Las personas no deciden estar enfermas, de la misma forma que uno no elige contraer un virus, tampoco elige padecer una depresión. Cualquier persona es vulnerable a este tipo de enfermedad que aun hoy en día, constituye un tabú social. Más aun cuando la persona que padece la depresión es una mujer que además es madre. La maternidad está asociada a un mundo mágico de felicidad, horneado de galletas y besos de buenas noches.
Pero la realidad es, que muchas madres en el mundo padecen episodios de depresión. Una enfermedad cruel, difícil de tratar y de superar que sumerge a quien la padece en un túnel oscuro, sin fondo y sin aparente salida. Para las personas que no conocen en qué consiste una depresión, es difícil comprender a los que la padecen. Más aun cuando la afectada por la depresión es una madre.
La depresión materna puede estar causada por diferentes motivos
Una madre puede padecer depresión por muchos motivos. Es posible que esté relacionada con episodios depresivos en el pasado o que sea una consecuencia de la revolución hormonal que produce el parto. Algunas de las causas más comunes de la depresión materna son:
- Problemas de pareja, que quizá estén causados por la nueva situación. Cuidar de un recién nacido es un trabajo a tiempo completo, agotador y en muchas situaciones, desmoralizador. Muchas parejas se resienten durante los dos primeros años del niño, siendo una de las causas de separación más comunes.
- Dificultades económicas, el gasto económico durante el primer año del bebé puede suponer un verdadero reto para muchos padres. Son muchos meses en los que en casa solo entra un sueldo, en muchos casos, y esto causa ansiedad y mucha preocupación. Todo esto sumado a la crianza del bebé, puede someter a la madre a un estado depresivo.
- Una mala adaptación a la nueva situación. Adaptarse a la llegada del recién nacido es complicado, el pequeño también necesita un periodo de adaptación a su nuevo medio. Los llantos del pequeño, los cólicos, la falta de sueño y descanso, pueden producir en la madre un estado depresivo.
En muchos casos la depresión es temporal
Pero el problema reside en los casos en los que la madre no supera ese estado. La depresión puede prolongarse y afectar muy negativamente al desarrollo del pequeño en sus primeros y más importantes años de vida. Los efectos de este trastorno puede conllevar efectos terriblemente negativos para el pequeño.
Los niños en sus primeros años dependen fundamentalmente de la madre, tanto para su desarrollo cognitivo como para su forma de interacción social. Las madres que padecen depresión, generalmente no tienen la capacidad de involucrarse profundamente en la crianza de los hijos. Juegan menos con ellos, existe menos compromiso emocional con el pequeño.
Esta situación afecta directamente al desarrollo de los niños, que suelen acarrear problemas en sus primeros años de vida. Incluso en los casos más graves, la depresión materna puede afectar a la personalidad del niño y a su forma de relacionarse socialmente.
Pero la principal consecuencia y la más evidente a corto plazo, es el sufrimiento que la depresión materna causa en el niño. Los pequeños no entienden la situación, pero comparten el dolor de la misma manera que comparten la felicidad. Porque el vínculo que se crea entre madre e hijo, afecta en ambas direcciones.
Tu hijo te necesita fuerte y emocionalmente estable
Padecer una depresión es una situación complicada, difícil de asumir y de explicar. Pero tienes en tu mano la capacidad de superar este momento. No dudes en pedir ayuda, salir de una depresión requiere de profesional y tanto tú como tu hijo lo merecéis. Disfruta de la maternidad, de la vida y de todo lo que está por venir. El cuerpo de una mujer es mágico, capaz de crear vida, de dar vida y de crear alimento con su cuerpo para alimentar a su cría.
Eres poderosa, tienes en tu mano la ilusión y la inocencia de un niño, proporciona a tu hijo una vida plena y feliz.