Los padres tienen un vínculo emocional con sus hijos. El apego y el contacto entre ellos determinan un estilo de vida, unas actuaciones y unas vivencias que van ligadas. Veamos de qué manera influyen los problemas de salud mental de los padres en los niños, y es que esto les afecta directamente.
La salud mental de los padres influye en los hijos
Generalmente una los padres enfocan sus acciones en ayudar al vástago, en protegerle y velar por su salud física y mental, pero pueden obviar la suya propia. Si los padres se encuentran débiles o decaídos anímicamente, involuntariamente perjudicarán al hijo. El hijo se ve en sus padres, copia actuaciones, hace suyos ciertos comportamientos, sean positivos o no. No solamente esto, un hijo con un padre con problemas de salud mental puede heredarlo.
Si un padre no se encuentra bien, si tiene algún tipo de desorden mental, el trato que tenga con sus hijos puede resultar pobre o poco productivo. El hijo necesita al padre para potenciar un desarrollo personal adecuado. Los hijos con padres con depresión, con problemas con el alcohol o las drogas, pueden tener problemas emocionales, baja autoestima, sentirse desamparados o volverse más agresivos en un futuro.
Ambiente familiar inadecuado
Es más frecuente que niños tengan que convivir con un padre con una enfermedad mental crónica como puede ser el alcoholismo, que con una severa. El niño es muy versátil y puede en cierta medida hacerse cargo de la situación, por lo general si comprende el motivo del problema. Cuando el progenitor enfermo es discriminado o despreciado por otros el niño, sí sufre. Lo mismo ocurre cuando le separan del lado de esa persona.
Los padres con problemas de salud mental crearán un ambiente familiar poco propicio y estable. Generalmente se vivirán situaciones de estrés, malestar o discusiones. El pequeño presenciará acciones poco favorables para su estado emocional y puede sentirse triste y solo. Por esto lo esencial es velar por el bienestar del niño y proporcionarle lo necesario para llevar una infancia de lo más normal.
Cómo ayudar a un niño con padres con problemas de salud mental
El niño necesita sentirse a salvo, cuando esto, por algún problema de salud de los padres, no puede producirse, es necesario actuar y buscar ayuda. El ambiente en el hogar debe resultar de lo más acogedor, si no sucede, el niño, los padres, profesores u otro familiar pueden pedir ayuda a algún profesional de la psicología e ir a psicoterapia. El padre o madre pueden encontrarse mal, no obstante conviene procurar que el afecto y atención al niño sigan siendo una prioridad.
El niño debe percibir que se le valora pese a los problemas que existan, para no caer en otro tipo de relaciones o actuaciones poco recomendables. El tener apoyo de otras personas, centrarse en hobbies, los estudios o actividades que le satisfagan, puede resultar una alentadora vía de escape. No todos los niños son iguales, y muchos tienen un poder interior extraordinario, capaz de lidiar con adversidades.
La fuerza de los hijos
Cuando el hijo ve que su padre se cuida recibe un ejemplo positivo y le da valor a la salud personal y a los buenos hábitos. Probablemente en muchos casos sean los hijos quienes intenten sacar aliento a los padres y luchen porque salgan de su pozo. Un niño puede lograr cosas que un profesional no. Estar al lado del padre logra añadir confianza en una persona que presenta desánimo y desgana por luchar.
Son numerosas las veces en que la capacidad de convicción y fuerza de un niño ponen en una tesitura complicada a padres con problemas de salud mental. Para algunos adultos es difícil, casi imposible, abandonar hábitos, o tomar decisiones que añadan algo de mejora en sus vidas, y un hijo puede ser el punto decisivo para tomar caminos que ayuden a resurgir, o al menos que posibiliten llevar una vida más agradable y cómoda para todos los miembros de la familia.