Cómo enseñar a mi hijo a pronunciar la “r”

Cómo enseñar a mi hijo a pronunciar la “r”

A los 9-10 meses de edad los niños ya comienzan a pronunciar sus primeras palabras. Durante el proceso van aprendiendo palabras de forma evolutiva y algunos fonemas no son para ellos los mejores de aprender durante sus primero pasos. “Mamama, papapa, tatata…” son algunos de los sonidos que comienzan a incorporar y entre ellos la letra «r» puede llegar a ser difícil de pronunciar.

Cada año que avanza comienzan a incorporar más sonidos y a formar estructuras de palabras mucho más complejas. Necesitan un aprendizaje complejo de ejecución para muchos conjuntos de sílabas, sobre todo las trabadas, y no digamos la más común de todas: la pronunciación de la “r”.

¿Por qué tiene problemas para pronunciar la “r”?

Es un hecho bastante común en los niños que ya comienzan a pronunciar este tipo de palabras con la letra “r” y a este fenómeno se le llama rotacismo. El problema está cuando los niños tienen problemas para pronunciar este fonema de forma correcta, produciéndose la dislalia.

Este hecho puede ser pasajero, pues hay ciertas letras que también se les puedes complicar, como son la “d” y la “z”. Con el tiempo los niños van adquiriendo destreza y corrigen este defecto según van practicando y afinando sus oídos.

Cómo enseñar a mi hijo a pronunciar la “r”

Su mala pronunciación puede ser derivada a una mala colocación de la lengua en combinación con el aire, haciendo que no se pronuncie correctamente. Otro de los motivos es cuando los niños han usado durante mucho tiempo el chupete, lo cual ha podido influenciar como un precedente. Pero sobre todo nunca hay que pensar que se trata de un retraso psicológico.

La no correcta pronunciación de la /r-rr/ junto a otros fonemas puede ser signo de observación a partir de los 5-6 años, dónde lo más habitual es consultar a un especialista. La persona más adecuada para este tipo de casos es un logopeda, quien hará unos ejercicios y orientación adecuada al problema.

Cómo enseñar a mi hijo a pronunciar la “r”

En casa se pueden hacer sencillos ejercicios para que podamos estimular su pronunciación. Se recomienda hacer primero ejercicios de respiración dónde el niño debe inspirar el aire por la nariz y expirar por la boca de forma pausada y corta. También puede inspirar y sacar el aire por la boca soplando tres veces.

Otro ejercicio es hacer ejercicios con las partes de la boca: mover la lengua de un lado a otro, sacar la lengua todo lo posible de la boca, mover la lengua en círculo por los labios e intentar tocar la parte superior de detrás de los dientes superiores.

En casa se puede practicar palabras que contengan la letra “r”, se pueden usar trabalenguas, repetir una y otra vez palabras con este sonido y sobre todo enseñar cómo lo haces tú paso a paso y a cámara lenta. Te ofrecemos un vídeo orientativo que enseña a cómo practicar la “r”, es uno de tantos que puedes encontrar en esta plataforma, observa todo los que te pueden ofrecer.


La lectura también tiene su implicación en este aprendizaje, hay libros escritos y orientados para que puedan aprender los peques a pronunciar correctamente. ‘Libros para hablar con la erre’, ‘erre que erre’, ‘el ferrocarril de Rigoberto’.

Juega con tu hijo al sonido de la “r” con objetos y juguetes que puedan contener el fonema. Palabras como ferrrrrocarrrrril se le puede dar mucho énfasis para que lo pronuncie; guitarrrrra, rrrrrueda, o el propio sonido del motor (rrrrrrr) cuando vaya a jugar con sus tractores, camiones o coches.

Cómo enseñar a mi hijo a pronunciar la “r”

Es de vital importancia hacer hincapié en la correcta pronunciación de las palabras y sobre todo en corregir el rotacismo. Los niños comenzarán a leer y escribir y para ello deben de conocer como se pronuncian correctamente esto  les facilitará mucho su adecuada escritura. Además, en la hora de la lectura puede derivar a atascarse con las palabras por lo que hace que les cueste mucho más la comprensión de la lectura.

Es importante controlar este pequeño obstáculo, de no ser así y tardar en controlarlo puede enraizarse y luego es más difícil de solucionarlo. Sin querer puede repercutir en crear baja autoestima en el niño y puede llegar a crear tartamudez.


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