Si bien están demostrados los beneficios del contacto piel con piel tras el parto, y sabemos que la primera hora es determinante para establecer el vínculo e iniciar la lactancia materna; las madres que tienen a su bebé por cesárea, aún encuentran muchas dificultades para que se les permita dicho contacto.
De hecho una de las causas de la separación (mamá – bebé) es el nacimiento por cesárea; pero precisamente esa forma de nacer aconseja que no se pierda el contacto corporal. En esta campaña de El Parto es Nuestro, llamada Que no os separen, explican que ‘los niños nacidos tras cesárea electiva lloran menos en contacto piel con piel que los que permanecen en la cuna, y también tardan menos en adormilarse; esto se explica porque no nacen en la alerta tranquila a la que les lleva la descarga de adrenalina provocada por el estrés del parto.
La realidad es que si te han hecho una cesárea, tu bebé puede ser puesto sobre ti, lo cual repercutirá positivamente en vuestra salud emocional y física, de eso no hay ninguna duda; además establecer la lactancia materna es mucho más sencillo. La práctica sin embargo, aún es muy tozuda a pesar de los pequeños avances que los hospitales asumen.
Por ejemplo en muchos de ellos ya está establecido protocolariamente de que el bebé tenga contacto piel con piel nada más nacer con el padre: como sabéis, la madre se queda en reanimación durante un tiempo por si hay alguna complicación tras la operación. Yo creo que cuando hay voluntad de cambio, el cambio es posible, porque si no, estamos manteniendo una situación dolorosa para las madres y cruel para los niños (aquellos que no disfrutan del contacto con el papá).
Piel con piel tras una cesárea: con la madre.
Si el bebé está sano, y a la madre no se le presenta ninguna complicación, ¿qué problema hay?, pues el problema son las resistencias del sistema sanitario a hacer pequeñas modificaciones en el funcionamiento. Es evidente que tras una cirugía abdominal mayor, la madre necesitará ayuda, que no se puede quedar con el bebé sobre ella sin más, pero para eso está el papá, u otra persona designada por ella (un familiar, la doula que acompaña..).
Estos cambios evitarían que los bebés permanecieran solos hasta dos horas (incluso si están bien), lo cual puede ocasionar consecuencias en su salud emocional futura
En los documentos que acompañan la iniciativa de EPEN, realizan recomendaciones útiles para el personal sanitario que haya realizado la operación o se encuentre presente:
‘Colocar los electrodos para el control de constantes en la espalda de la madre, así su pecho queda disponible para acoger al bebé; procurar que los brazos quedan libres para sostener al recién nacido; proporcionar ayuda (puede ser el padre) para que su hijo permanezca con ella mientras le cosen la herida; brindar apoyo psicológico’, Después de la cesárea es habitual llevar a la mujer a una sala de reanimación (en estas salas no suelen permitir la presencia de bebés), y en ocasiones la separación llega a ser de 24 horas, según la organización de cada hospital.
El seguimiento a la madre se puede realizar sin perjudicar el vínculo
Cuestión de derechos.
No es la primera vez que mencionamos la Carta Europea de los Derechos de las Niñas y los Niños Hospitalizados (que fue aprobada por el Parlamento Europeo el 16 de junio de 1986). ‘Cualquier niño tiene Derecho a estar acompañado de sus padres (o persona que los sustituya) el mayor tiempo posible mientras esté en el hospital’. También se establece el Derecho a no recibir tratamientos médicos inútiles y no soportar sufrimientos físicos y morales que puedan evitarse (Que no os separen).
Partiendo de esos Derechos, en los casos en los que sea médicamente (por ejemplo, una anestesia general) imposible que el piel con piel se haga con la madre, y complicado desde el punto de vista de la organización del centro hospitalario; entonces sería el padre quien acogería en su pecho al bebé, ¡desde luego eso es mejor que dejar que permanezca solo! (es que aparte de las consecuencias que eso pueda tener, y de la bibliografía médica / científica al respecto, es muy triste que una criatura pase del útero a una cunita estéril de una estancia vacía.
Créeme: se puede y se debe exigir la evitación de rutinas perjudiciales para los hijos, por eso es nuestro derecho pedir ‘que no nos separen’. Acuérdate de que tienes la posibilidad de expresar ese deseo en tu Plan de Parto (explicando cómo te gustaría que se actuara en una situación excepcional como la cesárea de urgencia). El obstetra Michel Odent lo dijo, y nos lo debemos creer por el bien de los recién nacidos: ‘Para cambiar el mundo hay que cambiar primero la forma en que nacemos”.
Imagen — Inspired Photography CT
Gracias por este artículo, trata un tema muy importante que necesita ser escuchado. Mi primer parto fué con cesárea y el tiempo de espera hasta poder estar con mi hijo (3h) fué una tortura psicológica para mi. Dentro de poco nacerá mi segundo hijo y estoy buscando hospitales en la zona de Madrid que faciliten el piel con piel y minimicen la separación del bebé de su madre, ya que tengo papeletas para repetir la experiencia de la cesárea. Sabéis si esta práctica ya está instaurada en algún hospital del Madrid? gracias de antemano, un saludo. Bea
Hola Bea, gracias a ti por comentar. 3 horas de espera es desde luego mucho, y para el bebé resulta una práctica muy nociva, por interrumpir el proceso fisiológico del contacto directo con la madre; con mi primer hijo también estuve separada del bebé, aproximadamente una hora 🙁
A ver, no conocemos de primera mano los protocolos de cada hospital en España, pero quizás podrías consultar en la página de IHAN (https://www.ihan.es) y en EPEN (https://www.elpartoesnuestro.es). ¿Has preguntado a tu matrona?
Un abrazo, esperamos que encuentres lo que buscas.