Alimentar a un bebé recién nacido es una tarea en principio fácil, los bebés se alimentan durante los 6 primeros meses de vida, exclusivamente de leche. Pero pasado ese tiempo comienza la introducción de alimentos.
Cada pediatra puede darte unas pautas, para comenzar con la alimentación complementaria. Prácticamente el método es el mismo, lo que suele cambiar es el periodo de iniciación en ciertos alimentos.
Hoy en día además, conocemos otras alternativas a los tradicionales purés y papillas, como es el Baby Led Weaning. Sea cual sea la opción que tomes para alimentar a tu bebé, hay ciertos errores que no debes cometer.
1. No elimines las tomas de leche, este debe ser el alimento principal
La lactancia, ya sea materna o de fórmula, debe de ser el alimento principal en la dieta de un bebé durante su primer año de vida. La introducción de alimentos se hace gradualmente, para que el cuerpo del bebé los asimile de forma correcta.
Se necesitan muchos meses para que un bebé pruebe todos los grupos de alimentos. Ya que esta, es una carrera de fondo, su alimentación seguirá siendo fundamentalmente de leche.
2. No mezcles varios alimentos a la vez
Ofrece los alimentos de uno en uno. Si mezclas dos o tres sabores a la vez y el bebé sufre una reacción, será más difícil averiguar que alimento ha causado la alergia.
O si el bebé rechaza el sabor, quizá es porque no le guste uno de los alimentos, pero no necesariamente estará rechazando todos. Prueba primero cada alimento por separado, dejando 3 o 4 días antes de probar con otro diferente.
Cuando haya probado por ejemplo 3 frutas y ya sepas que todo está bien, podrás mezclarlas y hacer papillas de frutas con ellas. Es solo una cuestión de paciencia, pero es mucho más efectivo hacerlo de esta manera.
3. No fuerces al bebé a comer
Es un error obligar a los niños de tan corta edad a comer. Piensa que su cuerpo aun no está preparado para alimentarse de otra cosa que no sea leche. Es el único sabor que nunca rechazarán. Hay niños que desde el primer momento disfrutan con los nuevos sabores.
Pero si no es el caso de tu hijo, no debes forzarle a probar el alimento o a terminarse todo lo que hayas preparado. Si un día lo rechaza, prueba de nuevo al día siguiente. Quizá lo acepte con más gusto y no estarás eliminando un alimento a la primera.
4. La fruta entera mejor que en zumo
Ofrecer a los niños zumo de fruta es un error. La mejor manera de conservar todas las vitaminas de las frutas, es tomándola en su forma natural. Además es mucho más costoso y una forma de malgastar los alimentos.
Para hacer un vaso de zumo de naranja natural, necesitas al menos 2 o 3 naranjas. Cuando solo necesitas una parte para la merienda de un bebé o niño de corta edad.
Sobre todo evita los zumos envasados, tienen una cantidad de azúcares exagerada. Si necesitas algo de líquido para hacer los papillas de fruta, añade directamente un trozo de naranja al licuado. O añade un poco de leche, ya sea materna o de fórmula.
5. Ni sal, ni azúcares
No añadas sal a las comidas de tu bebé. Es completamente innecesario y muy perjudicial para su salud. No pienses que porque a ti te parezca que la comida está sosa, el bebé pensará lo mismo. Un bebé nunca ha probado una comida salada, por lo tanto, no conoce su sabor. No lo reclamará ni rechazará la comida por sosa.
De igual manera, no necesitan azúcar, ni miel, ni otro tipo de endulzantes. Por la misma razón, los niños deben conocer el sabor de los alimentos y de la comida de forma natural. Así además, crecerán sin la necesidad de condimentar la comida.
A partir del segundo año, puedes incluir una pizca de sal en su comida, aunque si puedes evitarlo, mucho mejor. Cuando tu bebé coma lo mismo que los adultos, deberás controlar la sal de las comidas. Lo que además será mucho más saludable para toda la familia.
Consejo extra para la alimentación complementaria del bebé
Lo más importante es ser paciente. Como hemos mencionado, tu hijo tardará muchos meses en probar todos los alimentos de cada grupo. Disfruta de esta nueva experiencia tanto para tu bebé, como para ti.