La encefalitis sigue siendo uno de los problemas que sigue apareciendo en muchos países de desarrollo. Hoy en día es otro de los problemas asociados por el contagio de diversos virus que pueden alterar nuestro sistema inmunitario. En este proceso hace que se produzca una inflamación o hinchazón del cerebro que puede llegar a provocar algunos trastornos.
Una encefalitis puede afectar a niños, ancianos y otras personas con sistemas inmunitarios debilitados. Dar con este tipo de trastorno es de vital importancia ya que en la mayoría de los casos evoluciona favorablemente con un tratamiento. Pero si no ser reportan síntomas severos y no se da un tratamiento inmediato las consecuencias pueden disminuir la capacidad cognitiva de una personal, con secuelas de por vida.
Síntomas comunes de una encefalitis
Una persona adulta puede analizar mejor su cuerpo y sentir algún tipo de sintomatología que puede dar el aviso de que algo no va bien interiormente. Con los niños estos síntomas pueden ser más difíciles de diagnosticar y si es en el caso de los bebés mucho más. Aquí podemos dar algunos detalles de cómo podemos analizarlos:
- En el caso de los niños se pueden presentar derivaciones en su comportamiento. La falta de apetito y de energía puede derivar a ello, pero puede ser un hecho muy común que suele suceder así sin importancia, a si que lo mejor es estar atentos por si se presenta fiebre y fuertes dolores de cabeza. Las náuseas, vómitos y rigidez de cuello se pueden presentar, así como cambios de personalidad, alucinaciones, somnolencia o pérdida de memoria.
- En los bebés es más difícil detectar los síntomas pero pueden aparecer algunos signos fuera de lo común como llantos frecuentes, que no cesan incluso cogiéndole en brazos. Los vómitos se pueden presentar con frecuencia e incluso podemos detectar en la zona de las fontanelas que aparezcan abultadas. La rigidez corporal también puede ser otro indicio.
Causas y diagnóstico
La causa más común es por algún tipo de contagio viral. Los virus más comunes son los enterovirus, los del herpes (herpes simple y varicela), los transmitidos por animales (los más comunes se presentan en animales con rabia, en mosquitos y garrapatas; los virus procedentes del sarampión, paperas o rubeola. Éstos últimos pueden ser también de gran importancia si no se han suministrado las correspondientes vacunas dentro del calendario.
Hay que hacer un diagnóstico como prueba de ello, las pruebas van desde una resonancia magnética a una tomografía computada, dónde se resolverá si el cerebro está inflamado o presenta algún tipo de alteración o sangrado.
El electroencefalograma también se suele diagnosticar ya que se registra señales eléctricas que nos dará un detalle de la presencia de ondas cerebrales anormales. Una analítica de sangre será crucial para determinar si hay algún posible contagio de virus o bacterias, así como la recogida de líquido cefalorraquídeo para detectar alguna posible infección.
Cómo afrontar la encefalitis y cómo erradicarla
Existen medicamentos para su tratamiento. El propósito es tratar la posible infección y para ello se administrará algún tipo de antibiótico. Requerirá de otros medicamentos si el niño convulsiona o algún corticoesteroide para reducir la inflamación cerebral.
Afrontar esta enfermedad dependerá de la evolución que haya cursado dicha encefalitis. Es crucial detectarlo lo antes posible y ello requerirá hospitalización inmediata.
Dependiendo del grado de gravedad, su recuperación puede llegar a ser compleja. Algunos niños necesitarán algún tipo de terapia ocupacional o algún tipo de ayuda en el habla. Otros han quedado dañados físicamente y requerirán sesiones de fisioterapia para recuperar su fuerza muscular.
No obstante se seguirá ofreciendo desde el hospital todo tipo de recomendaciones, desde cómo cuidar mejor al niño en casa, así como todas las pruebas de diagnóstico que conlleven después para seguir su optima evolución.