Cómo explicar la muerte a los niños

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La muerte es inherente al ser humano, nos va a tocar de cerca tarde o temprano. Y cuando nos toca los adultos (ya sea por familiar, amigo o mascota ) nos vemos en la tesitura de sobrellevar nuestro dolor y a la vez con millones de dudas sobre cómo explicar la muerte a los niños. Queremos hacerlo bien, pero es un tema delicado e incómodo.

La muerte es algo que está muy presente en nuestro día a día y hay que darle naturalidad.  Es importante que no la evitemos y la sepamos comunicar para que aprendan un concepto adecuado y no convertirlo en tabú.

¿Se les debe mentir?

La respuesta claramente es no. Los niños detectan las mentiras desde muy pequeños. Además se merecen que se les diga la verdad, adaptándolo a su edad y a su desarrollo emocional.

Aunque su proceso de duelo es diferente del nuestro, ellos también lo tienen. Va evolucionando según su edad. Como ellos solo pueden asimilar pequeñas cantidades de información lo mejor es dar explicaciones breves y concisas. Las metáforas no son recomendadas, a no ser que el niño sea demasiado pequeño.

Es  complicado pero necesario para su educación emocional, si no se les comunica o se hace de una manera equivocada pueden crecer con limitaciones a nivel afectivo. No es fácil tratar el tema, porque el niño tendrá que sacar sus mecanismos de adaptación para comprender lo sucedido pero es un paso necesario. Formará parte del desarrollo emocional y evolutivo de nuestros hijos.

Cuando comunicárselo

Teniendo en cuenta el carácter curioso de los niños, lo más adecuado es que ya tengan una idea preconcebida antes de que suceda en nuestro alrededor. Se pueden aprovechar oportunidades  como la muerte de uno de los personajes de películas o de cuentos para tratarlo.

Cuando pase más cercanamente, lo ideal es explicárselo lo antes posible, antes de que note algo raro y no sepa el porqué. Esto le puede ocasionar ansiedad.

Como gestionan la muerte según la edad

  • Antes de los 2 años saben que algo raro ocurre aunque no entiendan el concepto de muerte. Pueden sentir la sensación de pérdida si es de alguien muy cercano, y responder (ya que están limitados verbalmente) de una forma conductual: pérdida de apetito, problemas para coger el sueño, mimos excesivos, lloros…
  • Entre los 3 y 5 años  ya existe una comprensión del concepto de la muerte, pero lo conciben como algo reversible. Tienen más capacidad verbal pero pueden tener comportamientos parecidos a los de la etapa anterior (pedir chupete de nuevo, estar en los brazos…)
  • De los 6 a los 9 años ya distinguen lo definitivo de la muerte. Aún teniendo más capacidad verbal que en la etapa anterior todavía no saben manejarlo y lo expresan con irritabilidad, culpa, aislamiento… También pueden volver a comportamientos de otras edades ya pasadas (rabietas, lloros,…), problemas de concentración en el colegio, bajo rendimiento…
  • Es a partir de los 9 años cuando el concepto de la muerte es algo más parecido al de los adultos. Ya lo entienden como algo irreversible e inevitable.  Las reacciones también son más parecidas a las de los adultos, sienten irritabilidad, culpa, ansiedad, tristeza…

Las respuestas también variarán de un niño a otro, ya que influyen otros factores como la familia, el concepto de muerte que se tenga en su ambiente, su propio desarrollo evolutivo y emocional…

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Cómo explicar la muerte a los niños

Hay que explicarles la muerte a los niños de la forma más breve y sencilla posible. Hay que evitar todo tipo de eufemismos que puedan generar confusión como estos:

  • “Se marchó”: Es demasiado genérico, y puede causar miedo a que sus padres o más allegados se vayan por miedo a que no vuelvan.
  • “Está en el cielo”: con la imaginación de los niños pueden creer que la persona está de astronauta o de viaje y que volverá.
  • “Está descansando”: puede provocar problemas para conciliar el sueño por miedo a no despertar.
  • “Ha subido al cielo”: pueden coger miedo a las alturas, ascensores, escaleras…

Sin rodeos. Como se lo dirías a cualquier persona. “El abuelo Antonio ha muerto”. El paso siguiente sería esperar a ver la reacción del niño, con atención pero dejándole que procese la información. Si pregunta más detalles se le pueden dar pero también de una forma concisa, sin darle muchas vueltas. No le des información que no haya pedido, por que estará más confundido.

Si grita, patalea, llora… será una de las mejores reacciones ya que está expresando sus emociones. Dale todo aquello que creas que necesita: cariño, atención, seguridad…

Cómo gestionar las propias emociones delante de ellos

No le estás ayudando a tu hijo si ocultas tu pena, no escondas tus emociones. Además que los niños son muy listos y se dan cuenta de todo. Le estarás mandando señales de que de ese tema no se habla, se creará un halo de miedo y se convertirá en tabú.

Muchas veces se puede creer que al no tratar este tema se les evita sufrimiento y es todo lo contrario. Al no tratarlo bien es cuando se forma el sufrimiento, el no saber gestionarlo de una forma correcta. Nosotros como padres lo que podemos hacer el darles cariño, seguridad y amor, y el miedo y la tristeza irán desapareciendo. De la otra forma el miedo pasará de ser natural a ser patológico y creará muchos problemas a la larga que se pueden evitar.

Si empiezan a tener miedo de su propia muerte o la de sus padres, hay que decirles que no te vas a morir hasta dentro de mucho, mucho, mucho, mucho tiempo, y que es cuando la gente está muy, muy ,muy, muy pero que muy malita.

¿Se deben incluir en las despedidas?

No es aconsejable llevarlos a los tanatorios, y los entierros suelen tener una gran carga emocional. Lo más adecuado es incluirlos en ceremonias de despedida: como llevar flores al cementerio, ver fotos de la persona,…

En definitiva los niños tendrán que enfrentarse tarde o temprano a la muerte, y cuanto más les allanemos el camino más sencillo será para ellos gestionarlo.

Libros y cuentos recomendados:

  • “Nana Vieja” Editorial Ekaré
  • “¿Dónde está la Güelita Queta? Editorial Planeta
  • “No es fácil pequeña ardilla”- Editorial Kalandraka
  • Libro “¿Como se lo decimos a los niños?”-Ediciones Omega

Por que recuerda… el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional


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