Trastorno alimenticio es un concepto que se utiliza para describir la incomodidad que sienten algunas personas hacia la comida. Los trastornos alimenticios, como la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón, a veces pueden compartir los mismos factores desencadenantes que un diagnóstico de salud mental. Estos desencadenantes pueden ser hacer demasiado ejercicio, comer demasiado para aliviar problemas emocionales o sentirse constantemente culpable por comer alimentos que se sabe que no son saludables o buenos.
Todo el mundo se siente incómodo con su cuerpo o con la comida en algún momento de la vida. Pero si estas preocupaciones son regulares y no se abordan, los comportamientos alimenticios anormales pueden terminar convirtiéndose en un trastorno mental diagnosticable. Muchos adolescentes siguen dietas estrictas, hacen ayunos, se inducen vómitos, toman pastillas para adelgazar o utilizan regularmente laxantes. No son trastornos exclusivos de mujeres, puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, sexo, etnia o nivel de ingresos.
¿Cómo ayudar a una adolescente con trastornos alimenticios?
Los trastornos alimenticios impiden que las personas obtengan la nutrición que necesitan para tener una buena salud. Con el tiempo, los desequilibrios en el metabolismo del cuerpo pueden provocar problemas de salud como desnutrición, desequilibrios electrolíticos, pérdida de densidad ósea y problemas cardíacos. Además, los problemas físicos se ven incrementados por el estrés emocional y psicológico que acompaña a la convivencia con un trastorno alimenticio.
Si sospechas que tu hija adolescente tiene un trastorno alimenticio, o se le ha diagnosticado oficialmente, seguro que quieres hacer todo lo que esté en tu mano para ayudarle. Todos sabemos que una dieta equilibrada es importante para estar sanos, pero una persona con un trastorno no lo ve de la misma manera. Por eso vamos a ver formas de ayudar a tu hija si tiene problemas con la comida.
Infórmate sobre los trastornos alimenticios
El primer paso ante este diagnóstico, o sospecha de trastorno alimenticio, es informarse. Si no sabes por dónde empezar, hazte con revistas o busca estudios sobre este tema, así podrás obtener información fiable sobre las señales y los síntomas que puede tener tu hija. Es importante recordar que los trastornos alimenticios pueden ocurrirle a cualquier persona, y que los adolescentes que se centran en su peso y figura corren mayor riesgo de desarrollar comportamientos alimenticios desequilibrados.
Contrariamente a la creencia popular, no es necesario que tu hija tenga un peso inferior al normal para tener un trastorno alimenticio. Algunas actividades en las que participe como la moda, la gimnasia, el ballet u otros deportes, pueden aumentar el riesgo. En muchos casos, los padres pasan por alto las primeras señales de trastornos alimenticios porque la ansiedad por la apariencia es muy común en los adolescentes. Estas señales o síntomas pueden variar dependiendo del trastorno alimenticio que padezca, pero estate atento comportamientos de este estilo:
- Pérdida extrema de peso
- Saltarse comidas con frecuencia o negarse a comer
- Centrarse excesivamente en la comida, el peso corporal o la forma de su cuerpo
- Habla más sobre comida, calorías, peso o imagen corporal
- Se mira frecuentemente en el espejo en busca de defectos
- Usa laxantes, diuréticos, enemas, se provoca vómitos
- Va a menudo al baño, especialmente durante las comidas o inmediatamente después de comer
- Se queja de que tiene frío, especialmente en manos y pies
- No le gusta la ropa ajustada
Fomenta hábitos alimenticios saludables
Algunos consejos para fomentar hábitos alimenticios saludables en casa con los siguientes:
- Evita ensalzar o demonizar alimentos. En lugar de decir que un alimento es bueno o malo, busca el equilibrio. Come frutas, verduras, proteínas y otros nutrientes en cantidades adecuadas, pero también deja espacio para caprichos dulces o salados.
- Practica la alimentación intuitiva. Anima a tu hija a escuchar a su cuerpo, comiendo cuando tenga hambre y deteniéndose cuando ya esté saciada. De esta manera aprenderá a reconocer si está comiendo por hambre o para hacer frente a sentimientos incómodos, como el aburrimiento.
- Haz que tenga un papel activo. Pide a tu hija que te ayude a preparar la comida, a planificar comidas familiares y a hacer la compra. Mientras puedes hablarle sobre los beneficios de una alimentación saludable. Esto puede ayudar a tu hija a tomar decisiones más sanas, y será mucho más efectivo que si le cuentas las consecuencias negativas para la salud de los trastornos alimenticios.
Uníos a un grupo de apoyo
Tanto para los adolescentes como para los padres, los grupos de apoyo para los trastornos alimenticios pueden ofrecer muchos beneficios. Para los adolescentes, los grupos de apoyo les proporcionan una valiosa fuente de conexión, ayudándoles a darse cuenta de que no están solos luchando con problemas relacionados con la alimentación. Estos grupos ofrecen un entorno seguro y de apoyo para que los adolescentes compartan sus experiencias, frustraciones y sus logros con otros chicos y chicas en situaciones parecidas.
Para los padres, los grupos de apoyo también pueden ayudarles a apoyar mejor a sus hijos durante el tratamiento. Podrás compartir tus experiencias y aprender de otros padres con hijos que tienen el mismo tratamiento por trastorno alimenticio. Que vayas a un grupo de apoyo con otros padres en tu misma situación puede desempeñar un papel importante en la recuperación de tu hija.