Los alergólogos ya avisaron de que sería una primavera complicada en cuanto a alergias se refiere, pues las previsiones apuntaban a que la cantidad de granos por metro cúbico en la atmósfera sería elevada. Este tipo de alergias afectan a millones de personas en todo el mundo, muchas de las cuales son niños.
Lo que ocurre es que hoy en día el concepto de alergias estacionales ya no es tan válido, puesto que el polen de árboles, hierbas y flores se está vertiendo en la atmósfera durante todo el año, también hay más personas alérgicas.
Hablamos de alergias ambientales, y no son solo al polen, los ácaros también hacen de las suyas
Una alergia consiste en una respuesta inmune a sustancias que a priori no serían dañinas, y llegan al organismo por inhalación de las mismas (granos de polen). Es el sistema inmunológico de la persona el que reacciona equivocadamente. Entre población infantil están muy extendidas las alimentarias; y sin embargo la frecuencia de alergias ambientales de origen vegetal va creciendo.
¿Cómo reconocer la reacción alérgica?
Los síntomas principales son goteo nasal o mucosidad (con estornudos), lagrimeo con picor en los ojos, prurito (picor) en nariz, boca, garganta o piel; y otros como tos, urticaria, diarrea, dolor de cabeza…
En los casos más graves la reacción se asocia con asma, y provoca sibilancias en los bronquios. Los síntomas de una alergia son muy persistentes, al contrario de lo que ocurre con un resfriado que pasados unos días, y tras superar fiebre, malestar, etc., desaparece.
Ante la sospecha por parte de los padres o del pediatra, conviene que se realice una derivación al alergólogo que realizará los correspondientes tests cutáneos, y analíticas de sangre. En ocasiones también se efectúa provocación con el alérgeno causante.
En personas alérgicas, una vez que el sistema inmune es capaz de reconocer la sustancia, todas las exposiciones posteriores pueden ocasionar síntomas: las células liberan histamina y ocasionan malestar.
No banalices las alergias, son un problema de salud pública importante; de hecho la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, Medio Ambiente y Salud Laboral de Francia, estima que las ‘alergias respiratorias’ (entre ellas las ambientales), se han duplicado en tan solo 20 años
La prevención como ‘arma’ defensiva
Es conocida por todos la recomendación de evitar exposición al alérgeno, aunque ello puede resultar muy difícil en ocasiones (más abajo veréis que tal consejo puede ser cuestionado). Claro que primero se deberá conocer el causante, para ello es determinante la intervención del médico especialista, como he comentado más arriba.
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología clínica ha desarrollado esta aplicación para conocer el recuento de polen según nuestra zona de residencia, y poder planificar mejor las salidas. Más útil es aún AlertaPolen para dispositivos móviles. La vida cotidiana, sin embargo implica pequeños desplazamientos, por lo que es posible hay médicos que recomiendan inmunoterapia.
También os cuento que las peores horas suelen ser las primeras de la mañana y últimas de la tarde, si además el día es muy ventoso, el riesgo aumenta. Hay casos en los que, debido a la gravedad, se recomendará la utilización de mascarillas.
Más cosas que puedes hacer:
La hipótesis de la higiene
Desarrollada a partir de 1989, y ahora en constante evaluación, esta orientación señala que existen prácticas de higiene muy recomendables (el lavado de manos); y sin embargo, no debemos exagerar la protección a los niños evitando cualquier contacto con el medio natural. En este punto, el equilibrio es necesario mejorando las experiencias naturales, a no ser que te indiquen lo contrario (por ejemplo que te digan que ‘no os expongáis a tal o cual variedad de polen’).
Además, es aconsejable que se mantenga un buen nivel de ejercicio físico (favorece el sistema inmunitario), y la alimentación sea equilibrada
Como ya sabes, hoy en día le pueden prescribir a tu hijo alérgico medicamentos para combatir la sintomatología: atención a dosis y otras instrucciones. Pregúntate siempre qué más puedes hacer por tus hijos en cuestión e alergias, sin por ello afectar a su salud global; cuando sea necesario, busca más de una opinión médica.
Imagen – Réka Vajda