En el embarazo nuestro cuerpo se somete a un centenar de cambios tanto físicos como hormonales. A medida que transcurre el tiempo, la ansiedad y el miedo por el parto nos invade, y la mínima contracción nos parece el inicio de ese día tan esperado. Pero ¿sabías que tu cuerpo se entrena, semanas antes del parto, con un tipo de contracciones?
Aproximadamente sobre la semana 20, y aunque aún no las notes, aparecen las primeras contracciones conocidas como las contracciones de Braxton Hicks. Su función es entrenar al útero para las futuras contracciones de parto, además de ablandar el cuello uterino y facilitar así el proceso de dilatación en el día del alumbramiento. Son también llamadas pródromos de parto o contracciones preparto y es muy fácil diferenciarlas de las contracciones verdaderas de parto:
- Las contracciones de Braxton Hicks, como norma general, son de baja intensidad y aunque en ese momento te parezcan fuertes no debes de preocuparte; con un pequeño descanso lo común es que acaben desapareciendo.
- Se caracterizan por ser irregulares, al contrario que las contracciones de parto que son bastante regulares y cada vez más seguidas las unas de las otras a medida que pasan los minutos.
- Son de corta duración; pueden durar unos 30 segundos. Las contracciones de parto son largas (duran más de 1 minuto).
- El dolor (más que dolor es una sensación molesta) de las Braxton Hicks suele ser localizado; no se extienden por toda la tripa y lumbares como ocurre con las de parto.
Durante el día se tienen aproximadamente unas 10 contracciones Braxton Hicks. No obstante, si todavía te faltan más de 3 semanas para dar a luz y sientes que éstas aumentan en número y en intensidad, lo recomendable sería acudir a tu ginecólogo o matrona para una monitorización por si fueran un signo de parto prematuro.