Ningún padre está preparado para poder recibir la noticia que su hijo tiene cáncer. Un hijo con cáncer hace que tus primeros días sean un caos, que no puedas asimilar lo que está pasando y todo te parezca triste y abrumador. El apoyo se brinda especialmente en los padres para que tengan la coraza suficiente de poder dar fuerza a su hijo y que sepa sobrellevar una enfermedad tan importante.
Es por ello, que con suma cautela se intente afrontar una situación que va a afectar de manera emocional a todos los integrantes de la familia y sobre todo a tu propio hijo con cáncer. Los padres van a comenzar a pasar por un período difícil y van a tener que sacar su gran fortaleza para dar cara a la adversidad. Pero también, se van a encontrar con un mundo lleno de gran solidaridad y apoyo por parte de gente que está pasando por la misma situación y con la ayuda de grandes profesionales, amigos y familiares.
Cómo cuidar y animar a un hijo con cáncer
Indudablemente el tipo de reacción afecta a todos los integrantes de la familia. Las emociones pueden fluctuar y ser muy dispares, habrá padres que se sientan muy angustiados, con mucho miedo, y otros sentirán culpabilidad al creer que es una situación que podían haber evitado.
En general cualquiera de estas emociones no es mejor ni peor que otras, simplemente ahí están, y hay que aprender a convivir con ellas. Los padres serán los primeros en tener que hacer vida con esta situación emocional y será una forma de ayudar a vuestro hijo enfermo, e incluso a todos los demás hijos sanos que integren nuestra familia.
Los tiempos de inicio y adaptabilidad para poder paliar ese dolor es primordial para poder preocuparse por un niño que necesita del apoyo constante de sus padres. Es importante que al niño se le comunique la enfermedad tan pronto cómo todos os encontréis preparados, al igual que al resto de la familia.
Es muy importante estar rodeados de seres queridos, es la forma de expresar y compartir el dolor y las emociones, ya que no hay que guardar nada. De esta forma es probable que se encuentre todo eses apoyo que pueda aliviar a todos nuestro estado de dolor.
Cuidados del día a día
Debemos de afrontar un montón de pruebas médicas y de largas esperas en el hospital. Hay que hacer que el niño esté lo más distraído posible en cada momento, se pueden llevar objetos o cosas que lo hagan compañía durante esa estancia o planificar algunas de las actividades que ofrece el hospital con servicios de voluntariado (talleres y manualidades).
La alimentación es primordial, tanto para el paciente como para las personas que lo rodean, hacer algo de ejercicio también puede ayudar positivamente y sobre todo cumplir con los tiempos de descanso.
Hay que dar tiempo al niño para que pueda expresar todos sus miedos y preocupaciones y observar que tipo de ayuda profesional pueda necesitar. No hay que intentar atosigarlo constantemente con preguntar sobre “cómo se encuentra” y hay que darle su margen para que pueda descansar, relajarse y divertirse cuando él quiera.
En los días de hospitalización
Momentos duros: tu hijo seguramente no está acostumbrado a convivir con la rutina de acudir a un montón de pruebas y hospitalizaciones, seguramente se sienta inseguro y con miedo debido a su desconocimiento. Hay que ir preparando al niño poco a poco y mentalmente de los que puede ir aconteciendo.
No uséis la mentira: cuando tenga que ser hospitalizado no lo llevéis engañado, ya que seguramente provocará un desengaño entre vosotros. Tampoco le hagáis falsas promesas, ni le digáis cosas que luego no se pueden llegar a cumplir.
Intentad que esté cómodo en todo momento: deja que el niño tenga la libertad constante, que se sienta arropado por sus juguetes favoritos y que tenga el mayor contacto posible con familiares y amigos. Esto le dará mucho más confianza para cuando tenga que retomar sus actividades iniciales en la escuela y se sienta mucho más apoyado y arropado.