Para animar a un niño hospitalizado es fundamental crear un ambiente familiar, cercano, donde el niño se sienta menos impresionado. Una habitación de hospital puede resultar muy amenazante, aunque lo que le pase al pequeño no sea muy grave. Para ellos, estar fuera de casa, en esa cama que no tiene sus sábanas, en un cuarto donde no están sus objetos de apego, supone una situación estresante y difícil de gestionar.
Sin embargo, es una circunstancia que puede darse con cierta normalidad, porque los niños a veces enferman y necesitan pasar un tiempo en el hospital hasta que están curados del todo. Y eso, es lo que hay que explicarles para que se sientan tranquilos. Porque no hablar con los pequeños por temor a que no lo entiendan, o aún peor, dar por hecho que lo entienden, solo empeora esa sensación de inquietud.
Consejos para animar a un niño hospitalizado
Lo primordial es hablar con el niño y explicarle, de una forma adecuada a su edad, cuáles son las causas y porqué tiene que estar ahí unos días. Basta con decirle que está malito y que los médicos quieren tenerlo cerca para así poder curarle lo antes posible y volver a casa pronto. Porque los médicos son personas que estudian mucho y se preocupan por curar a las demás personas.
Es muy importante crear un ambiente apropiado, donde el niño se sienta protegido. Porque el hospital es un lugar que impone a cualquiera, por muy leve que sea la enfermedad. Y para los niños, esta situación puede agrandarse hasta el punto de complicar el motivo por el cuál está hospitalizado. Por lo tanto, es muy importante que el niño se sienta acogido y que pueda exteriorizar sus miedos y sus emociones.
Coloca en su habitación objetos personales
Llévale algún muñeco con el que se sienta tranquilo, sus cuentos o pinturas para colorear. Cuelga en la pared sus dibujos para que el espacio resulte más acogedor y personalizado. Tener algún juego de mesa os ayudará a pasar las largas horas en el hospital. Durante el juego, aprovecha para que el niño conozca y se familiarice con el instrumental de los médicos. De forma que no lo extrañe, ni sienta miedo cuando los médicos lo usen para revisar cómo avanza la recuperación.
Ayúdale a expresar sus emociones
Muchos niños ocultan lo que sienten ante esas circunstancias para no preocupar más a mamá y a papá. Para no complicar más el sentimiento del niño, debes evitar mostrarte excesivamente preocupada delante del él. Enséñale formas con las que pueda liberar lo que siente, con dibujos, con canciones o cuentos que traten sobre las emociones. Explícale que sentir miedo es normal, que los mayores también lo sienten. Así, podrá expresar lo que siente y tú podrás tranquilizarlo con una explicación acorde a su edad.
Si los médicos lo permiten, lleva al hospital a algún amiguito
Tener visita es muy importante cuando se está hospitalizado, porque te hace sentir querido. Para los niños será muy importante contar con la visita de algún amigo del colegio y los hermanos. Habla con el médico para poder organizar una pequeña visita. Aunque ahora las medidas son más estrictas que antes de la pandemia, cuando se trata de niños suelen ser más permisivos para hacerles la estancia en el hospital más relajada.
Planifica cosas que haréis cuando salga del hospital
La idea de hacer una excursión por el campo o de hacer planes que al niño le gusten mucho, resultará motivador mientras llega la recuperación. Puedes hablar con el niño sobre cosas que podréis hacer cuando se ponga bien, pero con cuidado de no crear una expectativa demasiado alta. Porque en ese caso el niño podría impacientarse y si la hospitalización se alarga, podría sufrir por lo poder hacer ya eso que tanto desea.
Cuando un niño está hospitalizado puede sentirse muy triste, porque estar lejos de casa y del ambiente diario no es fácil de asumir. Ofrécele las herramientas necesarias para gestionar esa circunstancia, especialmente si es excepcional. Habla sobre las enfermedades y lo importantes que son los médicos que las curan. Acompáñale en todo momento y ayúdale con mucha paciencia en este trámite tan complicado.