La mayoría de los niños pequeños realmente disfrutan de tareas selectas si puedes relajar tus estándares sobre qué tan bien y qué tan rápido se hacen. Es triste ver a los niños entre las edades de 3 y 5 perder su amor por las tareas domésticas por las exigencias del mundo adultos. Ellos quieren hacer las cosas bien pero no tienen las herramientas ni la paciencia suficiente de sus padres.
Si eres padre o madre tienes que concentrarte en el hecho de que tu hijo levantó su edredón del suelo, en lugar de que esté colgando de manera desigual, y elogia el esfuerzo. Y si hay ciertos trabajos que a tus hijos les gusta hacer, puedes asegurarte de que puedan hacerlo, ¡porque con el tiempo lo harán bien seguro!
En cuanto a los trabajos que no les gusta hacer a tus hijos, usar un poco de creatividad puede hacerlos más atractivos: usa un títere para pedirle a tu hijo que limpie sus zapatos o desafíale a correr con papá a la cama. Ofrece una opción cuando sea posible, incluso una limitada, como cepillarse los dientes antes o después del baño.
Esto les da a los niños un sentimiento de autonomía, un componente importante para aprovechar la motivación interna. Los esfuerzos pesados para controlar a los niños a veces conducen a luchas de poder innecesarias que terminan en palabras como ¡ No puedes obligarme! (seguido de: ¡Oh, sí puedo! ). A ninguno de nosotros nos gusta sentirse controlado, y especialmente los niños pequeños. A los niños les gusta creer que lo que están haciendo fue su elección más que una obligación…
Así que si quieres que tus hijos participen en las tareas del hogar, lo que importa sobre todo es que les permitas hacer las cosas imperfectas para que aprendan, desde el amor y la paciencia, a hacerlo mejor.