Claves para que tus hijos compartan la habitación

habitación ordenada

Son muchos los hogares que no tienen suficientes habitaciones y los niños tienen que compartir el dormitorio. A veces ambiente compartido es una opción, y otras veces, es una necesidad. Después de todo, no todos los hogares tiene un dormitorio por hijo/a.

Pero ya sea por elección o por necesidad, pueden aparecer algunos problemas que deberéis solventar para que exista una buena convivencia entre los hijos. Los niños deberán tener su propio espacio y también momentos para la soledad. ¿Qué pasa si tienen horas diferentes para ir a dormir? ¿Qué pasa si se pelean por los elementos compartidos o por el propio espacio?

Compartir habitación con un hermano/a no tiene que ser nada perjudicial, incluso puede ser altamente beneficioso para los niños. Es necesario que se sepan algunas claves de crianza para que los niños puedan compartir el dormitorio en armonía. Descubre algunos problemas con sus soluciones cuando los niños comparten habitación… Porque se puede y a ellos les gustará hacerlo.

Problemas y soluciones cuando los niños comparten habitación

La hora de dormir

Si tus hijos tienen diferentes edades, no debes forzarles para ir a la cama al mismo tiempo. Los niños más pequeños tendrán que ir a la cama antes que sus hermanos mayores. Los niños deben poder ir a la cama cuando sea apropiado para su desarrollo, en caso contrario, los hermanos mayores pueden resentirse y además, empezar a generar un vínculo negativo con el hermano menor, al que acusarán de ser el culpable de que tengan que ir a la cama demasiado temprano.

dormitorio infantil compartido

Pero además, es mejor que vayan a la cama a horas diferentes para evitar que hablen o jueguen demasiado tiempo. Por ejemplo, cuando los pequeños ya están dormidos, los mayores pueden empezar a prepararse para meterse en la cama. Se le puede leer el cuento fuera del dormitorio y después que entre para meterse en la cama.

Si los niños tienen la misma edad, es recomendable crear unas rutinas para ir a la cama en la que ambos sepan lo que deben hacer a cada momento antes de meterse en la cama. Por ejemplo, se puede poner un poco de ruido blanco para minimizar distracciones y que se duerman con calma y tranquilidad.

El espacio personal

Mientras que muchos a niños les gusta compartir el espacio con sus hermanos, no siempre quieren compartir sus cosas. Si no hay puertas para definir su espacio o posesiones, las cosas pueden complicarse e incluso sin un espacio delimitado pueden haber discusiones. Aunque esto se puede evitar con algunas recomendaciones.

Cada niño deberá tener un espacio propio dentro del dormitorio. Esto puede ser tan pequeño como un estante o un cajón o tan grande como mesitas de noche o tocadores separados. Es necesario que los niños tengan sus propias áreas privadas. Además, es importante que se aprenda a pedir permiso para sentarse en las camas de los niños para que sientan que tienen control sobre su propio espacio. Será como llamar a la puerta y preguntar antes de entrar.

dormitorio infantil compartido

Si los hijos se llevan mucha edad, es importante que los padres pongan de su parte y construyan estantes donde los bebés o niños pequeños no lleguen u ofrecer espacio al niño en otra habitación para guardar algunas de sus cosas. Si realmente es un problema el espacio, podéis guardar las cosas del hermano más mayor hasta que el pequeño tenga edad suficiente para entender los límites. El respeto hacia las cosas ajenas es primordial para una buena convivencia dentro de un mismo espacio.


Privacidad

Especialmente cuando un niño comparte la habitación con un hermano del sexo opuesto, la privacidad puede convertirse en un problema a medida que crecen. Lo ideal es que a partir de los seis años los niños pudieran tener sus propias habitaciones para tener su privacidad, pero no todas las familias tienen esta opción.

La solución en este caso es establecer límites explícitos en torno a la privacidad. Por ejemplo que se cambien la ropa en el cuarto de baño, ser flexible en algunas normas, poner un biombo o cortinas para poder cambiarse dentro del dormitorio, etc.

Cuando surgen conflictos

Mientras que los conflictos por los juguetes o el intercambio de ropa puede ser muy normal entre hermanos, la proximidad por estar en una habitación cada día puede hacer que existan también otro tipo de conflictos. Muchos de los conflictos son causados por el roce diario como tocar o coger cosas que pertenecen al hermano. También puede ser que un hermano culpe al otro por el desorden u otros conflictos. 

Para solucionar  estos posibles conflictos es necesario establecer reglas y consecuencias cuando no se cumplen las normas. Las normas en el dormitorio es muy importante establecerlas cuanto antes para que sepan qué es lo que tienen que hacer en cada momento. Las consecuencias dependerán de cada familia, pero es algo muy importante a tener en cuenta para que los niños cumplan las reglas. Por ejemplo, una regla puede ser que se pida permiso siempre antes de coger algo que no pertenece a uno mismo.

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La transición al dormitorio

Si tus hijos no han compartido una habitación desde que son pequeños, ponerles en un mismo dormitorio puede ser todo un desafío. Para poder realizar la transición se deberá cambiar un poco la decoración, con un poco de pintura, unas colchas nuevas e incluso muebles nuevos si es necesario (para que ambos tengan su espacio).

Cuando los niños son más mayores, quizá con la edad de 9 o 10 años quieran tener su propio dormitorio, pero si no es posible se deberá tener honestidad con los hijos y comentarles que no es posible por falta de espacio pero que esto no tiene que afectar a su privacidad o a su identidad. Siempre habrán formas de encontrar soluciones a los posibles conflictos, respetando a los hijos y pensando en su privacidad. Respetando sus intereses, sus gustos y sus necesidades. Compartir dormitorio con los hermanos puede ser realmente beneficioso, aprenderán a compartir su vida, sus cosas y a respetar a los demás dentro del propio hogar.


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  1.   Macarena dijo

    Excelente post, mis hijos compartieron habitación hasta los 9 años y medio de la pequeña, cuando esta prefirió tener su propio dormitorio. Aún siguen durmiendo juntos en la litera del cuarto que les vio crecer cuando vienen familiares a casa. Creo que ha sido una buena experiencia. Son niño y niña, por cierto, y pienso que han tenido suerte de que se les haya brindado esa oportunidad… conozco familias que no permiten que los hijos (incluso del mismo sexo) duerman en la misma habitación; no es un juicio, pero podría ir en contra de la libertad de los peques de escoger. Me asombra mucho porque no recuerdo haber dormido sola más que en el piso de estudiantes cuando estudiaba en la Universidad (y allí a veces también compartir cama), siempre he estado acompañada de mi madre o hermanos, amigas, pareja, hijos… Cada persona es un mundo, pero pasar la noche en compañía (excepto si hace muchísima calor 😀 ) es bonito.

    ¡Gracias!