Cómo conseguir que tu hijo te haga caso

Los beneficios de las caricias

Todos los niños en cualquier etapa de su vida tienen momentos de no querer hacer caso a sus padres. Intentan de este modo potenciar su identidad o mostrar que ellos también pueden tomar decisiones sin que sus padres tengan nada que ver. ¿Alguna vez tu hijo te ha dicho que ‘no’ en plan desafiante después de que le dieras una orden? Si tu respuesta es afirmativa, no te alarmes, es algo absolutamente normal… aunque para ti sea realmente frustrante.

Los niños prueban los límites de sus padres, es su naturaleza hacerlo y de esa manera se afirmará a sí mismo, estará intentando ser más independiente. En realidad, un poco está bien, pero cuando existe un patrón continuo de comportamientos desafiantes y negar obedecer constantemente, entonces ya no es normal. En este caso se deberán tomar medidas para evitar que el problema sea mayor.

Es posible que tu hijo finja  que no te escucha cuando le dices que recoja sus juguetes, o se niegue en rotundo a hacerlo… Pero no te desesperes, debes tomar medidas para motivar a tus hijos a que ha llegado el momento de que te escuchen mejor.

Atención positiva

Cuando los niños niegan cumplir con tus órdenes es posible que lo hagan porque quieren recibir más atención por tu parte. Claro, este tipo de atención no es la mejor ni la más positiva, pero ellos, quieren sentirte cerca a cualquier precio, aunque eso signifique tener que enfadarte para que les hagas caso.

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Para evitar que esto suceda tus hijos necesitarán que les hagas caso de forma positiva, es decir, que les regales atención positiva diaria. Para ello, tendrás que jugar con tus hijos, pasar tiempo hablando, salir a caminar, comer y cenar juntos… Unos pocos minutos al día de atención positiva pueden contribuir en gran medida a que tu hijo necesite llamar tu atención de una forma más negativa.

Un buen comportamiento, ¡que se note!

Para que se note el buen comportamiento es necesario que lo elogies, así tus hijos sabrán que realmente te has fijado en su buen comportamiento, notarán que tienen tu atención. En este sentido, volverán a comportarse de buena manera para recibir de nuevo un elogio por tu parte… porque ellos quieren tu reconocimiento.

Es posible que incluso cuando le pidas que haga algo sencillo o habitual, debas realizarle un elogio porque de esta manera será capaz de entender lo importante que es para ti.  Por ejemplo, si le pides que te acerque un trozo de pan en la cena, dale las gracias por hacerlo. Esto le hará darse cuenta que aprecias estos buenos gestos y los realizará más a menudo gracias al sentimiento de satisfacción que les provoca que le digas esas buenas palabras.

Las instrucciones… ¡deben ser claras!

Es necesario que tus hijos tengan claras cuáles son las instrucciones que deben seguir para poder realizar un tipo de tarea en concreto. No puedes pretender que tus hijos hagan algo sin saber cómo deben realizarlo primero. Además, también debes tener en cuenta que si tu hijo está demasiado abstraído haciendo algo y le hablas desde otro lugar de la casa, lo más probable es que no escuche tus instrucciones y por lo tanto, que no te haga caso tampoco.

pedir perdón a los hijos

Para asegurarte que realmente te está escuchando, tendrás que hacer contacto físico y contacto visual, porque solo de esta manera podrás cerciorarte de que tu hijo está atendiendo a las palabras que le estás diciendo.


Permita que escoja lo que quiera

Permitir que escoja lo que quiera no significa darle todo el poder de elección, ¡ni mucho menos! Lo que significa es que deberás escoger algunas opciones que consideren viable en un contexto determinado para que después, tu hijo escoja las que crea que son mejores para él. De esta manera tu hijo sentirá que tiene el control de la situación. Aunque en realidad tú eres quien ha escogido las opciones más acertadas, tu hijo sentirá que es él quien ha tomado la mejor decisión final.

No tienes que hacer preguntas abiertas, si no que tendrás que darle opciones, por ejemplo, no digas algo como: ‘¿te quieres vestir ahora?’ Porque la negativa puede ser inminente. Es mejor que preguntes algo como: ‘¿Prefieres el jersey verde o el azul?’

Utiliza las frases positivas

En lugar de decir frases en negativa para dar una orden, es mucho más efectivo utilizar las frases en positivo. De esta manera el niño recibe mejor la información y se sentirá mejor a la hora de obedecer una orden en concreto. Por ejemplo, en lugar de decir cosas como: ‘No vas a poder jugar con la tablet hasta que esté limpia tu habitación’, es mejor decir algo como: ‘En cuanto termines de limpiar tu habitación tendrás 10 minutos de tiempo extra con la tablet’.

Prueba a cambiar las frases en negativa por las positivas y te darás cuenta como los resultados son mucho más productivos y beneficiosos para todos.

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Recompensa el buen comportamiento

Si a los niños se les da un sistema de recompensas les puede ayudar a sentir motivación para cumplir con un buen comportamiento. Es como una economía de fichas, el niño sabe que si se comporta bien tendrá una ficha positiva y cuando recopile unas cuantas (las que hayáis fijado de antemano según los comportamientos), entonces podrá conseguir una pequeña recompensa.

La recompensa es necesario que no sea material, es decir, que si son experiencias mejor, y si es material debería ser algo más simbólico que algo que quiera el niño. Ejemplos de recompensas: 10 minutos extra de tablet, 20 minutos extra de tiempo en el parque, cocinar sus galletas preferidas, etc.

Si el niño es más mayor, quizá un sistema de economía de fichas no le sirva demasiado, pero en cambio, trabajar el comportamiento mediante un ‘contrato de comportamiento’ puedes ser una buena señal. En este tipo de contrato, el niño deberá tener claras cuáles son las normas que debe seguir y el tipo de comportamiento que debe tener… solo de esta. Manera podrá percibir una recompensa acorde a su bien comportamiento. La recompensa también deberá estar pactada antemano para que sepa qué es lo que recibirá si cumple con su parte del contrato.

Las luchas de poder son inútiles

Las luchas de poder son inútiles y además una pérdida de tiempo y de energía. Además, por si fuese poco, las luchas de poder harán que la relación entre vosotros se resienta y existan incluso, problemas de comunicación.

Evita las luchas de poder a toda costa cuando tu hijo no te haga caso. Solo empeorará las cosas, es mejor dar una advertencia clara para que cambie el comportamiento y si no lo hace, tendrás que aplicar las consecuencias siempre que sea necesario.


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