Todos los días tenemos en nuestro calendario algo que conmemorar y ha sido nombrado para celebrarlo como tal cualidad. Para ello tenemos el día de la Pereza, que es el día 17 de octubre y tenemos bastantes razones para nombrar este pecado capital cómo uno de los más importantes.
Y no podemos pasarlo así sin más, ya que la pereza es un estado que hace bajar la guardia, las personas nos sentimos cada vez más fatigadas y tristes de ánimo, no haciendo cumplir parte de nuestras obligaciones. Es por ello que los niños tampoco pueden comenzar a practicar la pereza y por eso te damos algunas pequeñas claves para que no sean perezosos.
Consejos para que tus hijos no sean perezosos
- La pereza entra dentro de una educación metódica y disciplinada. Si los niños son perezosos y no cumplen con sus pequeñas obligaciones a diario eso les puede convertir en personas irresponsables en un futuro. Con la práctica y pequeñas tareas podemos crear niños que no se hagan vagos. Hacer que tengan una rutina y que forme parte de una costumbre creará niños mucho más activos para sus deberes diarios.
- No hay mejor ejemplo que nosotros mismos. Los niños son claros en su comportamiento y rutinas viendo cómo se comportan sus padres. Tenemos que hacerlos ver que no cuesta hacer las tareas primordiales y aunque suponga un gran esfuerzo para nosotros mismos, tampoco debemos de hacer ver nuestras quejas delante de ellos.
- Comienza asignando pequeñas tareas desde que son pequeños. No pienses que no forma parte de su obligación o que es demasiado pequeño para hacerlo, seguramente ya pueda intentarlo y no sabiendo que es una tarea lo puede terminar realizando como algo divertido. Todo es según la forma y modo de cómo lo implantamos, lo ideal es hacerlo ver como algo normal y no una obligación, pues así será mucho más fácil de que lo practiquen.
- La constancia forma parte de estos consejos, ya que si no somos asiduos en crear una rutina creerán que es algo puntual y que no tiene importancia realizarlo. Nuestra paciencia forma parte de esta disciplina, si nosotros no les guiamos ellos no aprenderán.
- Marca un espacio-tiempo para realizar ciertas tareas. Si tu objetivo es crear esa rutina marca todos los días la forma de hacerlo, en el lugar dónde se realice y un tiempo limitado. No podemos mandar que hagan su cama y se tiren toda una mañana en intentar hacerlo, conviene que en un momento concreto comiencen a realizarlo y que no tarden mucho si es algo puntual.
- Premia cuando hagan sus tareas, eso eleva mucho la autoestima. Reforzar con palabras positivas de que lo están haciendo muy bien es algo que a todos nos gusta. Eso significa que estamos reforzando su comportamiento porque estamos reconociendo que lo están haciendo correctamente.
- No funcionan las palabras «tienes que hacerlo así y ya está», o las frases negativas que no gustan escuchar. Podemos pensar que este tipo de actitud hará que la próxima hayan escuchado tu malestar e intenten hacerlo mejor la siguiente vez. Si les decimos “que niño más vago” probablemente desmotiven esas palabras y la próxima vez que lo intente hacer volverá a ser perezoso porque así ya no hay nada que hacer. Para este tipo de dudas puedes leer un artículo que habla sobre si se debe implantar el refuerzo negativo en la educación de los niños.
- La comunicación es una acción que es fundamental entre hijos y padres. La otra parte es pasar todo el tiempo posible y que podamos con nuestros hijos. En la comunicación podemos transmitir que la forma de hacer las cosas deriva a algo positivo. En el caso de que no queramos que sean perezosos y se animen a tener una serie de rutinas todos los días deriva a actitudes positivas en un futuro. Escuchar estas frases les ayudará a comprender mucho mejor su vida.
