Cada vez la meditación va ganando terreno en un mundo que va cada vez más rápido, y el estrés y la ansiedad son el pan de cada día. Sus beneficios son cada vez más conocidos y su interés es cada vez mayor. Los beneficios de la meditación también pueden ser aprovechados por los niños. Veamos cuales son.
¿En qué consiste la meditación?
Suele confundirse la meditación con la reflexión, pero no tiene nada que ver. La meditación consiste en aprender a escucharse a uno mismo, es un ejercicio de atención en un mundo donde hay muchos estímulos que la captan pero donde dejamos pasar de largo las señales de nuestro propio cuerpo. Es dirigir nuestra atención de una forma sostenida y plena hacia algo en concreto. Puede ser hacia nosotros mismos para escuchar nuestras emociones, nuestras sensaciones, nuestro ser. O también puede mantenerse la atención hacia algún objeto en concreto como un fuego. Consiste en estar presente aquí y ahora.
La respiración está muy presente en la meditación. Es donde se suele dirigir la atención durante las meditaciones. Simplemente centrarnos en algo que hacemos de forma natural e inconsciente.
La meditación aunque está relacionada con la religión budista, se puede practicar independientemente de tus creencias religiosas.
¿Por qué enseñar meditación a los niños?
Pues por las mismas razones por las que deberían meditar los mayores. Vivimos en un mundo donde todo es para ya, lo queremos todo rápido y al momento. En un mundo así hay que aprender a pararse, a observarse, a respirar conscientemente, a tomar consciencia de nosotros mismos.
Si en los adultos tiene beneficios, en los niños con su cerebro en plena expansión es oro puro lo que pueden conseguir.
Beneficios de la meditación en niños
Padres e hijos pueden aprovechar las múltiples ventajas que tiene la meditación para la salud física y mental. Repasamos a continuación los beneficios que tiene la meditación en niños.
- Ayuda a reducir el estrés y la ansiedad de los niños, lo que les ayuda a calmarse. Es un efecto inmediato que produce la meditación.
- Mejora su inteligencia emocional. En el estado de calma es más fácil gestionar las emociones sin dejarnos arrastrar por ellas.
- Mejora la concentración. Al trabajar la atención plena se fortalece y es más fácil que presten atención de forma dirigida y consciente a donde el niño quiera.
- Activa la imaginación y la creatividad. En el estado alfa de nuestra mente que se alcanza durante la meditación, es el mejor momento y lugar para la creatividad. Las mejores ideas suelen aparecernos en este estado, que es el estado en el que estamos justo antes de dormirnos.
- Mejorará su autoestima. Aprenderán a conocerse a sí mismos y a aceptarse, a ganar seguridad y confianza en sí mismo. Crecerán interiormente.
- Su sistema inmunitario mejorará.
- Mejora sus capacidades cardiovasculares y neurológicas.
- Sus habilidades cognitivas se desarrollan: la atención, la lógica, el cálculo…
- Desarrolla capacidades como la empatía, la compasión y la asertividad, lo que mejora su socialización.
- Llevará mejor las frustraciones con las que se vaya encontrando.
- Será un adulto más sano y feliz.
¿A partir de que edad pueden practicar meditación los niños?
Los niños pequeños ya comienzan a hacer conductas que se pueden aproximar a la meditación, pero a los 6-7 años pueden practicar la meditación de forma plena. Los niños ya sabemos que aprenden jugando, así que hay que introducirles la meditación como un juego para que les cause interés.
Todos estos beneficios están genial, pero si el niño no quiere no se puede forzar. Podemos explicárselo y hacerlo con ellos pero si no quieren nada podemos hacer. Solo podemos hacer que vean con nuestro ejemplo y tener mucha paciencia.
Hay libros especializados sobre meditación para niños que te pueden adentrar en este fabuloso mundo, aunque lo mejor es acudir a clases donde un especialista nos puede dar las pautas de forma individualizada según nuestro caso.
Porque recuerda… los beneficios no deben ser el fin de la meditación si no un motivo más para practicarla.