Autocontrol: Cómo ayudar a los niños a controlar sus impulsos

niña ataque de ira

La falta de control de los impulsos es la raíz de muchos problemas de conducta. Sin la intervención adecuada, los comportamientos impulsivos tienden a empeorar con el tiempo. Por ejemplo, los niños impulsivos de 6 años pueden dar golpes de rabia cuando no se salen con la suya, mientras que un adolescente puede compartir contenido inapropiado por internet sin pensar en las consecuencias. Por esto, ayudar a los niños a controlar sus impulsos es una tarea prioritaria para los padres.

Lo positivo es que pueden aprender nuevas habilidades para mejorar el control de sus impulsos a medida que crecen. Y cuanto más autocontrol consigan, menos probable será que hagan o digan algo que pueda dañar a los demás, o a sí mismos. Además, estas habilidades les serán muy útiles a lo largo de su vida.

Formas de ayudar a los niños a controlar sus impulsos

Vamos a ver algunas estrategias para ayudar a los niños a controlar sus impulsos.

Enseña a tu hijo a etiquetar sus sentimientos

Los niños que no comprenden sus emociones tienen más probabilidades de ser impulsivos. Un niño que no puede decir que está enfadado, exterioriza esa emoción con agresividad. O un niño que no puede verbalizar que está triste, su reacción será tirarse al suelo para llorar y gritar. Por tanto, el objetivo consiste en enseñarle a reconocer sus sentimientos para que pueda expresarlo verbalmente en vez de con acciones desproporcionadas.

Háblale a tus hijos de las emociones básicas como el enfado, de la tristeza o del miedo. Muéstrales las diferencias que existen entre uno u otro. Puedes valerte de libros o películas para facilitarles la comprensión. Lo más importante es que sepan que está bien enfadarse, pero no golpear cosas o a personas. Y que sentirse triste o tener miedo son emociones igualmente normales. Cuando sean capaces de poner nombre a sus emociones, será menos probable que se dejen llevar por sus impulsos.

niño disgustado

Pídeles a los niños que repitan las instrucciones para ayudarles a controlar sus impulsos

A menudo los niños se comportan de manera impulsiva porque no escuchan lo que se les pide. Probablemente se pongan a hacer cosas antes de que hayas terminado de pedirles lo que quieres, sin ni siquiera saber qué es lo que quieres que hagan. Hacerles repetir lo que les has dicho, es una manera de asegurarte de que te han prestado atención. Una vez sean capaces de repetir lo que les dijiste podrán ponerse manos a la obra.

Es evidente que si no pueden repetir aquello que les has pedido, es bastante improbable que sean capaces de llevarlo a cabo. Harán otra cosa. Por eso, asegurándote de que sí te han escuchado, conseguirás que ellos se detengan un momento para prestar atención. El hecho de detenerse y escuchar es importante para controlar sus impulsos.

Enséñales a resolver problemas

Fomentar las habilidades de resolución de problemas es una de las técnicas más efectivas para el control de impulsos. Enseñar a los niños que un problema se puede resolver de diferentes maneras les muestra lo importante que es evaluar las distintas posibilidades antes de actuar. Por tanto, plantea a tus hijos un problema, y anímales a pensar al menos cinco posibles maneras de resolverlo. Tras identificar las soluciones, ayúdales a pensar en la solución más eficaz, y que la pongan en acción.

Con la práctica, se acostumbrarán a pensar antes de actuar y esto frenará su impulsividad. Comenzando esta estrategia como un juego, adquirirán el hábito de meditar las situaciones antes de enfrentarlas. Esta habilidad sin duda les resultará tremendamente útil para su futuro, tanto académico como profesional.

Enseña a los niños habilidades para controlar la ira

La baja tolerancia a la frustración puede provocar arrebatos de impulsividad. Enseñarles estrategias para canalizar esta frustración puede ayudarles a lidiar con sus emociones de una manera más sana. Sencillas técnicas como respirar profundamente o caminar por la casa puede hacerles quemar energía y relajarse. La meditación y el ejercicio físico también son buenas herramientas para los niños con problemas para controlar la ira.


También puedes preguntarles qué cosas o actividades les hacen sentirse tranquilos, y a partir de sus respuestas crear un “kit de la calma”. Se trata de una especie de botiquín al que acudir cuando sientan que no pueden controlar la ira. El objetivo es que se relajen con el contenido de ese botiquín para emergencias, pero lo ideal es ir enseñándoles a relajarse antes de meterse en problemas por su falta de autocontrol.

niño zen en el campo

Lo más importante es la comunicación y la comprensión

Es normal que los niños pequeños sean físicamente impulsivos, es parte de su naturaleza. Golpear cosas, saltar en la cama o correr y gritar por el supermercado son problemas comunes de control de impulsos. En la adolescencia la mayoría de niños ya han logrado controlar sus impulsos, pero aún pueden ser verbalmente impulsivos. Esto les traerá más de un problema en sus estudios o trabajos.

Con la práctica y la disciplina constante, el control de los impulsos debería mejorar con el tiempo. Sin embargo, si tus hijos parecen tener más dificultades que otros niños de su edad, lo más recomendable es hablar con su pediatra. Condiciones como el TDAH pueden interferir con la capacidad de tus hijos para controlar el comportamiento impulsivo. Por tanto, es importante que un especialista evalúe si tu hijo está luchando por desarrollar el autocontrol.


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