sólo con un uso eficiente de la energía se puede reducir el 40% de las emisiones necesarias. Te damos 10 consejos, herramientas y recomendaciones para que pongas en práctica en tu casa la eficiencia energética.
Recomendaciones básicas para conseguir una casa eficiente
Desde hace varios años circulan por Internet algunas recomendaciones básicas, que todas hemos seguido, por ejemplo cambiar las bombillas de la casa por las de bajo consumo, programar la temperatura de la calefacción en invierno, y el aire acondicionado en verano. Seguro que tus hijos en la escuela han aprendido otras, y aquí tienes más.
- Utiliza regletas. Sabemos que apagar los electrodomésticos en vez de dejarlos en modo espera ahorra alrededor del 10% anual, según la OCU. Si tienes regletas son especialmente útiles, al apagarlas, apagas todos los aparatos que están enchufados.
- Cocina eficiente. Si tienes el horno encendido mira por el cristal antes de abrirlo y cerrarlo, o controla bien el tiempo poniéndote una alarma. Si lo apagas unos minutos antes de finalizar la cocción, el calor residual terminará de hacer la comida.
- Sustituye tus electrodomésticos. No todos los meses compramos una lavadora, o un frigorífico, pero cuando tengas que sustituir los tuyos busca los más eficientes para ahorrar energía. En este sentido, desde el pasado 1 de marzo, se ha puesto en marcha las nuevas etiquetas marcadoras de energía eficiente para toda la Unión Europea.
4 gestos a favor de la eficiencia energética
Hay algunos gestos sencillos que puedes inculcar en casa, y que no suponen un gran esfuerzo. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) incorporó a estas recomendaciones el valor de ahorro que tenían también en euros, y así te los trasladamos. Ya verás como son fáciles de asimilar.
- Si apagas la luz cuando sales de una habitación, aunque vayas al baño y luego regreses, puede suponer un ahorro medio del 25% de consumo de energía. Traducido en euros, pueden ser unos 16 euros al año.
- Aprovecha al máximo la iluminación natural abriendo bien las persianas y las cortinas. También es buena idea poner las mesas de estudio cerca de la ventana. También se ahorra alrededor del 25% de la energía que gastamos.
- No laves en agua caliente. La lavadora gasta más energía en calentar el agua que en lavar. Elige programas a baja temperatura, 40 °C o menos. Así consumirás un 40% menos de electricidad.
- Guardar las sobras de comida es una buen idea, pero no las metas caliente en la nevera y, mucho menos, en el congelador. No sólo porque pasaran demasiado brusco de un estado a otro, sino porque cada grado centígrado de más supone un 5% más de consumo de energía.
Las familias tienen más capacidad de energía lo que parece. De hecho, el Instituto de Diversificación Energética (IDAE) atribuye a las familias españolas alrededor del 36% del consumo total de energía final en el país.
Consejos para familias eficientes
Si quieres llevar la eficiencia energética más allá de tu hogar, puedes sacarla a la calle, en la manera en la que viajas con tus hijos, en la educación que les das, y en tu propio trabajo.
- Realiza desplazamientos sostenibles. Piensa en tus desplazamientos cotidianos y los que haces con tus hijos, y hazlos de la manera más sostenible posible: a pie, en bicicleta, en patinete no eléctrico…
- Si utilizas el coche, también puedes hacer una conducción eficiente: con marchas largas, sin revolucionar el motor, a velocidad moderada, usar la reducción de marchas en vez de los frenos…
- Haz turismo sostenible. A la hora de elegir un destino incorpora conceptos como los medios de transporte que utilizáis, los lugares en los que pernoctar, o el destino en sí.
Estos son algunos ejemplos de medidas familiares que, aplicadas a gran escala, nos alejan de manera definitiva del calentamiento global. Gracias a ellas, y otras, podremos aumentar nuestra eficiencia energética.