¿Cómo evitar que mi hijo se vaya con desconocidos?

Niño se aleja en su monopatín por una carretera

Los niños suelen ser confiados, más aún, si un adulto les promete algo apetecible.

El gran temor de una madre es que su hijo desaparezca, pero además no haber podido evitarlo. Entristece creer que el niño debe conocer, desde bien pequeño, que existen personas que no actúan de un modo correcto ni sano, desconocidos que pueden hacerles daño. No obstante, como padres existe la obligación de mostrar y educar en la realidad y prevenir posibles actos que perjudiquen al menor.

La confianza de un niño

En la sociedad en la que vivimos, no solo ahora, si no desde el comienzo de los tiempos, han existido personas que pueden infundir el terror, personas que son capaces de herir, incluso a los niños, o separarles de sus padres. Cada vez es más frecuente escuchar historias de niños que han sufrido violencia, por sus padres, por otras personas, y niños que han desaparecido a causa de desconocidos que se han cruzado en sus vidas.

Los niños pueden ser llevados a la fuerza o irse voluntariamente, coaccionados, con gente que ya han visto otras veces y con aquellos que les parecen agradables- Los niños actúan así, pensando que no están haciendo nada malo o que no les va a pasar nada. Esto es algo en lo que hay que educar y trabajar a diario y desde pequeños. Los valores que se les enseñen a los hijos, les harán crecer emocionalmente, madurar y asentarán una base fuerte ante acontecimientos futuros donde sepan discernir y reaccionar.

Se hizo viral un breve reportaje que mostraba a niños en un parque, donde pese a que sus madres se encontraban cerca y en su punto de visión, accedían a irse con un desconocido que les prometía caramelos y enseñarles cachorros que tenía en su casa. Los niños desaparecían con ese “extraño” sin pedir permiso, temer algo y ante la mirada estupefacta de una madre incrédula, que suponía que su hijo no lo haría.

Los niños suelen ser confiados, más aún, si un adulto les promete algo apetecible. Como padres es necesario frenar esa situación. Principalmente niños pequeños no deben estar solos en la calle. Está bien que saluden a desconocidos, pero dentro de un límite. No todo vale. Deben ser conocedores de lo que les puede suceder. Deben entender que pueden perder a sus padres para siempre si se van de su lado y con otra persona que no conocen. Es duro infundirles temor, quizás es precaución, pero es imposible sobrellevar una pérdida como esa y se deben tomar medidas.

Obviamente no pueden desconfiar de todo el mundo, ni girarles la cara a todas las personas que les hablen. Es importante que identifiquen a las personas que no les resultan extrañas, desconocidas, raras, digamos que sí les imponen confianza. En determinados momentos si el niño necesita ayuda y no está con sus padres, familia o amigos, debe pedir ayuda a otras personas. El niño debe saber que hay personas con uniforme, madres de otros niños, personas mayores, como sus abuelos, a los que puede recurrir.

Consejos para no confiar en cualquiera

Hombre se lleva a niño de la mano por una vía del tren

El niño debe huir, pedir auxilio a alguien de confianza, negarse, gritar, si el desconocido le ofrece irse a dar un paseo con él.

  • El niño debe saber: Se debe dialogar con el niño y explicarle todo. Seguramente no logre entender quién es o no de confianza, en un primer momento, y más si se encuentra en una situación tensa, necesita ayuda, está perdido y asustado. Los niños deben entender que antes de hablar o irse con otras personas que se dirijan a ellos, deben pedir permiso a gente de confianza. Si necesita algún tipo de ayuda y está apurado, lo conveniente es buscar primero a policías, a los trabajadores de los locales cercanos o si se encuentra ya en alguno. Ante esto último es importante cuando se frecuenta una tienda, cafetería…, que el niño conozca el nombre de algún trabajador o seguridad.
  • Conocer su nombre, apellidos, el de sus padres, teléfono y a ser posible la dirección de casa, para el momento en que precise ayuda y alguien solicite esa información y encontrar a sus familiares. Sin embargo debe estar en preaviso de no dar sus datos personales a nadie que le pregunte sin motivo aparente.
  • Explicarles que no deben coger nada que les ofrezca otra persona que no conocen: Está bien que consulten primero si pueden coger algo. Lo mismo para ir a algún sitio que le propongan. Deben pedir permiso a sus padres, familiares o amigos antes de actuar por su cuenta.
  • No ocultar información ni guardar secretos: Si el niño se confunde con este consejo, se le puede decir que está bien guardar ciertas sorpresas, pero no ocultar ningún dato a los padres. Los padres están para ayudar en todo, no juzgar.
  • Deben saber que ningún adulto va a pedir ayuda a un niño, y que si ocurre, deben sospechar y avisar a sus padres o gente de su entorno y confianza. Los niños creen que la gente es buena y deben saber que hay excepciones. Si ven algo raro, si esa persona se lo parece, han de entender que lo correcto es escapar en busca de auxilio y no guardarse nada para sí.
  • No forzar a dar besos, ni saludar a extraños: Que sea el niño el que se acerque o no. Si está incómodo no debe hacer algo por agradar a otros. Si los propios padres o familiares le hacen tener ese tipo de actuaciones sin querer, seguramente los niños creerán que otras personas tienen el derecho a hacer con ellos lo que quieran y obligarles a lo mismo.
  • No responder a quien le sonríe, habla y hace gestos amigables con actuaciones similares o que vayan más allá. Está bien que la gente sea amable con los niños y viceversa, pero debe hallarse el límite, más cuando son pequeños. El niño debe aprender a valorar las situaciones. Seguramente casi todos los días se vea o salude a la misma cajera, no obstante, lo más normal es que si un día puntual te para un hombre por la calle para hablarte, apenas te gires. El niño puede ver y entender eso y es lo que debe imitar.
Niño se adentra en el bosque donde observa una casa

Si los niños dicen que estarán en el parque o en casa de un amigo, que no se muevan a otro sitio, o avisen primero.

El niño debe acudir a otras personas que no levanten sospecha y en sitios públicos o cafeterías o tiendas de su zona y que conozca. Para que un niño sepa reconocer actitudes sospechosas de otras personas, debe fijarse en algo más que su apariencia. El aspecto de un desconocido del que no debe fiarse suele ser normal, no obstante, debe huir, pedir auxilio a alguien de confianza, negarse, gritar, si el desconocido:

  1.  Le ofrece caramelos o juguetes.
  2.  Le ofrece ir a ver cachorros o alguna mascota alejados de donde están.
  3. Le ofrece irse a dar un paseo con él en un coche.
  4.  Le ofrece comprarle un regalo.
  5. Le ofrece hacer algo sin el consentimiento de sus padres.
  6. Le dice que sus padres le han pedido que lo recoja él, sin habérselo advertido con anterioridad.
  7.  Le pide un favor o que le guarde un secreto.
  8. Le hace sentir incómodo o le pide cosas inapropiadas.

Prevenir a los niños

Como adultos y personas que protegen a sus hijos, se les deben aconsejar antes de que ocurran situaciones insalvables y dramáticas. No debe preocupar que los niños desconfíen en un primer momento. Se les debe advertir de lugares que han de evitar, sobre todo si lo frecuentan personas de dudosa categoría. Se le debe pedir que no se cambien de lugar. Si dicen que estarán en el parque o en casa de un amigo que no se muevan a otro sitio y si fuese así que avisen primero a algún adulto que conozca. Estar en grupos de amigos o con los padres de otros niños es lo mejor, ya que estará más seguro.

Es una norma fundamental enseñarles a los niños a ver posibles peligros. El niño debe saber que no está bien irse ni quedar con personas, vía internet o por whatsapp, que no conoce, porque pueden hacerlo algo malo. Los niños deben saber que no han de compartir datos personales en sus redes sociales, es más un niño pequeño no tiene que tener aún perfil alguno. Igualmente no deben llevar su nombre o información propia a la vista, en mochila, ropa… Principalmente niños pequeños deben tener un uso y tiempo limitado navegando por la red y por su puesto limitando sus acciones.

Como padres hay que ser precavidos y observar señales. Ciertas personas son insistentes a la hora de querer besar o acariciar a los niños, esto puede ser una señal de alarma. Si el niño se siente incómodo, debe retirarse a la persona. Se piensa que niños extrovertidos y muy habladores son los que tienen más probabilidades de irse con desconocidos, no obstante, son los que más expresan sus emociones y vivencias. Por ello se debe prestar más atención a niños más tímidos, que seguramente se guardarán sus miedos y pueden estar pasando por algún momento complicado.

Los niños deben poder ser ellos mismos. Se les debe educar en el respeto y solidaridad con el prójimo, no obstante también en la intuición y la precaución. El niño debe recibir consejos e información de sus padres, alertándole de las consecuencias de irse con desconocidos o personas que no le infunden buenas vibraciones. El menor debe saber que si se siente en peligro debe gritar, correr, apartar a esa persona que le da miedo y buscar ayuda. Ante un hecho que le genera sospecha y le asusta, no debe cohibirse, ni pensar que hay que guardar la educación con un adulto, su protección es lo primero.


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