Cómo calmar a un bebé inquieto

Tener un bebé inquieto puede ser frustrante para los padres. Un bebé puede ser inquieto por muchas razones, como estar cansado, sobreestimulado o simplemente necesitar un poco de atención adicional para relajarse.

Si tu hijo está comiendo alimentos sólidos, la sensibilidad al colorante alimentario o al azúcar podría ser el culpable. Afortunadamente, tener algunos consejos para calmar a un bebé inquieto te permitirá calmarlo y relajarlo.

Que duerma lo suficiente. Aunque es contradictorio, cuando un bebé se cansa puede volverse inquieto. La mayoría de los niños menores de 1 año duermen aproximadamente 12 horas cada noche y dos o tres horas durante el día. Para el segundo cumpleaños del niño, el sueño disminuye a aproximadamente 10 u 11 horas cada noche y de una a tres horas durante el día.

• Un baño tibio. Usa jabón con lavanda diseñado para la piel sensible del bebé. Permite que tu bebé se remoje y juegue en el agua tibia mientras se divierte. Esto permite que sus músculos se relajen y las sensaciones sean relajantes.
• Canta canciones relajantes y lentas. Los bebés son muy receptivos a la música. Si cantas música fuerte, tu bebé se sentirá estimulado y excitado; la música tranquila lo hará relajarse.
• Dar un paseo en carrito. No es un error que los bebés se duerman en los carritos. Las vibraciones del cochecito son relajantes para tu bebé y le calmarán.
• Intenta usar una silla de hamaca. Estas sillas son similares a las vibraciones en un coche o cochecito. Permite que tu bebé se siente en la silla y se relaje. Si el bebé comienza a tener sueño, llévalo a la cuna para tomar una siesta.
• Evalúa la dieta de tu bebé. A veces, los bebés tienen alergias al colorante alimentario que los hace parecer inquietos. Presta atención a cuándo tu bebé se vuelve inquieto y observa lo que ha comido en las últimas horas. Habla cualquier patrón con el pediatra.
• Cuidado con el azúcar. Si tu bebé consume sólidos en su dieta, evalúa la cantidad de azúcar que recibe diariamente. A veces, los bebés son sensibles al azúcar, lo que los hace notablemente inquieto con sus padres.