Los días fríos están a punto de comenzar, poco a poco las horas de luz se van acortando y los niños vuelven a pasar mucho tiempo en casa. Cuando tienen tiempo libre los fines de semana, los pequeños necesitan realizar actividades que los mantengan activos. Cocinar con los pequeños es una de las actividades que más les gusta, poder mancharse las manos y utilizar diferentes herramientas.
Para los pequeños la cocina resulta una fuente inagotable de diversión, aunque muchas veces poco pueden hacer por el peligro de hacerse daño. En función de la edad que tengan tus hijos, puedes buscar la forma de que colaboren en la cocina. De esta forma estarás fomentando su autonomía y su crecimiento personal. Hoy vamos a ver una receta muy apropiada para esta época, un delicioso pan de calabaza.
Propiedades de la calabaza
La calabaza está compuesta en un 90% de agua, lo que la convierte en una hortaliza muy saludable. Además, su bajo aporte de hidratos de carbono y su gran cantidad de vitaminas y minerales como el ácido fólico, el calcio o zinc, entre otros, convierten a la calabaza en una gran aliada del frío invierno.
Es posible cocinar esta hortaliza de muchas formas distintas, pero una de las sorprendentes es como la que os traigo hoy. El pan de calabaza tiene un sabor dulce y fácil de digerir, perfecto para el exigente paladar de los más pequeños de la casa. Además, no lleva ni huevos ni leche, por lo que es adecuada para niños que presenten intolerancia a la proteína de la leche.
Receta de pan de calabaza fácil
Los ingredientes necesarios son:
- 300 gr de calabaza
- 400 gr de harina de fuerza
- 20 gr de levadura fresca
- 20 gr de azúcar
- 3 cucharadas de aceite de girasol
- 1/2 cucharadita de sal
La preparación es muy sencilla:
- En primer lugar, pela bien la calabaza con cuidado de no sufrir cortes y trocea en dados no muy gruesos. Pon una cazuela al fuego con agua e incorpora la calabaza, cuece durante unos 15 minutos. Una vez que esté tierna, escurre bien procurando quitar todo el agua posible.
- Con una batidora de mano, tritura la calabaza hasta que obtengas un puré fino. Ahora, deshaz la levadura y añade a la mezcla anterior, tritura todo muy bien.
- En un recipiente seco coloca la harina, incorpora el puré de calabaza y mezcla con cuidado con una pala de madera. No hace falta remover demasiado fuerte, solo es necesario que los ingredientes se integren bien.
- Añade el azúcar y el aceite y continua integrando los ingredientes. Después, añade la sal y deja de mezclar cuando observes que te cuesta mucho mover la pala.
- En este momento llega la hora de amasar con las manos, limpia bien la superficie y espolvorea harina. Coloca la mezcla y amasa bien con las manos, estirando la masa y doblando sobre sí misma. Realiza estos movimientos durante unos 10 minutos más o menos.
La masa tiene que reposar al menos unas dos horas
- Prepara un bol limpio y pinta bien la superficie con un poco de aceite. Prepara la masa en una bola y coloca en el bol, tapa con un paño limpio y deja reposar durante una hora y media aproximadamente.
- Pasado ese tiempo, verás que la masa ha doblado su tamaño y está mucho más esponjosa. Prepara de nuevo la encimera con harina y amasa de nuevo unos minutos.
- Vuelve a preparar una bola y deja reposar sobre la bandeja del horno durante 1 hora. Sin olvidarte de tapar con un paño de cocina limpio.
- Y por fin llega la hora de preparar el pan, precalienta el horno a unos 220 grados. Debes hacer unos cortes en el centro de la masa en forma de cruz. Después, cuando el horno ya esté bien caliente, introduce la bandeja con la masa. Deja cocer a la misma temperatura durante unos 30 minutos.
- Por último, una vez pasado ese tiempo y cuando el pan esté dorado, deja que se temple sobre la rejilla del horno. Una vez frío, estará listo para disfrutar de este jugoso y dulce pan casero de calabaza.