Cómo ayudar a tu hijo pequeño a construir relaciones sanas de amistad

niños jugando

Con la entrada a la escuela los niños empiezan a construir sus primeras amistades. Es posible que a partir de los tres años empiece a referirse a los demás como ‘amigos y amigas’. Los niños empiezan a entender lo que significa tener afinidad con los demás y que existen personas con las que se puede llevar mejor que con otras. Nacen las primeras amistades y los primeros amigos en la vida de tus hijos.

Los amigos, igual que pueden jugar pueden tener algunos desentendidos normales a edades tempranas. Los niños y niñas de 3 y 4 años son egocéntricos y muy emocionales por lo que es bastante normal que tengan relaciones de ‘amor-odio’ con sus iguales. Pero, ¿cómo puedes ayudar a tu hijo pequeño a construir relaciones sanas de amistad?

Las amistades en edad preescolar normalmente tienen más drama que las novelas de las cuatro de la tarde. La mayoría de los niños de tres y cuatro años se preocupan por tener amigos, pero también pueden estar pensando en lo que significa tener un buen amigo. Los niños a esta edad pueden decir a otro niño que es su mejor amigo y al minuto puede decirle que vaya a su fiesta de cumpleaños y al día siguiente se pueden enfadar por cualquier motivo, pero durará dos segundos antes de que vuelvan a jugar.

A estas edades los niños son muy afectuosos y les encanta estar junto con sus amigos, pero también les gusta discutir y llevar la razón. Es necesario tener todo esto en cuenta para ayudar a los niños pequeños a construir lazos fuertes y sanos. Así, podrás ser un buen guía para que tenga relaciones sanas y que se sienta feliz con los amigos que vaya haciendo a lo largo de su vida.

Hablar de sentimientos habitualmente

Los niños en edad preescolar comienzan a entender que otras personas tienen pensamientos y sentimientos que pueden ser diferentes a los propios. Esta es una nueva capacidad que permite a los niños de edad preescolar poder cuidar y consolar a un amigo cuando lo está pasando mal… empiezan a tener empatía. La empatía se debe cuidar desde estas edades porque es necesaria para poder construir relaciones fuertes y duraderas.

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Mientras que los niños más pequeños pueden buscar a su madre para que consuele a otro niño que está llorando, los niños de tres y cuatro años se dan cuenta de que su amigo querrá a su madre en lugar de a cualquier adulto. Hay investigaciones que demuestran que cuando los padres hablan sobre emociones de forma habitual a medida que van surgiendo en la vida real, en las películas o en los libros, los niños son capaces de trabajar la empatía internamente y de imaginar un mejor punto de vista de los otros. Aprenden a entender los sentimientos de los demás y a ponerse en zapatos ajenos.

El poder ponerse en la perspectiva de los otros es la base fundamental para la amistad. Se pueden hablar con los niños cosas como por ejemplo: ‘Él está asustado porque nunca ha hecho esto antes’ o quizá: ‘Ella se siente feliz porque su amiga ha compartido con ella los colores para pintar juntas’.

Organizar sesiones de juegos con niños

Jugar juntos es una gran oportunidad para que los niños puedan llevarse bien, por eso organizar momentos de juego es buena idea para que ellos empiecen a trabajar su vínculo afectivo. Aunque los grupos más grandes de juegos pueden ser más divertidos, tu hijo podrá disfrutar más si organizas tiempo para jugar con solo otro niño. Los preescolares tienen preferencias por ciertos niños por encima de otros, por lo que es posible que él quiera decidir a qué amigo quiere invitar a su casa para jugar. 

niños jugando

Cuando los pequeños tienen tres y cuatro años es una edad estupenda para que puedan disfrutar del juego simbólico y que incluso, sean capaces de representar algunas escenas imaginarias complejas. Pueden divertirse luchando con otros como si fuesen batallas, siendo veterinarios… cualquier juego representando la realidad del adulto es un buen juego para ellos. 


Debido a que los niños se conocen bastante bien cuando se hacen amigos, sabrán coordinarse bien en los juegos simbólicos, tanto que si te quedas observando un rato te sorprenderás de su organización. Los adultos deberíamos aprender de sus habilidades.

Cuando organices una cita para que tu hijo juegue con otro niño entre hora y media y dos horas es más que suficiente para que puedan crear vínculos afectivos fuertes. Aunque parezca que se llevan bien entre ellos de forma innata, la realidad es que para ellos es un trabajo duro el hacer amigos, por lo que es mejor acabar la cita organizada con una nota alta que esperar hasta que los niños están cansados y de mal humor, algo que podría influir en sus lazos de amistad.

Enseñar empatía

A pesar de que los niños en edad preescolar están aprendiendo a ser empáticos, a veces pueden ser algo insensibles con los demás. Los niños tienden a asumir que otros niños piensan de la misma forma en la que ellos lo hacen, pero cuando un amigo no hace lo que quieren pueden sentirse molestos y no querer ser más su amigo -de forma temporal-. 

Los niños pueden discutir sobre las posesiones, sobre quién se va a montar antes den una bicicleta o sobre cuál será el personaje que representará en el juego simbólico. También pueden excluir a otros niños del juego… esto sucede porque quieren defender su territorio o porque se agobian cuando intentan coordinar el juego y aparecen más niños, y esto les desequilibra su organización del juego.

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Anima a tu hijo para saludar a sus amigos, decir por favor y gracias, a ser capaz de respetar los turnos y a compartir con los demás. Si se pelea con otro niño es importante que se le explique cómo se siente su amigo y pedirle qué puede hacer para ayudar a su amigo a que se sienta mejor. Si ves que no sabe cómo actuar puedes redirigir la situación y que ambos se sientan bien de nuevo.


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