¿Puede tu hijo adolescente dejarte fuera de tu habitación, reclamando privacidad? No. Si bien ciertos elementos de la vida de tu hijo adolescente son privados, su habitación no es realmente una de ellas. Es tu casa, y es perfectamente apropiado que entre y salga de su habitación ocasionalmente (diariamente o semanalmente). ¿Qué pasa si dejó barras de caramelo en el suelo y ahora tienes ratones? Estas son cuestiones que debes conocer.
Si has guardado el ordenador, la televisión y el sofisticado sistema de sonido en otra parte de la casa, puedes consultar a un profesional si tu hijo adolescente pasa mucho tiempo solo en su habitación.
Pero pon esto en contexto: si tu hijo adolescente es un ávido lector, puede que simplemente esté apagando el ruido del hogar para disfrutar de su último libro. Esa es una buena razón para verle de vez en cuando, si estás leyendo, lo sabrás.
Pautas para respetar su privacidad
¿Deberías espiar mientras estás en la habitación y no está allí? No. ¿Le querrías husmeando en tu habitación? El respeto va en ambos sentidos. ¿Esto significa que nunca deberías espiar o hacer preguntas? No, en absoluto. Aquí hay algunas pautas:
- Si escuchas a tu hijo adolescente hablar sobre hacer algo prohibido (tomar drogas, pegar a alguien, robar, etc.) dile a tu hijo que le has escuchado. Puede que tengas razón y que debas involucrarte.
- Si tu hijo adolescente deja algo a tu vista más de una vez, entonces es posible que quiere que lo veas. A veces, los adolescentes quieren deliberadamente que «encuentres» algo porque no conocen otra forma de plantear un tema delicado o problemático.
- Si bien la habitación de tu hijo debe ser territorio abierto, debe tener derecho a un cajón privado o área del armario. Debes investigar esta área privada solo si observas algún tipo de comportamiento preocupante: de repente está saliendo con un grupo muy diferente de amigos a los que no conoces, su comportamiento cambia drásticamente (por ejemplo, se ha vuelto muy reservado), o está actuando de tal manera que temes que pueda estar escondiendo drogas o alcohol en su habitación.
- Si ves que tu hijo llega a casa y va directamente a su dormitorio, ve detrás porque quizá quiera hablar. Toca antes de entrar, tal como te gustaría que llamara a tu puerta cerrada).
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