Cabinas de bronceado: más riesgos que beneficios

Cabinas bronceado

Teniendo en cuenta los riesgos debidos a una sobreexposición solar, creo que es necesario que revisemos periódicamente las ideas que tenemos acerca del bronceado. A pesar de que no es sino una respuesta de la piel para protegerse de la radiación (los llamados rayos UV), a la que contribuye una hormona llamada melanina, aún se atribuyen al ‘estar morena / o’ características relacionadas con la belleza o la salud. Y no digo que una mujer no esté guapa si está morena, lo que digo es que ese tono de piel es una llamada de atención del organismo.

Resulta que, sin llegar al extremo de la tanorexia, hay cierta tendencia a exagerar los supuestos beneficios del bronceado, hasta el punto de que (como sabéis) en cualquier momento del año lo puedes lucir si te vas a un salón de belleza con cabinas que te permitirán dorar tu piel aún sin estar debajo del sol. El primer mito a desmontar sería: ‘no es peligroso adquirir color de piel en cabina de bronceado’, porque están comprobados sus efectos nocivos.

Se dice que podemos atribuir a estos sistemas de bronceado el 5,4 por ciento de los cánceres de piel, todos ellos completamente prevenibles, con sólo no utilizar las cabinas de bronceado. Eso sí, de los rayos solares, los UVA (ocasionan daños cutáneos profundos y duraderos) son un porcentaje bajísimo, alrededor de un 0,05 por ciento. Y es este tipo de radiación el que te ofrecen los centros de belleza con especialización en bronceada. Es decir, por ejemplo las camas no generan los UVB que causan muchísimos efectos secundarios, como ulceraciones, quemaduras, etc.

Parece que son las mujeres jóvenes las principales usuarias del ‘sol’ enlatado, y también (aunque está prohibido para menores de 18 en algunos países). Es justamente antes de la mayoría del sol cuando se acumulan el 80 por ciento de los daños provocados por exposición al sol o bronceado artificial, porque la piel es aún inmadura… de hecho se dice que ‘la piel tiene memoria’, lo cual traducido viene a ser: no te arriesgues porque los excesos de hoy te pueden pasar factura mañana.

El bronceado artificial no es salud

Además de la piel, y del riesgo de contraer alguno de los cánceres de este órgano más grande del cuerpo (nos cubre por completo); resulta que las camas de bronceado provocan niveles de rayos UV muy superiores a los que obtenemos por el sol. Hemos dicho que sólo emiten de los UVA, pero de forma muy intensa. Estos daños se traducen en catratas, cáncer de úvea o degeneración macular.

Es necesaria mucha más conciencia individual y colectiva, puesto que según informaciones de la Academia Americana de Dermatología, dentro del porcentaje de ‘usuarios del sol’ que conocen los riesgos, una buena parte prefiere asumirlos, a cambio de estar más ‘atractivos’. Creo sinceramente que nos están afectando mucho los estereotipos de belleza, y me preocupa que esto ocurra pasada la adolescencia, porque tiene poco sentido que los adultos aún manifiesten ese deseo de ser aceptados.

Esto es lo que debes saber

Que yo te esté explicando todo esto probablemente no te quitará las ganas de tumbarte en una de esas camas cerradas para recibir un poco de radiación. En ese caso, y sin ánimo de ponerme muy pesada, también tengo que decir que los beneficios del sol para las personas son varios, entre otros, el aporte de Vitamina D, pero es la luz la que nos trae este nutriente, por lo que olvídate de ella si te bronceas en cabina. Y ahora sí, no olvides nunca estos consejos.

  • Asegúrate de que el centro de belleza tiene autorización para desarrollar la actividad.
  • Conoce tu tipo de piel, y en función de ello, asume los límites recomendados por el fabricante del equipo de bronceado artificial.
  • Antes de la exposición retira todos los productos cosméticos que te hayas aplicado a la piel.
  • Si estás tomando antibióticos, antisépticos, somníferos o antidepresivos, no utilices cabinas de bronceado.
  • Sigue las recomendaciones del fabricante también en cuanto a la distancia respecto de la lámpara, y la duración / frecuencia de las sesiones.
  • Utiliza anteojos homologados y específicos para absorber la radiación.
  • Si en algún momento de tu vida has sufrido lesiones cutáneas (heridas, ampollas, o un simple enrojecimiento…) pregúntale a tu médico si te aconseja el bronceado artificial.

Con posterioridad a la sesión, sigue las indicaciones del personal del centro, y cuida de tu piel hidratándola.

En ningún caso recurras a estos servicios si te quemas con facilidad, tampoco si presentas lesiones en los labios, o alguna condición médica específica como lupus y vitiligo. Las personas con supresión inmunológica diagnosticada tienen contraindicadas las cabinas solares. Y las que habitualmente usen cosméticos o medicamentos fotosensibles, también. En casos especiales, siempre es mejor preguntar al médico.


Estoy segura de que como mujer adulta puedes tomar la mejor decisión para tu salud.


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