La nutrición durante el embarazo es importante para el bienestar de la madre y el bebé. Elegir los alimentos adecuados te ayuda a vivir las 40 semanas de gestación con serenidad y salud.
Entendamos juntos si es posible comer espinacas durante el embarazo o si es uno de los alimentos a evitar durante el embarazo.
Beneficios y valores nutricionales
Antes de ver la importancia de las espinacas cuando estaos embarazadas veamos sus propiedades.
Los valores nutricionales de las espinacas son:
- 90% agua;
- 2% fibra;
- 3,5% de proteínas;
- 3% de carbohidratos;
- 0,6% de grasas;
- 558 mg de potasio;
- 49 mg de fósforo;
- 99 mg de calcio;
- 2,9 mg de hierro;
- 79 mg de magnesio;
- 79 mg de sodio.
Además, tan solo contienen 31 calorías en cada 100 gramos.
Beneficios y propiedades:
- combatir los radicales libres;
- garantizar la salud ocular;
- reducir el estrés oxidativo;
- ayudar a prevenir el cáncer;
- reducir la presión arterial;
- purificar el cuerpo;
- mejorar la salud del cabello y la piel;
- fortalecer el sistema inmunológico;
- mejorar el funcionamiento del cerebro;
- reducir los cambios hormonales;
- mejoran el estado de ánimo.
Entonces… ¿puedes comerlas si estás embarazada?
Los valores nutricionales de las espinacas las convierten en una de las verduras que se pueden comer durante el embarazo.
Sin embargo, las espinacas también contienen ácido oxálico, un factor antinutricional. Este ácido, cuando se combina con varios minerales, como el hierro, el magnesio y, en particular, el calcio, forma sales, llamadas oxalatos, que impiden su absorción. Si tomamos suplementos de calcio o comemos cantidades excesivas de estos elemnentos, seremos más propensas a padecer cálculos renales. Las espinacas pueden convertirse en alimentos a evitar durante el embarazo.
En algunos casos, por tanto, el ginecólogo puede aconsejarnos excluir esta verdura de la dieta durante el embarazo.
En sujetos predispuestos o que toman suplementos de calcio, el ácido oxálico puede hacer descender los niveles de calcio, impidiendo que el organismo de la mujer embarazada lo absorba correctamente. Una disminución importante de este mineral en la sangre puede provocar manifestaciones como calambres, contracciones, irritación de las vías urinarias y cálculos.
Todos estos síntomas pueden ser peligrosos durante el embarazo.
¿Cómo comer espinacas durante el embarazo?
Cuando no existen factores de riesgo como los mencionados y puedes comer espinacas sin peligro durante el embarazo, se podría decir que las espinacas se encuentran dentro de los alimentos que contienen más propiedades saludables, tienen tiempos de cocción cortos y se pueden hacer de muchas formas.
Os dejo unas cuantas ideas de comer espinacas. Se pueden comer como ensalada de espinacas crudas, cocidas o hervidas.
- Cocinar las espinacas durante el embarazo evita el riesgo de posibles infecciones como la toxoplasmosis. Es importante seguir algunas reglas al cocinar espinacas frescas. Para cocinar las espinacas frescas se necesitan sólo unos minutos, máximo 6. Una cocción rápida y ligera permite, de hecho, mantener no sólo un mejor sabor sino también una mayor cantidad de vitaminas y minerales.
- Las hojas tiernas de las espinacas también se pueden comer crudas. Comer espinacas crudas aliñadas con jugo de limón favorece la absorción de hierro por parte de nuestro organismo. Las ensaladas también se pueden aromatizar y enriquecer con frutos secos que aumentan su valor nutricional. La espinaca de montaña es una variedad de espinaca que crece de forma silvestre en algunas áreas. Su sabor parece ser muy bueno. Después de una cuidadosa limpieza, también se pueden comer crudos. Si se limpian con cuidado y no en dosis excesivas, puedes comer espinacas crudas durante el embarazo porque son ricas en hierro, magnesio y calcio. De cualquier manera, siempre pregúntale a tu ginecólogo cuando se trata de vegetales crudos durante el embarazo.
- Por su practicidad y propiedades, las espinacas congeladas suelen incluirse entre los alimentos a consumir durante el embarazo. Cocinar las espinacas congeladas es muy sencillo, simplemente sumérgelas en agua hirviendo con sal y déjalas hervir durante unos 5-10 minutos, dependiendo de la cantidad. O también se puede cocinar el producto aún congelado en una sartén con un chorrito de aceite.