Seguro que habéis oído hablar del porteo ergonómico, y de las ventajas (que frente a las mochilas ‘colgonas’) tiene tanto para los bebés como para las personas que los llevan. Una información reciente de la Sociedad Española de Pediatría de Atención Primaria, concluye que en raras ocasiones, este sistema de transporte tradicional es desanconsejable; es más: las muertes producidas en Estados Unidos (últimos 20 años) por porteo, han sido todas a causa de un mal uso del dispositivo.
Cuando se portea, se mantiene el contacto entre el bebé / niño, y el adulto porteador, a priori no hay límite de peso; un portabebés ergonómico no sólo respeta la fisiología del bebé, también la de papá, mamá, o cualquier otra persona que lleve al pequeño.
He probado tres tipos diferentes de dispositivos ergonómicos con mis dos hijos, y en los tres casos, nos fueron mejor que una mochila de esas que venden en superficies comerciales. Tengo clarísimas las ventajas, y si tuviera que aconsejar, desde luego no recomiendo a nadie que compre una de las últimas. Con el porteo ergonómico (bien utilizado, se entiende), el bebé va más a gusto, y la espalda del mayor no se resiente.
Ni que decir tiene que un bebé necesita el contacto y el calor con su madre, o su padre; los beneficios del ‘ir en brazos’ han sido ampliamente descritos, y los sistemas de porteo están pensados para facilitar la tarea, dejando libres los brazos
El porteo (o los brazos) facilita que el bebé llore menos, puesto que se se encuentra a gusto y goza de bienestar, no tiene ningún sentido someter a la pequeña criatura a unos niveles de estrés provocados por una separación que no entiende, y sufra. Por otra parte, para el bebé es más fácil adaptarse al entorno de esa forma, ya que – como podéis imaginar – el campo de visión es más reducido cuando queda confinado en el carrito de paseo.
Además, el porteo favorece la lactancia materna, porque el contacto ‘piel con piel’ estimula la secreción de la leche, debido a un aumento en la presencia de oxitocina y prolactina; el bebé puede succionar a demanda, justo como es recomendado. Y por si fuera poco el sistema nervioso de un recién nacido, también se desarrolla de forma óptima, debido a la estimulación visual, auditiva, olfativa, táctil y vestibular, facilitadas por el hecho de ir pegado al adulto.
Portear sí, pero con seguridad
Entre las ventajas también encontramos que al facilitar los procesos de apego, el porteo mejora el desarrollo físico, intelectual y emocional; eso sí, cuando porteamos, debemos hacerlo siempre de forma segura (a continuación, las recomendaciones de SEPEAP):
La postura fisiológica correcta está descrita en el siguiente dibujo
El adulto ha de estar muy pendiente de que la boca y nariz no pegan contra el cuerpo del adulto y de que la respiración del bebé es rítmica
Este sistema favorece la prevención de la aparición de la plagiocefalia postural y la displasia de cadera. También mejora la calidad de vida en madres con minusvalías físicas. El porteo seguro contribuye muy satisfactoriamente en el cuidado de bebés prematuros con alta precoz; y además desde SEPEAP manifiestan que debería ser recomendado como parte de tratamiento en casos de plagiocefalia postural, cólico del lactante y displasia de cadera.
Por contra, las desventajas de una mochila ‘colgona’ son varias: para empezar las piernecitas quedan estiradas, de forma que la cabeza del fémur puede rozas con los bordes de la abertura, incluso es posible que conlleve la aparición de displasía de caderas. No son cómodas para el bebé (que apoya su peso en la zona genital) ni para el porteador, porque aumenta las molestias en la zona dorsal del mismo.
Imagen – Uppy Mamma