Cómo ayudar a dormir a los niños de 2 a 10 años

Colecho con nuestros hijos

Que tu bebé duerma toda una noche no es una victoria para ti, simplemente es que su organismo ha podido lograrlo y para ti es todo un descanso, por supuesto. Aunque quizá estés luchando por una batalla constante con tu hijo/a, como es la hora de dormir. Desde los más pequeños hasta los pre-adolescentes, es posible que tengan horarios nocturnos poco aconsejables para garantizar un buen descanso. Cuando los hijos no duermen bien, los padres tampoco… y nadie descansa en condiciones. Entonces, ¿qué se puede hacer para dormir mejor todos?

Primero te adelanto que si tienes un bebé de 0 a 2 años, tendrás que adaptarse a sus ritmos. Es posible que su ciclo no esté aún regulado y por este motivo aún tenga despertares nocturnos. Pero no te preocupes, porque con su maduración poco a poco irá mejorando y dormirán más espaciado. Eso sí, cuando se despierten a mitad de la noche necesitarán de tu amor y cariño, pero también que les enseñes a que es el momento del descanso y no del juego.

A continuación vamos a hablarte sobre cómo ayudar a dormir a los niños de cualquier edad. Busca la edad de tu pequeño/a y empieza ayudarle a tener un mejor descanso por las noches.

De 2 a 4 años

Los niños a estas edades suelen retrasar la hora de ir a la cama con cualquier excusa y en muchas ocasiones podrán al límite tu paciencia. Tu hijo sabe qué botón presionar para llamar tu atención. Pero si se va muy tarde a dormir, dormirá menos de las horas necesarias para que recupere toda su energía y puede que al día siguiente esté bastante más irritable. El cerebro necesita descansar durante la noche para poder tener unas buenas conexiones neuronales.

Es necesario que sigáis unas rutinas cada noche para que tu hijo aprenda cuándo es el momento de ir a dormir sin rechistar. Deberás establecer una rutina muy clara, si es necesario puedes hacer un cuadro o tabla de puntos: bañarse, ponerse el pijama, cenar, cepillarse los dientes, leer un cuento y dormir. Sin nada más que eso. Sin juegos, sin batallas de almohadas… cuando toca dormir no hay que sobreexcitar a los niños.

nena que no quiere dormir

Pero, ¿qué pasa si tu hijo va a la cama pero no quiere quedarse allí? Quizá ya hayas acostado a tu hijo y en cuanto te giras sale de su habitación corriendo. O quizá se duerme tocando tu mano y cuando se despierta durante la noche corre a tu habitación en busca de tu mano para volver a dormirse (busca el mismo estímulo que tuvo al dormir para dormir de nuevo). Para solucionar esto deberás hacer que esté cómodo/a durmiendo solo/a.

Si te rindes ante el aprendizaje de que se duerma solo/a estarás reforzando el comportamiento. Sigue tus rutinas para que se duerma y después salte de la habitación.

De 5 a 10 años

Si los horarios de sueño de tu hijo no son adecuados entonces deberás plantear algunas soluciones para que pueda descansar cómo merece. Si tu hijo no duerme ni descansa bien puede desajustar el descanso familiar. Deberás mantener un horario diario y mantenerlo constante. Si ves que tu hijo cuando duerme siestas después por la noche le cuesta mucho conciliar el sueño, lo mejor será acortar esas siestas para que por la noche pueda dormirse más fácilmente.

Si a tu hijo le despiertan los primeros rayos del sol, deberás echarle toda la persiana hacia abajo o en su defecto, tener cortinas opacas en las habitaciones. También deberá aprender cuándo toca dormir y una tabla de puntos con rutinas para antes de acostarse, a estas edades, también funcionan muy bien.

Duerme suficiente


Es posible también que tu hijo tenga pesadillas y que eso os despierte a todos. Los temores nocturnos pueden convertirse en un auténtico problema nocturno para toda la familia si no se tratan a tiempo. Los miedos nocturnos pueden aparecer de cualquier estimulo, como lo que han escuchado en las noticias… se dan cuenta que hay un mundo fuera de su hogar y que también hay personas malas que hacen daño… todo esto puede generar grandes miedos y empezar a creer en monstruos. Estos miedos se convierten en pesadillas. Es necesario no confundir las pesadillas con los terrores nocturnos (que ocurren una hora después de que se duermen y los niños no recuerdan nada por la mañana).

Otro problema común puede ser la privación del sueño o el descanso de mala calidad. Cuando esto ocurre pueden aparecer las pesadillas o los terrores nocturnos, por lo que es necesario primero que te asegures de que tu hijo/a está recibiendo el descanso que necesita. Si tiene pesadillas puedes usar ‘poderes mágicos’ para los más pequeños, como poner agua mágica en la mesita de noche y decirle que los monstruos no se acercarán si toma un poco de ese agua porque le dará el poder de que no se puedan acercar a él.

Descanso bebés

Si tu hijo es más mayor, dile que escriba sus pesadillas en un cuaderno con todo detalle y cuando lo haya escrito, escribe con él finales felices y bonitos. Si tuviera pesadillas continuas, sería bueno acudir al pediatra por si hubiera algún problema en su vida que les estuviese afectando emocionalmente demasiado y que no supiese cómo afrontar.

Como has podido comprobar lo más importante para que los niños aprendan a dormir es sobre todo, mantener constancia en las rutinas nocturnas y que diferencie cuando toca dormir y descansar por la noche y cuando es el momento de despertar y comenzar un nuevo día. Cada noche, cuando se vaya acercando la hora de ir a dormir puedes bajar las luces de la casa para que los pequeños empiecen a darse cuenta que las rutinas de cada noche se acercan. Si a pesar de todos tus esfuerzos sigue sin descansar bien, entonces acude a tu pediatra o a un profesional para valorar si existe algún problema añadido. Aunque también, recuerda que cada niño es un mundo y que hay niños que duermen más y otros que duermen menos, y no pasa absolutamente nada malo por ello.


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