Sabemos que poner reglas es una forma de dirigir de forma educacional una convivencia y un comportamiento que todos debemos de cumplir por igual. Las normas irán aplicadas dependiendo de la personalidad, necesidades y edad del niño e imponerlas será cuestión del criterio de cada familia.
Para enseñar reglas de casa a los niños siempre hay diferentes y diversas herramientas que se pueden aplicar dependiendo del estilo de vida de cada casa. Hay que hacerlos entender que sus actitudes frente a diversas pataletas deben ser corregidos y hacer entender que nadie es más que nadie.
¿Cómo deben de ser ensañadas las reglas de casa a los niños?
La socialización es otra parte importante en la educación de nuestros hijos, muchos niños actúan por imitación, ya sea teniendo hermanos mayores o estando rodeados de compañeros. Las reglas impuestas en casa es otra parte para ayudar a su desarrollo social:
- Los límites y reglas que se establezcan en casa deben de ser impuestas por todos los progenitores de casa. Todos tienen que estar de acuerdo, incluidos los que posteriormente de forma casual cuiden del niño. De esta forma también descubrirá y comprobará lo que es tener limitaciones con cada persona y así le ayudará a desarrollar su personalidad.
- Los castigos si son impuestas deben de ser cumplidas por todos los progenitores por igual. De ahí que luego haya conflictos en que la madre o el padre es más perseverante en imponer las normas, mientras que la otra persona es más pasiva en imponerlas.
- Los mensajes a transmitir deben ser concretos que especifiquen con criterio lo que queremos transmitir. No se puede ordenar un “hazlo bien” sino concretamos que es ese bien qué tienen que hacer.
- La figura de autoridad tiene que ser firme y se tienen que transmitir los mensajes con tranquilidad y educación. Los mensajes se pueden dar con cariño, pero siempre manteniendo la seriedad y muy concretamente se tiene que dar a entender que la regla impuesta no es negociable.
- Debemos de dar ejemplo en las normas que impongamos. De nada sirve que nos vean a nosotros comportarnos de forma incorrecta, agresiva o que nos saltemos las normas cuando nos plazca.
- Un ambiente tranquilo en casa es importante. Un hogar lleno de estrés, nerviosismo, con gritos y con actitudes poco tolerantes y sin educación deriva a que no se encuentre en un hogar tranquilo y por lo tanto que no se llegue a encontrar el respeto.
- Si se utiliza el castigo, se debe de usar correctamente. Lo primero es que el niño debe de aprender que se impondrá un castigo si no se cumple una norma y ante todo hay que reseñar que se puede utilizar la violencia física y verbal. No podemos tampoco manifestar nuestro enfado y ponernos a la altura del niño a nivel de una discusión. Ni tampoco les castiguemos sin motivo y hacerlo porque nos apetezca.
- No ceder a las imposiciones. Si cedemos en nuestras decisiones les acostumbramos a que se frustren de no conseguir lo que quieren. Eso les conlleva a no poder controlar sus enfados. Es por ello que las decisiones deben de ser firmes para que el niño espere una respuesta concreta.
- Siempre se puede dar alternativas y negociar. Esto no implica ceder, simplemente es considerar que podemos ser flexibles ante alguna petición por parte del niño de forma educada y que de la garantía que está entendiendo ese pacto.
Como conclusión, un hogar sin límites deriva a que los niños no tengan esa sensación de seguridad. Es importante que el niño observe sus limitaciones y tenga una figura de autoridad, de esta forma se sentirá protegido.