Con los niños de vacaciones escolares, se corre el riesgo de perder las rutinas que tanto cuestan adoptar durante todo el invierno. Esas rutinas que permiten que los niños tengan el día estructurado y que les aportan seguridad, porque saben qué es lo que viene a continuación y están preparados. Que las rutinas son importantes es algo que se repite hasta la saciedad, pero mantenerlas en verano no es tan fácil como parece.
Sin embargo, es fundamental organizar los meses de verano de forma que los niños mantengan en cierta medida sus rutinas. Porque hay que tener en cuenta que para ellos tampoco es fácil adaptarse y no merece la pena perder todo ese trabajo realizado durante el curso escolar. Ya que el verano es más corto y las vacaciones no duran eternamente, es mejor para ellos intentar que no pierdan del todo las buenas costumbres del curso escolar.
Aunque es necesario y aconsejable ser flexible durante las vacaciones y adaptar un poco los ritmos en base a las necesidades de la época, hay que buscar el equilibrio para que no sea un todo o nada. Es decir, ni acostarse cuando quieran, ni hacerlo cuando aún es todavía de día. Con algunos trucos y consejos como los que encontrarás a continuación, hallarás la clave del éxito.
Trucos para mantener las rutinas en verano
Las rutinas más importantes y las que ayudan a que los niños tengan estabilidad en el día a día, son las relacionadas con los horarios y la organización del día a día. Es decir, los horarios para comer, la rutina de sueño, las normas de juego e incluso, las tareas escolares o de casa. Todas ellas, pueden y deben modificarse de forma que el niño mantenga el hábito, pero de forma adaptada a la época estival. ¿Quieres saber cómo hacerlo?
Reorganiza los horarios
En verano los días son mucho más largos, las comidas se retrasan y se alargan y las horas de juego se amplían porque así lo requiere la temperatura de la calle. Es decir, como hace calor se sale más tarde, se cena más tarde y también se duerme más tarde. Hasta aquí todo es aceptable, ahora bien, eso no significa que se pueda admitir un descontrol diario de los horarios.
Lo más apropiado es adaptar las rutinas del día a día, de forma que cada día se cumplan unos horarios aunque no sean los mismos del invierno. Procura que cada día las comidas se realicen a horas similares, para que el reloj biológico de los niños no se desoriente demasiado. Así, cuando vuelva la normalidad del colegio los niños se adaptarán más rápido.
Las rutinas de sueño
Una de las rutinas que más se descontrola en verano es la del sueño, los niños se acuestan más tarde y por lo general, les cuesta más levantarse por las mañanas. Teniendo en cuenta que las vacaciones duran unas semanas, es preferible que les ayudes a levantarse a una hora más cercana a la habitual, en lugar de dejar que duerman hasta que quieran. El horario en la rutina de sueño puede variar en no más de dos horas, así recuperarán la normalidad con mayor facilidad.
Tareas y obligaciones
Que los niños tengan que hacer deberes en verano es algo cuestionable, que cada vez más padres intentan evitar para que los pequeños disfruten de sus vacaciones. Sin embargo, es importante que no pierdan por completo el hábito de estudio para que la vuelta a la rutina sea más fácil en septiembre. Puedes hacerlo más divertido con un poco de creatividad. Organiza unos juegos olímpicos culturales con los niños, batallas de palabras, premios y recompensas a la mejor redacción. Las opciones son infinitas.
El verano y las vacaciones son el momento perfecto para que los niños aprendan a tener responsabilidades, porque disfrutan de más tiempo libre. Comienza con pequeñas tareas adaptadas a sus posibilidades, como poner y recoger la mesa, pasar el aspirador, hacer la cama o encargarse de la mascota. Mantener las rutinas durante el verano es importante, pero mucho más lo es disfrutar de esta época en familia y pasar grandes ratos con los que más quieres.