Existen muchos mitos y leyendas entorno a cómo el lugar que se ocupa entre hermanos, define la personalidad de los individuos. Siempre se ha dicho que los hermanos pequeños son los más mimados y que el primogénito es el preferido para alguno de los padres. En cuanto al hermano del medio, se dice que es el que tiene la personalidad más rara y cuando uno es hijo único, que es mimado y caprichoso.
Pero, ¿son ciertas estas afirmaciones? Por lo general, esta forma de definir a las personas por su lugar entre los hermanos, se utiliza de forma familiar. Pero en cuanto a su evidencia científica, no existe ningún estudio que certifique que todo lo mencionado, está demostrado. No obstante, es cierto que esas actitudes en las personas están basadas en una realidad, y esto se debe al comportamiento de los padres con la llegada de sus hijos.
El orden en el que un niño nace, puede marcar significativamente algunos rasgos de su personalidad. Es algo que ocurre de forma natural en todas las familias, con la llegada de cada nuevo hermano, los niños van asumiendo papeles diferentes en la familia.
El comportamiento de los padres frente a cada nuevo nacimiento
Generalmente, el primer hijo marca un antes y un después en la vida de una pareja. Los padres primerizos se enfrentan a toda una serie de eventos novedosos, de cambios y de adaptación. Con el primer hijo, es normal excederse en todos los sentidos, en las compras, en las emociones, en la forma de expresar el amor y el temor etc. Pero una vez que llega el segundo embarazo, para la madre ya no supone un misterio y para los padres en general, aunque lo vivan con la misma emoción la experiencia otorga un grado.
La personalidad de los niños se va forjando a medida que van creciendo, y todas las vivencias ayudan a definir el carácter. Normalmente, cuando llega el segundo hermano los padres tienden a sobre atender al primer hijo. Es un comportamiento normal, que surge por la necesidad de que el niño no se sienta celoso y desplazado ante la llegada de un nuevo hermano o hermana.
El rol de los hermanos según su posición
Aunque no se debe generalizar ya que cada persona posee sus peculiaridades, sus características únicas y su individualidad, es curioso observar cómo el lugar que se ocupa entre hermanos, marca significativamente el papel que se juega en la familia.
El primogénito
La llegada del primer hijo cambia la vida de cualquier pareja, de repente, dos personas se convierten en padres y todo su amor, su atención y por supuesto, el temor y la incertidumbre se vuelcan en el hijo. Los niños sienten esa presión y esa necesidad de complacer a los padres. Esto puede causar el que primogénito sea más exigente y que procure a toda costa no decepcionar a los padres.
La llegada del segundo hijo
Muchos padres suelen volcar toda su atención en el hermano mayor cuando llega el segundo bebé, para evitar que sienta celos o para compensar la falta de atención. El segundo hijo por lo tanto, crece acostumbrado a compartir la atención y suele ser más independiente. Para los hermanos pequeños, la presión es menor ya que el hermano mayor va un paso por delante y se le suele exigir más.
El hermano del medio
Generalmente, el hermano mayor y el hermano pequeño suelen tener un rol muy marcado dentro de la familia, sin embargo, el que ocupa el medio no se define claramente. Es normal que adopte características tanto del hermano mayor como del pequeño, sin llegar a ocupar un papel muy marcado ni llamar demasiado la atención.
El hijo único
El hijo único no tiene que compartir el tiempo, ni el cariño, ni la atención, por lo que no tiene la necesidad de competir con otros hermanos por lograr todo esto. Pero además de crecer con toda la atención de los padres, el hijo único carga a sus hombros las expectativas familiares.
Como ves, no es tanto el lugar que se ocupa al nacer sino, la forma en que los padres actúan en la educación de unos y de otros. No obstante, la personalidad de cada persona es compleja y se define por otras muchas cuestiones.