La llegada de Alanna, hija de la comunicadora argentina Melina Noto y Pangal Andrade, se produjo finalmente mediante cesárea tras un largo proceso que comenzó como parto planificado. Aunque la idea inicial era un nacimiento vaginal, las circunstancias clínicas llevaron a cambiar de estrategia en plena madrugada.
En sus redes, Noto explicó paso a paso cómo se llegó a esa decisión: ocho horas de contracciones, monitoreo continuo y una dilatación que no avanzaba. La pareja remarcó que, aunque no era lo esperado, la prioridad fue siempre el bienestar de la bebé.
Motivos médicos y cronología del parto

El proceso comenzó por la mañana, cuando las contracciones se intensificaron alrededor de las 9:00. A primera hora de la tarde, a eso de las 16:00, la pareja acudió a la clínica para comprobar el progreso, con intervalos de contracciones que ya eran de cinco minutos.
La idea original era revisar la dilatación y, por la distancia a su hogar, alojarse cerca para continuar el trabajo de parto. Sin embargo, en la evaluación inicial surgieron dos alertas: poco líquido amniótico y signos de taquicardia fetal, lo que obligó a iniciar el proceso bajo monitoreo.
Ya en el centro de salud, se decidió inducir el parto hacia las 18:00 para favorecer la dilatación, dado que Noto había ingresado con apenas 1 cm. Con el paso de las horas, el avance fue mínimo y el equipo siguió de cerca los latidos de la bebé.
De madrugada, alrededor de las 2:00, los latidos fetales comenzaron a descender. Los profesionales detectaron que el cordón umbilical se apoyaba sobre el hombro de la bebé, lo que impedía su descenso y la dejaba sin fuerza para soportar el esfuerzo del trabajo de parto.
Con una dilatación que solo alcanzaba los 2 cm y la salud fetal como prioridad, a las 3:00 se optó por realizar la cesárea. La decisión, explicó la presentadora, buscó evitar riesgos innecesarios y garantizar una llegada segura para Alanna.
Cómo se vivió la cesárea respetada

La intervención se llevó a cabo bajo el modelo de cesárea respetada, una práctica en la que se favorece el contacto y la participación de la familia siempre que la situación clínica lo permita. Según relató Noto, se bajó la tela de campo en el momento del nacimiento para que pudiera presenciar la salida de su hija.
Además, Pangal Andrade estuvo presente en el quirófano y fue quien cortó el cordón umbilical, un gesto que la pareja valora como muy significativo. Para la comunicadora, aunque la vía del parto cambió, la experiencia fue cercana y cuidada.
Este enfoque, cada vez más extendido en distintos centros de salud, prioriza el vínculo temprano, la información clara y el respeto a los tiempos, siempre sin comprometer la seguridad materno-fetal.
Reacciones de la pareja y nueva etapa

Tras el nacimiento, la pareja compartió su alegría y también la dureza del proceso. Pangal destacó la fortaleza de Noto y de tantas mujeres que atraviesan el parto, y admitió que su mirada sobre la vida cambió con la llegada de su hija.
En lo inmediato, Noto señaló que el posparto lo está viviendo con energía pese a las pocas horas de sueño, algo que quiso transmitir a otras embarazadas como mensaje de ánimo. Para ambos, esta etapa supone reorganizar prioridades y centrarse en la vida familiar.
La historia clínica deja una idea clara: cuando surgen señales de riesgo, la cesárea puede ser la alternativa más segura. En este caso, la combinación de poco líquido amniótico, taquicardia y la posición del cordón motivó una decisión rápida que permitió un nacimiento sin complicaciones mayores.
Con Alanna en casa y la recuperación en marcha, la pareja valora haber contado con un equipo atento y protocolos respetuosos. Lo vivido demuestra que, incluso cuando los planes cambian, hay formas de mantener el protagonismo de la familia y proteger lo esencial: la salud de la madre y la bebé.