Es difícil lidiar con todas las actividades y necesidades que los niños tienen que cumplir a diario. Adaptar una rutina con ellos puede llegar a presentar dificultades, sobre todo si la personalidad del niño es difícil de conciliar con el entorno de su familia. La hora del sueño es una parte fundamental del día para poder recargar las pilas y hay padres que observan cómo sus hijos con altas capacidades no duermen bien.
En teoría es una creencia bastante extendida de que los niños con altas capacidades son más inquietos y mentalmente más activos. El hecho de que tengan una rutina habitual para el sueño puede incluso rebasar a las de las necesidades de los adultos. Para poder conocer todo lo que rodea a sus inquietudes vamos a conocerlo a continuación.
¿Cómo es el sueño de los niños con altas capacidades?
El sueño de los niños es lo más conciliador para poder recargar sus capacidades físicas y cognitivas. Sin embargo, los niños con altas capacidades pueden estar mucho más inquietos mentalmente y hace que les cuesta conciliar el sueño.
La rutina de arrastrar una falta de sueño puede que deteriore las necesidades físicas del día y eso hace que también les ponga mucho más nerviosos de lo que están.
No obstante, podemos encontrar a muchos niños con altas capacidades que generalmente no requieran dormir el número de horas que necesitan. Ni siquiera hacen sus siestas correctamente y llegan a dormir tan solo, entre 15 y 20 minutos.
¿Qué ocurre en la mente de un niño con altas capacidades?
Los niños con este tipo de cualidad puede que no lidien muy bien todavía con sus necesidades como niño. Por lo general son niños altamente sensibles y dado a su gran apertura al conocimiento reciben constantemente infinidad de estímulos que puede llegar a excitarlos demasiado.
Cuando llega la noche, los niños han pasado una gran jornada de actividad durante el día, entre ello podemos encontrar una alta demanda imparable por estar abiertos a absorber todo lo que les rodea. Eso hace que acaben un poco bloqueados mentalmente, están sobreexcitados y no pueden relajarse para dar entrada a un sueño confortable y reparador.
¿Qué ocurre cuando un niño no duerme las horas suficientes?
Todo el mundo cuando no dormimos las horas suficientes o descansamos adecuadamente tendemos a estar desmotivados, irritados y algo cansados. El sueño es la parte imprescindible del día para descansar y reestructurar nuestro cerebro, poder ordenar todo lo que hemos recogido durante el día.
Cuando esto no ocurre en condiciones normales, a lo largo de los días este cansancio emocional se acumula. Muchos niños muestran irritabilidad, son menos sociables, están más agitados debido al cansancio y sobre todo más nerviosos. Otros pueden llegar a demostrar una actividad ralentizada, son más callados e incluso dan muestras de tristeza.
Qué hacer para que el niño duerma mucho mejor
Un niño con altas capacidades puede dormir menos horas de las habituales y sentirse con energía y buen humor. El problema está cuando duerme pocas horas y se muestra a lo largo del día débil, cansado y desanimado. En este caso hay que valorar la situación con la ayuda de un pediatra.
En casa podemos hacer métodos caseros y cotidianos para que el niño cumpla con sus horas de sueño. Antes de ir a la cama no hay que jugar con el niño, ni tener una habitación cargada de juguetes u objetos llamativos ni de colores fuertes. Todo esto le puede sobreexcitar y distraer.
El ambiente ha de ser tranquilo, con luz tenue, sonidos bajos y con movimientos relajados. Podemos también aplicar el mindfulness infantil para antes de ir a dormir.
Es conveniente tener paciencia, no forzar la situación para que el niño duerma, cuando no quiere. Es mejor utilizar la relajación e invitarlo a dormir, pero no forzarlo. Como recomendaciones que se pueden añadir es indicar un horario diario para ir a dormir y anteponer algo antes de acostarse que le pueda relajar como un cuento para leer. Si puede ser, sería conveniente eliminar la siesta si se sospecha que eso le resta horas de sueño nocturnas.