Cómo cuidar a un niño con hemofilia en la escuela

Niños con hemofilia en la escuela

La hemofilia es una enfermedad crónica con la que las personas pueden vivir a lo largo de la vida. Sin embargo, requiere ciertos cuidados muy precisos pues puede ser muy riesgosa ante una situación inesperada. Un niño con hemofilia debe respetar ciertos cuidados para así evitar ponerse en riesgos, algo difícil en ciertos escenarios que forman parte de la vida de todo niño. ¿Cómo cuidar a un niño con hemofilia en la escuela?

Lo primero que hay que tener en cuenta es la condición del niño en cuestión pues un error puede tener graves consecuencias. Pero antes de entrar de lleno en los cuidados de los niños con hemofilia, veamos de qué se trata esta enfermedad.

Qué es la hemofilia

La hemofilia es una enfermedad que debe ser muy custodiada pues se trata de un desorden hemorrágico hereditario que no permite que la sangre coagule normalmente, por lo que se producen hemorragias. El factor de coagulación de las personas con hemofilia es nulo o muy bajo y esto produce un grave problema pues en caso de una lesión o accidente pueden sangrar sin límites, incluso hasta morir desangrados, en los casos extremos.

Niños con hemofilia en la escuela

La hemofilia es una enfermedad más frecuente en hombres y también puede producir sangrados internos en las rodillas, tobillos y codos. En el caso de que las hemorragias ocurran en las articulaciones, se producen dolores. Es importante realizar tratamientos para así evitar otros trastornos asociados como la artritis. Otro de los riesgos de la hemofilia es que se pueden producir hemorragias cerebrales que, llegado el caso, necesitarán un tratamiento urgente.

Cómo accionar en la escuela

¿Cómo cuidar a un niño con hemofilia en la escuela? Sin dudas, un niño con hemofilia es un riesgo para sí mismo pues la escuela es un ámbito de riesgo, donde puede sufrir golpes, empujones o roces inadecuados. Los niños con hemofilia en la escuela suponen una especial atención por parte de maestros, supervisores y por todo el personal de la institución. Es muy importante que la escuela esté avisada de la condición del alumno para así conocer todo el detalle del caso.

Para cuidar a un niño con hemofilia en la escuela, es condición que el médico hematólogo y el pediatra que sigue el caso, envíe la información completa sobre la condición al colegio así como un protocolo a seguir en el caso de un golpe o una urgencia. El protocolo debe estar a mano para que, en caso de un accidente, cualquier miembro de la institución pueda saber qué hacer para evitar que el niño esté en riesgo. El tiempo es vital en casos de un inconveniente por lo que es muy importante saber cómo proceder en estos casos. Por lo general, el mismo incluye la aplicación de hielo de manera inmediata y la colocación de gasa para hacer presión.

Para disminuir los riesgos de un niño con hemofilia en la escuela, los peques estarán exentos de realizar actividad física y deportiva pues los deportes dan lugar a posibles roces o golpes. Es importante reducir todas aquéllas situaciones que pueden llevar a una situación de riesgo. Por otra parte, todos los compañeros de clase deben estar al tanto de la situación para así evitar ciertos roces. La toma de consciencia de todo el grupo en la escuela es de gran ayuda en la convivencia diaria.

Síntomas y cuidados

Los principales síntomas de la hemofilia son los moretones en el cuerpo y la aparición de sangrado excesivo. Si adviertes esta situación, consulta al pediatra para que ordene unos análisis de sangre que detectarán la condición. En ese caso, lo más frecuente es realizar un tratamiento a base de una inyección del factor de coagulación faltante.

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Durante la escuela primaria, es recomendable que un niño con hemofilia lleve un brazalete distintitivo. Entrada la adolescencia, el niño puede rechazar el brazalete pero tanto él mismo como su entorno deben estar al tanto de la situación. Es importante no desestimar ningún golpe o caída y avisar a quien corresponda en caso de que suceda. Lo mejor es avisar siempre a los padres o tutores y al médico que realiza el seguimiento. Nunca hay que aplicar una aspirina así como ninguna medicación.



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