Enseñar a un hijo con autismo a ir al baño, puede resultar mucho más complicado que hacerlo con un niño neurotípico. Es un reto al que muchos padres y madres se tienen que enfrentar, pero que una vez que se llega a la meta supone un importante paso en la evolución del niño con autismo. Lo primero es saber si el niño está preparado físicamente o no para dejar el pañal.
Es importante recordar que el control de esfínteres es un proceso físico, no influyen la inteligencia, ni el desarrollo del lenguaje. Por lo tanto, no te preocupes si tu hijo tiene autismo no verbal. Que todavía no pueda pedir con palabras ir al baño, no significa que no esté preparado para comenzar con el proceso. Lo más aconsejable es seguir las recomendaciones del terapeuta del niño, para así reconocer las señales que indican que ha llegado el momento.
La mayoría de los niños TEA dejan el pañal más tarde que los otros niños, su proceso de aprendizaje es más largo y requiere de mucha más paciencia. Sin embargo, con una serie de pautas puedes ayudar a tu hijo con autismo a ir al baño. Cada niño es diferente, algo que sin duda cobra aún más veracidad en el caso de los niños con algún trastorno del aprendizaje.
No obstante, los niños con autismo comparten algunas características que dificultan el aprendizaje de situaciones comunes como ir al baño. Generalmente se trata de falta de autonomía, como la dificultad para bajarse la ropa para ir al baño. La falta de lenguaje también dificulta el control de esfínteres, porque el niño no puede expresar que tiene alguna necesidad. En otros casos existen causas físicas que deben valorar los especialistas.
Así como la falta de comprensión de las señales del propio cuerpo, ya que muchos niños con autismo no son conscientes de que tienen que usar el baño. Incluso, muchos tienen dificultad para reconocer que se han ensuciado. Por ello, los niños con autismo necesitan un entrenamiento concreto para poder ir al baño. Una serie de pautas que regulen su cuerpo y su cerebro y les permita dejar el pañal.
Pautas para enseñar a un niño con autismo a ir al baño
A continuación encontrarás unas pautas generales que te resultarán de mucha utilidad. Sin embargo, antes de comenzar es aconsejable que consultes con el terapeuta de tu hijo para saber si está preparado o no. De la misma forma que ocurre con el resto de niños, una vez que se comienza con el proceso no se debe volver atrás. Por lo que es fundamental esperar el momento oportuno.
Estas son unas pautas básicas con las que podrás enseñar a tu hijo con autismo a ir al baño:
- Sentadas muy frecuentes que se irán espaciando. Los primeros días tendrás que sentar al niño en el baño cada 15 minutos, unos segundos y sin obligarle a estar sentado.
- Sin preguntas. Cuando toque ir al baño, dile a tu hijo firmemente que «toca ir al baño», no realices una pregunta ni esperes una respuesta.
- Crea una rutina. Las rutinas son fundamentales para los niños TEA, y en este caso aún más. Una rutina de baño ayudará a tu hijo a habituarse con esa acción, a reconocerla y en algún momento a llevarla a cabo por sí mismo.
- Refuerzo positivo. Cuando tu hijo consiga hacer sus necesidades en el baño, debe recibir una respuesta positiva. Puedes utilizar algo que le guste mucho, como un poco de chocolate o pegatinas de sus dibujos favoritos. Por el contrario, jamás le riñas por sus escapes, solo conseguirás que su cerebro se bloquee aún más.
- Utiliza pictogramas. Los pictogramas son ideales para ayudar a los niños con autismo a entender cualquier situación. Puedes usar fotos suyas para crear una secuencia que le lleve al cuarto de baño.
Constancia, paciencia y amor
Es posible que en muchos momentos sientas frustración, que pierdas la paciencia y quieras abandonar. La mayoría de padres y madres que pasan por algo así lo sienten, por no decir todos. Aunque es una labor dura, que requiere de mucho sacrificio porque tendrás que estar atenta todo el día, lavar infinidad de ropa, limpiar el suelo o el sofá, la satisfacción de ayudar a tu hijo a dar este paso lo compensa todo.
Poder ir al baño con normalidad y dejar el pañal, es un paso fundamental en la autonomía de los niños con autismo. Aunque lento, es una meta que se puede alcanzar con paciencia, con mucha constancia y sobre todo, con muchísimo amor y comprensión.