Todos los padres sufren cuando ven a sus hijos enfermos, si tienen fiebre se quedan apáticos y sin apenas energía. La fiebre puede estar causada por muchos motivos, y en muchas ocasiones se puede remediar sin necesidad de acudir al pediatra. Conocer las causas de la fiebre y saber interpretar la subida de la temperatura, es fundamental para poder actuar lo antes posible.
Lo primero de todo es diferenciar entre fiebre y febrícula, o lo que solemos llamar tener unas décimas. La fiebre es cuando la temperatura corporal aumenta, a partir de los 37,2º. En cambio, cuando la temperatura corporal aumenta pasando de los 37º y sin llegar a los 38º, se considera febrícula.
La fiebre o febrícula puede estar causada por diferentes motivos. Por una posible infección, un proceso vírico, el exceso de ropa, el ejercicio intenso o una reacción a una vacuna, pueden provocar el aumento de la temperatura del niño. Por lo general, no es necesario acudir al médico para tratar la fiebre. En estos casos donde la temperatura aumenta sin otros síntomas que puedan alertar sobre algo más grave, se puede tratar en casa.
No obstante, la gravedad del aumento de la temperatura debe considerarla un especialista, sobre todo si tu hijo tiene menos de 6 meses. Acude siempre que puedas a tu pediatra para que se pueda valorar la situación. Estos consejos que vamos a detallar a continuación, pueden ser útiles si la fiebre aparece en la noche o en un fin de semana. Puedes utilizar alguno de estos remedios caseros, pero no dejes pasar demasiadas horas sin acudir al servicio de urgencias si la fiebre sube.
Trucos caseros para bajar la fiebre
- Reduce la temperatura ambiente, si el niño lleva demasiada ropa encima la temperatura puede elevarse aún más. Refresca también la estancia procurando que no haya corrientes de aire, ventila bien y mantén una temperatura ambiente fresca. Si la fiebre aparece en épocas veraniegas es muy importante que vigiles los grados de la habitación. Utiliza un ventilador que ayude a refrescar el ambiente, pero que el aire no de directamente al niño.
- Baños de agua tibia, evita el agua fría ya que podría hacer el efecto contrario y aumentar la temperatura corporal de tu hijo. Prepara un baño de agua templada y baña al niño, procura no mojarle el pelo ya que de lo contrario tendrías que secarlo.
- Aplica frío en zonas localizadas, utiliza gasas o una toalla limpia, empapa con agua fría y escurre bien. Aplica directamente sobre la frente, en la nuca o en las muñecas. Ayudará a reducir la temperatura haciendo que el pequeño se encuentre mejor.
- Vigila la hidratación, procura que tu hijo tome suficiente líquido durante todo el día, además de agua dale zumos naturales, caldo de pollo y verduras templados e incluso suero.
- Procura que tu hijo se mantenga en reposo, la actividad puede favorecer el calor y la fiebre. El estar tranquilo en la cama y sin sobresaltos, favorecerá que la temperatura vaya bajando de forma progresiva.
- Rodajas de patata cruda, este es el típico remedio de la abuela que puede parecer una tontería, pero que realmente es efectivo. Aplica unas rodadas de patata cruda en la planta de los pies del niño, cuando se calienten, cambia por otras rodajas nuevas. No hace falta que estén frías puesto que incomodaría al niño, a temperatura ambiente será suficiente.
Observa si aparecen otros síntomas
Que los niños tengan fiebre es algo muy común, como ya hemos comentado puede aparecer por muchos motivos, incluida la salida de los dientes. Pero es muy importante que observes si aparecen otros síntomas, cuanta más información ofrezcas al pediatra mucho más rápido tendrá el diagnóstico. Los niños enferman con mucha facilidad y la mayoría de las veces es algo pasajero que remite a las 48 horas.
Pero es preferible no jugar con la salud de los niños, si no ha recibido una vacuna o no da señales de un resfriado, no dejes de vigilar la temperatura constantemente. Los niños hasta los 5 años aproximadamente, pueden sufrir convulsiones a raíz de la fiebre. Controla la fiebre regularmente y no dudes en acudir a tu médico si la fiebre es alta.
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