Cómo criar a un hijo inteligente y creativo

potenciar la creatividad

La inteligencia y la creatividad no están reñidas, es más, se pueden coger de la mano para un buen desarrollo de los niños. Un niño inteligente y creativo será un niño al que le encanta aprender porque la mente creativa siempre está movimiento, siempre quiere saber más para poder imaginar y crear más. Potenciando en los niños la inteligencia y la creatividad verás que tu hijo aprende y disfruta de la lectura.

Proteger la curiosidad natural y el amor por la explicación le ayudará a maximizar todo su potencial. Tu hijo puede ser inteligente y que le encante aprender, porque si es inteligente pero no le gusta aprender… ¡será un problema! La mayoría de las personas cree que la inteligencia es estática; o eres inteligente o no lo eres. Pero resulta que la inteligencia es como un músculo: puede desarrollarse con el uso. Además, si crees que es verdad y potencias tu creatividad, ¡tu cerebro se volverá aún más inteligente!

Desafiarse a sí mismo

Los estudiantes que creen que pueden «hacerse más inteligentes» al desafiarse a sí mismos son aprendices más efectivos. Los estudiantes que tienen la visión más convencional (que son inteligentes o no, que se conoce como visión «fija» de la inteligencia) se preocupan de que puedan sentirse incómodos o «tontos» si se equivocan… y sienten inseguridad ante los nuevos aprendizajes.

Cuando un niño sabe que su cerebro puede ‘crecer’, realmente lo hace. Se realizó un experimento con estudiantes de secundaria y en menos de dos horas durante 8 semanas, se enseñaron a los estudiantes conceptos como que el cerebro es un músculo que se desarrolla con ejercicio mental y que medida que se aprende una persona se vuelve más inteligente.

desarrollo creatividad infantil

Los resultados fueron sorprendentes. Los estudiantes de «cerebro-es-un-músculo» superaron significativamente a sus compañeros en una evaluación de matemáticas, sin ninguna enseñanza matemática adicional. Entonces, nuestro objetivo como padres es criar a los niños que creen en su capacidad para desarrollar músculo mental.

Se necesita mentalidad de crecimiento

Se necesita una mentalidad de crecimiento para poder desarrollar lo mencionado más arriba. Esto significa que el niño o el adulto, sabe que todos estamos dentro de una curva de aprendizaje y que de forma natural nos podremos equivocar hacia el camino del éxito, pero que lo que importa realmente es aprender de los errores y superarnos a nosotros mismos a través de una mentalidad de crecimiento.

En lugar de ser devastados por los reveses, las personas con una mentalidad de crecimiento son resilientes: utilizan los «fracasos» como oportunidades de aprendizaje. En lugar de preocuparse acerca de si son lo suficientemente «inteligentes», estos niños saben que pueden ser más inteligentes, simplemente trabajando en ello. Aprenderán a controlar la ansiedad asegurándose a sí mismos que aprender cosas puede ser un proceso complicado pero que se puede conseguir trabajando lo suficiente. Se convierten en aprendices perpetuos que pueden aprender lo que necesitan en situaciones nuevas y están motivados y con curiosidad para aprender más.

No le digas a tus hijos que son inteligentes

Los padres que dicen que sus hijos son inteligentes estarán socavando su mentalidad de crecimiento. Cuando el niño se ve desafiado, asume que si fuera inteligente, la tarea o la lección no sería tan difícil. Se preguntan si no es tan inteligente, y puede rendirse solo porque siente que no es capaz. Sentirse desafiado se vuelve demasiado incómodo y prefieren no pasarlo mal.

inteligencia nenes y nenas

Los padres que desean facilitar una mentalidad de crecimiento podrían decir algo como: ‘Estás trabajando duro en esto, sabrás que aunque sea lento, tendrás buenos resultados’. El niño aprende que su propia determinación determinará su éxito. Sentirse desafiado comienza a sentirse motivador. Es necesario que los padres eviten frases del tipo: ‘Has fallado’, ‘Siempre fallas’, ‘No eres bueno en esto’, ‘No eres capaz de lograrlo’, etc. Es mejor replantearse esa creencia limitante y decirle algo como: ‘Todavía no eres bueno en esto, pero trabajando lo suficiente, lo serás’.


El juego es la clave

Una forma de que los niños aprendan una mentalidad de crecimiento es a través del juego. Como dijo Albert Einstein, «Jugar es la forma más alta de investigación”.  Cuando los niños pequeños juegan, están motivados para superar los obstáculos para lograr sus objetivos. Eso los ayuda a desarrollar una mentalidad de crecimiento y la capacidad de autogestionarse para superar los desafíos. Aprenden que los desafíos pueden ser divertidos, en lugar de intimidatorios, y que el trabajo arduo combinado con una actitud curiosa puede ayudarlos a alcanzar grandes metas.

Esa es una razón por la que muchos expertos cuestionan la obsesión en nuestra cultura por equiparar el aprendizaje con lo académico. Esto funciona en contra de una mentalidad de crecimiento al empujar a los niños a leer o lograr académicamente, en lugar de alentarlos a disfrutar el aprendizaje a través de la exploración.

Los niños pequeños y los niños en edad preescolar tienen un trabajo más crítico que hacer, desde construir con bloques, hasta jugar con el ritmo y el color, y aprender a llevarse bien con sus compañeros. La investigación muestra que estas actividades, que los niños son atraídos naturalmente, proporcionan la base para el aprendizaje posterior, desde las habilidades matemáticas a la lectura. Enseñan habilidades cognitivas y enseñan habilidades de autogestión «blandas» que les permiten a los niños desarrollar una mentalidad de crecimiento.

Niña jugando con una caja

Hay una gran cantidad de investigaciones que apuntan a «habilidades blandas» o «inteligencia emocional» como un componente crítico del éxito escolar. Si no puede manejar sus impulsos y usar su función ejecutiva para enfocarse, no importa cuál sea su potencial cognitivo. El juego creativo e imaginativo, tanto solo como con otras personas, desarrolla estas habilidades.

Por lo tanto, el juego es una pieza clave para que tu hijo sea más inteligente y creativo. No le agobies solo con actividades académicas para que ‘sea el mejor’. Tu hijo ya es el mejor, simplemente tienes que darte cuenta en qué es el mejor. Por ejemplo, un adolescente que no ‘le gusta estudiar’ pero que le encanta dibujar, no está perdiendo el tiempo con sus dibujos… ¡son los dibujos su verdadero talento y lo que se debe potenciar!


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