Ser madre cambia la vida de una mujer por completo, al menos durante un tiempo. Cuando el bebé está recién nacido apenas te queda tiempo para otra cosa que no sea encargarte de él. Pero aunque este sea un trabajo a tiempo completo y además, muy gratificante para la gran mayoría de las madres, no debe hacerte renunciar al resto de tus aspiraciones.
Independientemente de la edad que tengas, si tienes aspiraciones laborales, deseos de ampliar tus conocimientos, de renovarte o simplemente tienes el deseo de estudiar, adelante. Ser madre no debe impedirte que cumplas tus sueños, quizá debas esforzarte más, ser más organizada y ponerle más ganas, pero eso no significa que sea imposible.
¿Es posible estudiar una vez que se tienen hijos?
Por supuesto que es posible, si ese es tu deseo y es tu meta no debes abandonarla. Tus hijos no son un impedimento para lograr el éxito personal, al contrario, son la mayor de las motivaciones. Pero para no abandonar en el camino, es fundamental que tengas en cuenta cuales son tus posibilidades, necesidades y expectativas.
Si te estás planteando la posibilidad de volver a estudiar, ya sea un curso a distancia, una carrera universitaria o una oposición, no te pierdas los siguientes consejos. Es muy importante que sigas una serie de pautas que te ayudarán en este camino, no te rindas, tu puedes conseguir lo que te propongas.
- Visualiza cuál es tu motivación, y sobre todo tenla siempre muy presente. Una vez que has decidido que quieres estudiar, es importante que elijas bien qué es lo que quieres estudiar. Es decir, si tu motivación es lograr un mejor trabajo, deberás buscar cursos que te ayuden a lograr esa meta. Estudiar por placer es maravilloso, pero cuando tienes hijos es más complicado, por lo que debes tener muy clara tu motivación para no abandonar.
- Organización y planificación, una vez decidido lo que vas a estudiar, debes planificar a la perfección las metas a lograr. Divide tus metas por trimestres, de esta forma tus objetivos serán más realistas y factibles a corto plazo. Las metas muy largas son más fáciles de abandonar, de dejar para mañana y perder el rumbo. Organiza bien tu tiempo en función del tiempo que tengas libre. Si necesitas estudiar por ejemplo, 2 horas al día, establece un horario de estudio basado en las horas que dispongas para ti cada día.
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No te exijas llegar a todo
Si decides estudiar quiere decir que cuando tengas tiempo libre, deberás estudiar y no recoger la casa por ejemplo. Debes ser consciente de que quizá no llegues a todo, no tengas la casa perfecta o que quizá tengas menos tiempo de ocio. Si quieres lograr tus metas debes aprender a renunciar a otras cosas, solo durante un tiempo, después tendrás tu recompensa.
- Hábito de estudio y evita las distracciones, comenzar a estudiar no siempre es fácil. Sobre todo si ha pasado mucho tiempo desde la última vez. Es fundamental que crees un hábito de estudio, de forma que cada minuto que le dediques sea productivo. Organiza un espacio para tu material, donde puedas tener todo preparado para sentarte y estudiar. Si cada día tienes que perder 15 minutos en sacar tus libros, es un tiempo perdido para el estudio.
- Aprende a delegar y olvídate de la culpabilidad. No tienes la obligación de responder a todo, todas las tareas del hogar y de tus hijos no te corresponden a ti. Por mucho que tu quieras encargarte de todo, es necesario delegar en cuanto a las necesidades de tus hijos o de tu hogar. Pide ayuda a tu pareja o a tu familia y no te sientas culpable por ello.
Tus hijos son tu mayor motivación
Las motivaciones que te han llevado hasta la idea de volver a estudiar son solo tuyas. Tú misma has decidido hacerlo por ti, para ti, por tu satisfacción personal o por mejorar en el ámbito laboral. Que logres tus metas será beneficioso para tus hijos, aprenderán lo valioso que es dedicar esfuerzo y constancia a lo que se quiere. Ser madre y estudiante aportará una gran lección para el futuro de tus pequeños.