Cómo evitar que tus hijos fumen

Adolescentes que empiezan a fumar

Uno de los temores de los padres cuando sus hijos se van haciendo mayores es que empiecen a fumar. A veces no es fácil influir sobre la decisión final de los hijos, pero tenemos en nuestras manos herramientas que pueden ayudarnos a evitar que ocurra.

Los adolescentes pueden sentir presión para fumar, pero podemos ser un buen ejemplo para ellos y mostrarles que esta presión en realidad no existe. Para poder hacerles entender esto debemos tener muy claro qué lleva a un adolescente a fumar.

¿Por qué fuman los adolescentes?

Los adolescentes suelen empezar a «jugar» con el tabaco por varios motivos:

Quieren encajar con los amigos

Muchos adolescentes tienen en su círculo de amistades a otros amigos que fuman y que les ofrecen cigarrillos a diario. Los jóvenes pueden ceder a este vicio por el imple hecho de ser uno más del grupo, para no sentirse desplazados e incluso, a veces, para ser aceptados en el grupo de amigos.

Si además, en ese grupo, aquella persona que admiran o idealizan es de los que fuma, como están impresionados con la persona, querrán imitarlo. Asumen erróneamente que fumar también es genial.

Están estresados

Los adolescentes tienen que hacer frente a muchos cambios. Sus cuerpos cambian rápidamente y tienen nuevas sensaciones en cuanto a emociones y hormonas.

Como se hacen mayores, los adultos esperamos más de ellos, y les animamos a ser más independientes y a que saquen buenas notas en la escuela. En estas etapas para ellos es muy importante tener amigos y hacer amigos, y más ahora con las redes sociales, que si no publicas lo guai que eres y los amigos que tienes parece que no seas nadie.

Para aliviar el estrés de todo lo que hemos comentado, algunos adolescentes empiezan a fumar porque asocian el fumar con calmar esos nervios. Esto ocurre porque los adultos suelen dar este tipo de señales, equívocas, pero muy presentes en la sociedad. Es muy común que un adulto, cuando está nervioso, fume o beba. Y este pensamiento marca a muchos adolescentes que se quedan con esta idea.

Quieren parecer más mayores

Muchos fumadores primerizos ven el tabaco como parte de hacerse mayor y piensan que les hace parecer más maduros, confiados y ‘cool’. Como en principio solo fuman las personas mayores de edad, ya que si van a comprar tabaco solo se lo darán si son mayores de edad, parece que si fuman se sientan más mayores.

Todas aquellas cosas que se pueden hacer solo a partir de cierta edad (beber, fumar, conducir, ver películas subidas de tono, etc) les da esta sensación de «poder» y «grandeza».

Sienten curiosidad por los cigarrillos

Los adolescentes sienten curiosidad por las cosas nuevas. Los adolescentes ven a menudo a personas fumando, ya sea en la vida real como en la televisión, por las redes o en las revistas y libros. No es de extrañar que quieran saber a qué sabe un cigarrillo, y más aún si suele asociarse (de forma errónea) a un momento de placer y bienestar.

Madre fumando delante de los hijos

Cuando los padres son la causa de que los adolescentes fumen…

Muchos fumadores adultos comenzaron a fumar en la adolescencia. Los adolescentes se quedan con lo que hacen sus padres, no lo que dicen. Ya sabemos que la mayoría de veces, y más en la adolescencia, las palabras se las lleva el viento. Por lo tanto, no sorprende que los adolescentes que empiezan a fumar suelan provenir de familias en las que al menos uno de los padres fume.

Si tu hijo ya ha empezado a fumar y eres de los padres que también fuma, sería un buen ejemplo y ayuda para el adolescente si haces el paso de dejar de fumar. Y animar a tu hijo a que lo deje contigo.

Puedes hablar con tu hijo sobre tu decisión de dejar de fumar y buscar su ayuda para que te apoye en este camino. De este modo lo animarás a querer dejarlo contigo y afrontaréis las dificultades a las que os podéis enfrentar para dejar de fumar. Es bueno que también le explique porqué has decidido hacer el paso y porqué quisieras que él/ella hiciera lo mismo que tú.

Habla con tu hijo abiertamente y podrás influir en él con los valores en los que crees.

Consejos prácticos para evitar que tus hijos adolescentes fumen

Una vez ya sabemos qué les lleva a querer fumar podemos intentar evitar que ocurra. Os dejo algunos consejos para que vuestros hijos no quieran fumar:

  1. Educarlos sobre los efectos nocivos del tabaquismo

    • Explícale a tu hijo los efectos nocivos de fumar, como problemas respiratorios, el efecto sobre la piel y las arrugas, las manchas en los dientes, el mal aliento (lo asociarán con besar, otro punto atractivo en estas edades) y cómo afecta la condición física y la resistencia para hacer cualquier cosa como deporte.
    • Háblales sobre los cigarrillos electrónicos y el tabaco sin humo. Muchos adolescentes tienen la impresión equivocada de que estas alternativas al tabaco no son dañinas en absoluto, hay que hacerles entender que sí lo son.
    • Si conoces a alguien cercano que sufre o que haya muerto a causa de enfermedades relacionadas con el tabaquismo (p. ej., cáncer de pulmón), habla con tu hijo adolescente al respecto. Hazle entender lo triste que es que alguien cercano sufra o muera a causa de enfermedades relacionadas con el tabaquismo, cuando podría haberse evitado si hubiera escuchado y hecho caso sobre dejar de fumar.
    • Si estáis viendo una película y veis a actores y actrices que fuman, aprovecha la oportunidad para hablar sobre cómo los medios de comunicación ensalzan falsamente el hábito de fumar.
  2. Ábrete a él/ella y pasa más tiempo con él/ella

    • Hablar con el adolescente de forma habitual sobre todo lo que ocurre en el mundo ayuda a abordar este tipo de problemas y poder hablar sin tapujos. Construir una buena relación con ellos los alienta a compartir sus problemas contigo. Hay que dejarles opinar y no querer rebajarlos si no explicarles en qué puntos se equivocan, por qué y qué pueden hacer.
    • Deja que vengan sus amigos a casa y se queden allí jugando, hablando…así podrás conocerlos y ver por dónde van los tiros.
  3. Sé un buen modelo a seguir

    • ¿No fumas?, entonces comparte tu decisión del por qué elegiste no fumar.
    • Si eres fumador, es el mejor momento para dejar de fumar. Si no puede hacerlo solo, busca ayuda y programas de deshabituación tabáquica.

Adolescente vapenado

¿Sospechas que tu hijo ha comenzado a experimentar con el tabaco?

No le juzgues

  • Averigua por qué ha empezado a tantear con el tabaco y trata de no hacerle preguntas que suenen como si lo estuvieras interrogando. Parafrasearlos en una observación o hacer algún comentario como «Oye, me doy cuenta de que has empezado a fumar», suena menos acusador.
  • Escucha su punto de vista con una mente abierta y comprate los tuyos abiertamente pero sin acusar. Contaros los problemas y las soluciones mutuamente ayuda a entender las cosas y a querer cambiar la situación.

Se paciente

  • Préstale atención cuando quiera compartir sus pensamientos contigo. Trata de no interrumpirlo ni de apresurarte en comentar aquello de lo que estéis hablando. Deja que hable y se exprese. Luego, ofrécele sugerencias en lugar de críticas. Son más efectivas a largo plazo.
  • Es mejor no ser sarcástico con respuestas como “Eres demasiado joven para entender” o “No me importa lo que digan tus amigos”.
  • Regañar, gritar, amenazar o utilizar el chantaje emocional solo sirve para que siga haciendo lo que quiera y encima se enfade contigo. Es más, puede herir sus sentimientos y hacer que quiera fumar más, solo para hacerte enfadar como le has hecho enfadar tú.
  • Si se siente frustrado y enojado mientras habláis del tema, no te vayas ni lo ignores. Dale tiempo para que se tranquilice.

Estar allí para ellos

  • Hazle caso cuando se queje de la presión que siente sobre sus compañeros para que fume. Para ti puede ser fácil y evidente que no tiene que seguirles el juego, pero para un adolescente puede suponer perder amistades (y ellos, en ese momento, lo sienten como perder la vida). Intenta que vea que los amigos de verdad no le obligarían a nada, ni lo discriminarían por tener una decisión distinta en la vida.
  • Sugiérele formas para que rechace las ofertas de cigarrillos sin ofender a sus amigos. Mira su personalidad. Si tu hijo es tímido, puede decir “No, gracias, no me gusta el sabor” o que se invente una excusa para irse. Si tu hijo es extrovertido, puede reírse y decir “¡No me va!, ¡No es mi estilo!”
  • Recuérdale que puede encontrar y pasar el rato con amigos que no fumen.

Ayudar a tu hijo a dejar de fumar requiere tiempo, esfuerzo y comprensión.


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