Cuando los niños muestran algún dolor físico o algún problema de salud, es lógico sentir angustia o preocupación porque algo pueda estar pasando. Sin embargo, en la mayoría de los casos los dolores físicos, como el dolor de espalda, suelen estar causados por lesiones deportivas o golpes mientras los niños juegan. No obstante, nunca está de más vigilar esas molestias por si se alargan o agravan en el tiempo.
Los síntomas de un dolor de espalda provocado por situaciones cotidianas, suelen desaparecer pasados unos días, sin necesidad de aplicar ningún tipo de tratamiento. Cuando esto no ocurre y el dolor aumenta o persiste por más de una semana, es necesario acudir a la consulta del pediatra. Ya que puede existir una relación entre el dolor de espalda y otros problemas de salud.
Dolor de espalda en niños, posibles causas
Los niños y niñas juegan, saltan, corren y realizan todo tipo de actividades físicas diariamente. Aunque todo ese ejercicio es totalmente beneficioso para su salud, es posible que produzca pequeñas lesiones que causen dolor muscular. A menudo los niños sufren esguinces en las muñecas o en los tobillos, así como golpes y pequeñas lesiones que pueden afectar a la zona de la espalda.
Por el contrario, los niños que se mueven menos, también pueden padecer dolores de espalda provocados por el sedentarismo. Los niños que padecen de sobrepeso y aquellos que tienen una mala postura, también son propensos a sufrir dolor de espalda. Y en muchos casos, el dolor de espalda en niños viene producido por llevar demasiado peso a la espalda en la mochila escolar. Para evitar lesiones en la espalda, no te pierdas los consejos que encontrarás en el enlace para que la mochila de tus hijos lleve el peso adecuado.
Generalmente, cuando un niño tiene dolor de espalda suele ser del tipo muscular. Molestias que desaparecen después de unos días y que no necesitan tratamiento. Sin embargo, existen problemas mayores relacionados con la columna vertebral, como la escoliosis. Esta curvatura en la columna vertebral, produce dolor de espalda y afecta en mayor medida a las niñas.
Cuándo acudir al pediatra
En las revisiones pediátricas se comprueba el desarrollo general de los niños y niñas, sin embargo, a medida que los niños van creciendo se van espaciando las visitas rutinarias al pediatra. Esto puede agravar una situación médica como la escoliosis o la espondilosis. Esta es una enfermedad degenerativa de la columna vertebral grave que puede afectar en la infancia. Problemas que no siempre se pueden detectar a simple vista.
Por lo que, si el médico sospecha que puede haber cualquiera de estos problemas en la columna, solicitará una radiografía para obtener un diagnóstico más certero. Por lo tanto, si a tu hija o hijo le duele la espalda y observas alguno de estos síntomas, solicita una consulta con su pediatra para valorar la situación.
- Si el dolor empeora y persiste durante muchos días.
- El niño tiene fiebre y esta no se relacionada con cualquier otra infección, como una gripe o un catarro común.
- Pierde el apetito.
- Comienza a caminar de forma diferente.
- Observas cambios en su postura corporal.
- Tiene dificultad para mover una extremidad.
- Te indica que tiene hormigueo en una extremidad.
- Pierde el control de los esfínteres.
Cuando un niño se queja de un dolor de espalda y no existe una causa aparente, como una lesión, un golpe jugando o cualquier circunstancia normal en el juego de los niños, es necesario acudir a la consulta del pediatra. Especialmente si la lesión está causada por una caída desde una altura considerable. Si el niño tiene hormigueo, orina con frecuencia y con dolor o sufre mareos, son síntomas de una lesión modular.
Por lo que es esencial acudir a los servicios médicos rápidamente para poder descartar cualquier lesión grave. Aunque lo más probable es que se trate de algo inofensivo, es importante darle importancia porque puede haber alguna causa que requiera de tratamiento urgente.