Aunque es algo sencillo, es muy importante seguir algunas pautas para curar el cordón umbilical del recién nacido, de lo contrario, podría infectarse. Nada más nacer se procede a cortar el cordón umbilical que une al bebé y la madre durante la gestación. La vía por donde el bebé obtiene el alimento y el oxígeno que necesita para desarrollarse y crecer dentro del útero materno.
Antes de cortar el cordón, se pinza para cortar el riego sanguíneo y así comienza el proceso por el cuál se separa del cuerpo del bebé, dejando lugar al ombligo. Este proceso dura aproximadamente entre una semana y 10 días y se cae de forma natural, pero hay que seguir unas pautas para curar la zona y evitar infecciones. Ya que se trata de una herida abierta y en un recién nacido.
Pautas para curar el cordón umbilical
Lo más importante a la hora de curar el cordón umbilical es extremar la higiene. Antiguamente se utilizaban antisépticos para ello, pero a día de hoy se sabe que lo más efectivo es el uso de agua y un jabón neutro. Para realizar las curas puedes manipular la pinza sin miedo, ya que este movimiento no causa ningún dolor ni molestia al recién nacido.
Ahora bien, antes de comenzar, es fundamental hacer un lavado de manos profundo para evitar que los gérmenes puedan infectar la herida. Utiliza agua templada y jabón, frota muy bien durante un par de minutos incidiendo entre los pliegues de los dedos. Después, aclara bien con agua y sécate las manos con papel de cocina absorbente. También debes asegurarte de que los utensilios estén desinfectados y las gasas antisépticas estén bien selladas.
En cuanto a la frecuencia a la hora de curar el cordón umbilical, lo recomendable es hacerlo unas dos veces al día. La forma de curarlo es la siguiente. Prepara un barreño pequeño con agua tibia y un jabón neutro especial para recién nacido. Utiliza una esponja suave, introduce en el agua, escurre el exceso y limpia el obligo del bebé con cuidado. Puedes mover la pinza sin miedo ya que no le harás daño. Después, seca muy bien con una gasa estéril y deja al aire un rato para evitar la humedad.
Otros consejos del cuidado del ombligo del bebé
Mantener la zona seca es fundamental para favorecer la caída del muñón. Ya que la humedad además de provocar infecciones, evita que la piel se seque y se pueda desprender de forma natural. Por este mismo motivo no se recomienda sumergir al bebé por completo en la hora del baño. Lo más aconsejable durante los primeros días es llenar un poco la bañera del bebé, de forma que quede en el agua pero que no se sumerja la barriga.
Utiliza una esponja suave y natural para lavar con cuidado al bebé, que además disfrutará muchísimo al sentir cómo le cae el agua desde la esponja mientras te mira. Al terminar el baño seca muy bien al recién nacido, asegurándote de que no quede humedad en el ombligo, y también secando bien pliegues entre los dedos o las extremidades. Por último, debes observar bien la zona del ombligo para detectar cualquier posible infección.
Estas son algunas señales de infección:
- La piel alrededor del ombligo se ve enrojecida.
- Sale pus del ombligo, un líquido amarillento.
- Si la zona desprende mal olor.
- El bebé presenta exceso de sensibilidad cuando tocas el cordón umbilical, esto es una clara señal de infección y por eso le molesta. De lo contrario, el recién nacido no nota el movimiento del muñón.
- La señal de alarma que más hay que observar es la fiebre.
Si notas alguno de estos síntomas, además el bebé se muestra irritado y cambia su estado de ánimo, debes acudir a la consulta del pediatra a la mayor brevedad. En la mayoría de los casos la infección se puede tratar con una sencilla pomada antibiótica. Para otros casos más graves, es posible que se deba administrar por vía intravenosa para frenar la infección. En cualquier caso, no debes dejar que pase el tiempo y al menor síntoma de infección al curar el cordón umbilical, acude a los servicios sanitarios.